"Ventana abierta"
Aleteia
La historia olvidada
de la partera de María
Philip koloski
23 - Diciembre - 2017
José contó con ayuda
adicional en aquella fría noche de Navidad.
Cuando la mayoría de nosotros imagina la escena
del nacimiento de Jesús, de forma natural pensamos en María y José, solos en el
pesebre con los animales a su alrededor.
Esta imagen se encuentra normalmente
precedida por un José preocupado que llega a Belén en plena noche y no
encuentra ningún lugar para dormir.
Si bien así se prepara el escenario para el
relato dramático del nacimiento de Jesús, descuida los hechos bíblicos e
históricos que presentan un panorama diferente.
En primer lugar, María y José ya se encontraban
en Belén desde hacía varios días. Lucas lo relata claramente: “También José […]
subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, la Ciudad de David
[…] y, mientras estaban allí,
se le cumplió el tiempo. (Lucas 2,4-6).
Otras versiones lo dejan incluso más claro:
“Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre”.
En el relato no está presente la sensación de
urgencia, lo que hace pensar que María y José tuvieron tiempo de sobra para
preparar el parto y buscar una matrona local.
Las parteras existen desde hace miles de años e
incluso se mencionan en el Antiguo Testamento. Además, desempeñan un papel
fundamental en la historia de Moisés.
Además, el rey de Egipto se dirigió a las
parteras de las mujeres hebreas – una de ellas se llamaba Sifrá y la otra Puá,
y les ordenó: “Cuando asistan durante el parto a las mujeres hebreas, observen
bien el sexo del recién nacido: si es varón, mátenlo, y si es una niña, déjenla
vivir”. Pero las parteras tuvieron temor de Dios, y en lugar de acatar la orden
que les había dado el rey de Egipto, dejaban con vida a los varones. (Éxodo
1,15-17).
Hubiese resultado extraño que José estuviese
solo con María durante el nacimiento de Jesús. Si bien José poseía una gran fe
en Dios y confiaba en que Jesús se convertiría en el Mesías, los hombres en
aquella época no sabían cómo dar a luz a un bebé. Su condición de hombre
honesto hubiese hecho que buscase ayuda en una matrona local y reconociese su
falta de conocimiento en la materia.
Además de este conocimiento histórico, un texto
antiguo que data del año 145 llamado HYPERLINK “http://www.newadvent.org/fathers/0847.htm“ Protoevangelio
de Santiago cuenta la historia de la partera de María y otra mujer que asistió
al parto.
Y he aquí que una mujer descendió de la
montaña, y me preguntó:
- ¿Dónde vas?
Y yo repuse:
- En busca de una partera judía.
Y ella me interrogó:
- ¿Eres de la raza de Israel?
Y yo le contesté:
- Sí.
Y ella
replicó:
- ¿Quién es la mujer que pare en la gruta?
Y yo le dije:
- Es mi
desposada.
Y la partera siguió.
Y llegaron al lugar en que
estaba la gruta, y he aquí que una nube luminosa la cubría.
Y la partera
exclamó:
- Mi alma ha sido exaltada en este día, porque mis ojos han visto
prodigios anunciadores de que un Salvador le ha nacido a Israel.
Y la nube se
retiró en seguida de la gruta, y apareció en ella una luz tan grande, que
nuestros ojos no podían soportarla. Y esta luz disminuyó poco a poco, hasta que
el niño apareció, y tomó el pecho de su madre María.
Y la partera exclamó:
- Gran
día es hoy para mí, porque he visto un espectáculo nuevo.
Y la partera salió de la gruta, y encontró a
Salomé, y le dijo:
- Salomé, Salomé, voy a contarte la maravilla extraordinaria,
presenciada por mí, de una virgen que ha parido de un modo contrario a la
naturaleza.
Aunque el texto no se considera inspirado,
apunta a una realidad histórica que probablemente sea cierta. En términos
prácticos, tenía sentido que José buscara ayuda en una matrona. Si ella asistió
al parto es otra cuestión, pero los servicios de la partera se extendieron
además al cuidado del bebé.
Los iconos antiguos ortodoxos y bizantinos
recuerdan esta verdad y a menudo representan a la partera de María en un rincón
de la escena, bañando a Cristo recién nacido.
Lo que realmente aconteció esa noche
trascendental siempre será un misterio, pero las pruebas bíblicas e históricas
pueden ayudarnos a arrojar algo de luz sobre un nacimiento que cambió el mundo.
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