La doctrina, la vida de este Santo Padre han de quedar en el corazón, porque se ha entregado por amor a Jesucristo.
Ahora en este magnífico ejercicio de libertad, el Papa pone ante la Iglesia su ministerio para que los P.P. Cardenales elijan un nuevo sucesor de Pedro.
¿Qué nos toca a nosotros?
Agradecer y orar, ambas cosas.
No entramos en las quinielas de periódicos o programas que tanto nos influyen, parece mentira ¡eh!- nosotros somos hombres y mujeres de fe, y por lo tanto vamos a acompañar a los Cardenales en la oración, con una oración agradecida, para el que es nuestro Papa, el Papa de Roma, y también para pedir que el próximo sucesor de Pedro tenga la fuerza del Espíritu para poder servir a la Iglesia y desde la Iglesia al mundo.
Uníos todos, desde vuestras casas orando en familia, reuniendo a la familia, padres e hijos, el día 28 para orar por la Iglesia.
A partir del 28, ya el 1 de marzo, no oíremos el nombre del Papa, no se mencionará en la misa, la Sede quedará vacante, pero el Pastor de la Iglesia sigue siendo Jesucristo, que nos envía su Espíritu, nos da la certeza de que la Iglesia va a caminar, y esta va a ser la Cuaresma de este año, un momento insólito, un momento interesante, un momento muy importante para que tenemos conciencia rápidamente de contemplar a Cristo, dejando, ayunando de tantas cosas innecesarias, para centrarnos, purificar la mente, purificar la mirada para mirar al Señor y para tener la experiencia de que Él nos mire.
Os invito por lo tanto, a rezar seriamente el día 28 a las 8 de la tarde, que nos unamos todos, especialmente los enfermos, tantos enfermos..., a vosotros os pido de una manera especial, que pidáis por la Iglesia, que pidáis por el Papa, y pidáis por las situaciones que en estos momentos son urgentes ante tanta crisis económica, tantas situaciones, tanta crisis moral..., ¡bueno, pues, en vez de quejarnos, vamos a aportar nuestra oración y nuestro testimonio!
Queridos amig@s:
* Que Dios, Padre Misericordioso, nos conceda a todos, como al hijo pródigo, el gozo de volver a la Casa Paterna.
* Que Cristo, modelo de oración y de vida, nos guíe a la auténtica conversión del corazón a través del camino de la Cuaresma.
* Que el Espíritu de Sabiduría y de Fortaleza nos sostenga en la lucha contra el maligno, para que podamos celebrar con Cristo la victoria pascual.
Amén.
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