"Ventana abierta"
Comentarios breves de Darío Mollá, S.J.
La liturgia de hoy nos habla de la magnanimidad y la generosidad de Dios, reflejadas tanto en la primera lectura como en el evangelio con la imagen de una fiesta y un banquete en sobreabundancia y en calidad. Magnanimidad y generosidad que no son correspondidas por los primeros invitados a la boda, que, por una parte desprecian el gesto del señor y, por otra, aprecian más sus pequeños intereses. Corresponden con ingratitud a la generosa invitación.
El señor no se desanima y no desconvoca la fiesta ni suprime el banquete. Lo abre a otros invitados más capaces de valorar la generosidad de quien les invita, quizá porque tienen menos intereses propios y se creen con menos derechos. "La sala se llenó de comensales", con alegría del señor, que quizá aprendió entonces la lección de quienes merecen entrar en la fiesta y quiénes no.
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