"Ventana abierta"
CUANDO DIOS LLAMÓ A MI PUERTA
Web católico de Javier Olivares
Cuando yo era niño,
llamó Dios a la puerta de mi corazón. En aquella temprana etapa vivía tan
absorto en los juegos de la infancia que no presté atención a sus palabras
lejanas.
Años después volvió Dios a visitarme. Esta vez golpeó con la
fuerza de sus nudillos la puerta de mi corazón. Aún recuerdo su voz, pero me
asediaban los problemas de la juventud: mi primer amor, los estudios y el
ejercicio de diversas cualidades destacables. También en la madurez vino Dios,
pero me resultaba imposible escuchar; no encontraba el momento oportuno para
responder a su llamada.
Poco antes de morir, estando sumido en las preocupaciones sobre la inminencia del más allá, abrí la rendija de mi puerta para buscar respuestas ante tanta incertidumbre. Me quedé estupefacto: un hombre de cabellos blancos como la nieve y ojos refulgentes permanecía sentado junto a mi endeble corazón. Me acerqué a él y le pregunté qué deseaba. "Yo soy Dios", me dijo. "Llevo aquí sentado durante toda tu vida para traerte un mensaje de felicidad". Entonces, mis manos acogieron una misión maravillosa que pude disfrutar sólo unos momentos antes de morir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario