"Ventana abierta"
Comentarios breves de Benjamín González Buelta, S.J.
Es un monte, Abrahán comprende que Dios no quiere la muerte ritual de su hijo único en un altar, como solían practicarla las religiones de pueblos vecinos para agradar a sus dioses, sino que vivía como origen de una numerosa descendencia. En otro monte, el Tabor, el Padre nos revela que Jesús es su Hijo querido, al que tenemos que escuchar lo que había dicho seis días antes a sus discípulos: que iba a Jerusalén para anunciar en el centro del poder la llegada del Reino, y que sería crucificado en el altar envilecido de la cruz, pero resucitaría (Marcos 8, 27-30).
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