"Ventana abierta"
ÁNGELUS
VIDA DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA MADRE DE DIOS
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MUERTE DE JOAQUÍN. -MUERTE DE ANA. -ENTIERROS ENTRE LOS JUDÍOS. -ORFANDAD DE MARÍA. -EL CASAMIENTO ENTRE LOS JUDÍOS. -CASAMIENTO DE MARÍA Y EL PATRIARCA SAN JOSÉ. -EDAD DE AMBOS ESPOSOS.
IX
Pasaremos ahora a relatar lo ocurrido respecto de la elección de esposo a María Santísima, por medio de intervención divina, y sobre este punto transcribiremos lo que dice la citada Venerable escritora:
En el ínterin que nuestra gran Princesa se ocupaba cuidadosa con esta operación, ansias y congojas rendidas y prudentes, habló Dios en sueños al Sumo Sacerdote, que era el santo Simeón, y le mandó que dispusiese cómo dar esposo de casada a María, hija de Joaquín y Ana, de Nazareth; porque Su Majestad la miraba con especial cuidado, y amor. El santo sacerdote respondió a Dios preguntándole su voluntad en la persona con quien la doncella María tomaría estado dándosela por esposa. Ordenóle el Señor que juntase a los otros sacerdotes y letrados, y les propusiese como aquella doncella era sola y huérfana, y no tenía voluntad en casarse; pero que según la costumbre de no salir del Templo las primogénitas sin tomar estado, era conveniente hacerlo con quien más a propósito les pareciese.
De esta suerte es como relata la Venerable Ágreda la determinación de dar estado de casada a María, según la práctica y costumbre del pueblo judío de casar a las primogénitas.
Una tradición, ya narrada por San Jerónimo, supone que para la elección de esposo se acudió al medio usado para la elección de Arón, que se refiere en el libro de los Números, y que para este fin, se procedió por los parientes y aspirantes a la mano de María, a depositar en todos ellos, jóvenes, ricos y de noble estirpe, que deseaban el enlace, una señal.
Sonó la trompeta por toda la Judea declarando la voluntad del Sumo Sacerdote, siguiendo la inspiración que el ángel del Señor había puesto en su mente. Convocó a los de la tribu de Judá, que estaban con disposición de casarse, y que cada uno traiga en su mano una vara de almendro y María será dada en desposorio a aquel en cuya vara se mostrase cierta señal.
Convocados los jóvenes y parientes de la tribu de Judá, acudieron al templo numerosos jóvenes y aun algunos otros, ya en edad mayor, con su correspondiente vara de almendro, desnuda de hojas y de flores, pues aún no había llegado la estación primaveral. Llegaron en el día señalado los aspirantes a la mano de María y depositaron en el templo, en manos del Sumo Sacerdote, las consabidas varas: entre ellos, y en última fila, quedaba un hombre, de rostro simpático y bondadoso, un artesano, que a pesar de su edad viril, había vivido sin tomar esposa, y que ganaba el pan de su vida con el honrado trabajo de carpintero, y que era vecino de Nazareth, hijo de Jacob de la casa de David.
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