"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
Podemos decir que en la Revelación de las riquezas de Cristo hay una plenitud infinitamente más grande que los conceptos y esquemas de todos los teólogos y que la conciencia cristiana de cualquier época; sin embargo el Espíritu tiene la función de administrar y desplegar cada vez más esa plenitud del Resucitado.
En este sentido, la Iglesia está llamada a acoger las novedades con las que el Espíritu la impulsa a un futuro más rico. Pero para ello debe asumir una actitud de pobreza receptiva, más que una actitud de ostentación, por más que se sepa administradora de un depósito recibido de Cristo.
Lo que cuentan los Evangelios no abarca todo lo que dijo al hombre el Misterio
insondable del Verbo encarnado, ya que él se reveló con miles de gestos y
palabras que no han podido ser recogidos por escrito (Juan 21,25), aunque en el
Evangelio escrito se diga lo esencial.
Además, hay cosas no dichas por Cristo, porque los discípulos "no podían con ellas" (Juan 16,12-13), pero que se expresaron plenamente en el acontecimiento de la Pascua, más que en las palabras. Es el Espíritu quien, tomando de la plenitud de ese Misterio, todavía no captada por nosotros, asombra constantemente a la Iglesia. Siempre nos quedamos cortos frente al Misterio inagotable de Jesús resucitado. Y el Espíritu Santo nos conduce dentro de ese Misterio del Resucitado que siempre nos supera. Por eso, nunca podemos decir basta. Y no es necesario que nos alejemos de Cristo para buscar novedades o riquezas desconocidas, ya que nunca lograremos agotar la interminable riqueza del Señor Jesús resucitado.
Oración de meditación inspirada en la reflexión del lunes 10 de marzo de 2025
“Espíritu Santo, guía de la Iglesia y administrador de la plenitud de Cristo, abre mi corazón para acoger las riquezas inagotables del Señor Resucitado. No permitas que me conforme con lo que ya conozco, sino que siempre esté dispuesto a recibir tus inspiraciones con humildad y asombro.
Enséñame a vivir en una actitud de pobreza receptiva, sin aferrarme a mis propias ideas o seguridades, sino dejándome sorprender por tu presencia que renueva y transforma. Que no busque fuera de Cristo lo que en Él ya es plenitud infinita, sino que me adentre cada día más en su Misterio con fe y entrega.
Condúceme, Espíritu Santo, a una relación más profunda con Jesús, para que, guiado por tu luz, pueda caminar con alegría hacia la verdad que siempre me supera y me enriquece.
Amén”.
#CincoMinutos #EspírituSanto #VíctorManuelFernández #EditorialClaretianaAmén
No hay comentarios:
Publicar un comentario