"Ventana abierta"
Monseñor
Asenjo alerta sobre la “profunda crisis” por la que atraviesa el concepto de
familia
Sevilla Info
Este domingo, 31 de
diciembre, fiesta de la Sagrada Familia, el arzobispo de Sevilla, monseñor Juan
José Asenjo publica su tradicional carta pastoral en el que alerta de la
“profunda crisis” por la que atraviesa la familia en Europa. Por su interés,
reproducimos íntegramente la carta del pastor de la Iglesia en Sevilla.
En el marco precioso de la Navidad celebramos en este domingo, último día
del año, la fiesta de la Sagrada Familia. La promoción de una adecuada y
orgánica pastoral familiar en las parroquias de nuestra Archidiócesis debe ser
una prioridad para nosotros. No descubro ningún secreto si os digo que, como
consecuencia de diversos factores culturales, sociales y políticos, la familia
está viviendo en Europa, y también en España, una profunda crisis. Tales
factores están poniendo en riesgo el mismo concepto de familia, desdibujando el
valor de la indisolubilidad del matrimonio y equiparando a la unión conyugal
diversas formas de convivencia que no pueden considerarse verdadero matrimonio.
En España, hace unos años nuestros gobernantes dieron un paso más: modificaron
el Código Civil para incluir en la noción de matrimonio a las uniones del mismo
sexo, con la posibilidad incluso de adoptar niños, con lo cual se ha
introducido un peligroso factor de disolución de la institución matrimonial y,
con ella, del justo orden social.
En este contexto, nuestra Iglesia diocesana ha de anunciar con un renovado
vigor la verdad del matrimonio y de la familia y su sentido en el designio
salvador de Dios, como comunidad de vida y amor, abierta a la procreación de
nuevas vidas, así como su condición de “iglesia doméstica” y su
participación en la misión de la Iglesia y en la vida de la sociedad.
Reconozco con gozo que entre nosotros hay muchas familias que, desde la
existencia cotidiana vivida en el amor, son testigos visibles de la presencia
de Jesús que las acompaña y mantiene en la fidelidad con el don de su Espíritu.
Hemos de hacer todos los esfuerzos que sean necesarios para apoyarlas y
ayudarlas, apoyo y acompañamiento que es particularmente necesario en el caso
de los matrimonios en dificultades o en crisis.
La familia cristiana, fundada en el sacramento del matrimonio, es icono y
reflejo del amor de Dios por la humanidad y signo del amor de Cristo por su
esposa que es la Iglesia. Como santuario de la vida es el ámbito donde la vida,
don de Dios, es acogida, acompañada y defendida. Por ello, la familia es el
fundamento de la sociedad, lugar primordial de humanización de la persona y de
la convivencia civil, pues en ella se adquieren los hábitos y los principios
imprescindibles para una vida social vivida en el amor y la solidaridad. Sólo
por eso los poderes públicos deberían apoyar a la familia como se merece. No
puedo olvidar otra dimensión importante: la familia es también comunidad
evangelizadora, abierta a la misión, pues los padres cristianos tienen como uno
de sus principalísimos deberes la transmisión de la fe y la educación cristiana
de sus hijos.
En la Exhortación Apostólica Pastores gregis, el Papa Juan Pablo II
afirmaba que es obligación del obispo preocuparse de que en la sociedad civil
se defiendan y apoyen los valores del matrimonio y de la familia. Ha de
impulsar también la preparación de los novios al matrimonio, el acompañamiento
de los jóvenes esposos, así como la formación de grupos de familias que apoyen
la pastoral familiar y estén dispuestas a ayudar a las familias en
dificultades. En este sentido, Juan Pablo II nos invitaba a los obispos a
favorecer iniciativas diocesanas de diverso tipo, como signo de la cercanía y
de la solicitud del obispo por las familias.
Respondiendo a este llamamiento del Papa, nuestra Delegación Diocesana de
Familia y Vida, con el respaldo explícito de los dos obispos, ha ido dando
pasos significativos en la formación de agentes de pastoral familiar a través
del Master en Ciencias del Matrimonio y de la Familia. Ha proseguido también la
tarea de preparación y unificación de los contenidos y metodología de los
cursillos prematrimoniales. No pocas personas han participado en los cursos de
monitores del programa de educación afectivo-sexual Teen Star con vistas a la
educación de los jóvenes y adolescentes desde la antropología cristiana. Hemos
creado también en nuestra Archidiócesis cinco COFs, que están prestando un
importante servicio a tantos matrimonios y familias. Todos ellos constituyen ya
una red vigorosa de ayuda a los matrimonios en dificultades, que necesitan una
asistencia más especializada de la que la parroquia puede ofrecer.
Ninguna parroquia de la Archidiócesis debería olvidar elaborar una
programación específica para este sector pastoral. En todas las parroquias debe
existir un pequeño equipo de servicio a la familia en las distintas dimensiones
a las que acabo de aludir. Nos va en ello la felicidad de los esposos y de sus
hijos, el futuro de la Iglesia y el bien común de la sociedad, pues la familia
es, como nos dijera el Concilio, “la escuela del más rico humanismo”.
Invocando para todos esos proyectos la ayuda de la Sagrada Familia de
Nazaret, modelo de las familias cristianas, y muy especialmente de la
Santísima Virgen, Reina de las familias, contad con mi saludo fraterno y mi
bendición.
Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla
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