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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

martes, 15 de agosto de 2017

Del Papa Francisco en el Ángelus de la Solemnidad de la Asunción de la Bendita Virgen María. 15 - Agosto 2017

"Ventana abierta"


Del Papa Francisco en el Ángelus de la Solemnidad de la Asunción de la Bendita Virgen María.


 Plaza de San Pedro - 15 de agosto de 2017

Fuente: http://w2.vatican.va/content/francesco/it/angelus/2017/documents/papa-francesco_angelus_20170815.html


Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy, solemnidad de la Virgen María, el Evangelio nos presenta a la joven de Nazaret, que, tras haber recibido el anuncio del Ángel, partió de prisa para estar cerca de Elizabeth, en los últimos meses de su embarazo prodigioso.


Entrando en su casa, María escucha de su boca las palabras que vinieron a formar la oración del "Ave María": “Bendita tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu seno” ( Lc 1:42). De hecho, el mayor regalo que María le hace a Isabel, y al mundo entero, es Jesús, que ya vivía en ese momento en ella; y vive no sólo por la fe y la espera, como en tantas mujeres del Antiguo Testamento: “de la Virgen, Jesús tomó carne humana, para realizar su misión de salvación”.


En la casa de Elizabeth y de su esposo Zacarías, donde antes reinaba la tristeza por la falta de hijos, ahora existe la alegría de un bebé en camino: un niño que se convertirá en el gran Juan Bautista, el precursor del Mesías. Y cuando llega María, la alegría se desborda e inunda los corazones, porque la presencia invisible pero real de Jesús llena todo con significado: la vida, la familia, la salvación de las personas ...


 ¡Todo! Esta alegría total se expresa en la voz de María en la maravillosa oración que el Evangelio de Lucas nos ha transmitido y que, desde la primera palabra latina, se llama Magnificat. Es un canto de alabanza a Dios que obra grandes cosas a través de personas humildes, desconocidas para el mundo, como es María misma, como su esposo José, y como también es el lugar donde viven, Nazaret. Dios obras grandes cosas con los humildes, el Señor realiza grandes obras en el mundo con los humildes, porque la humildad es como un vacío que da paso a Dios. El humilde es poderoso, porque es humilde, no porque es fuerte. Y esta es la grandeza del humilde y de la humildad. Me gustaría preguntaros, y también preguntarme a mí mismo: "¿Cómo es mi humildad?".



El Magnificat canta al Dios misericordioso y fiel, que cumple su plan de salvación con los pequeños y los pobres, con aquellos que tienen fe en Él, que confían en su Palabra, como María. Así se entiende la exclamación de Elizabeth: "Bienaventurados los que han creído" ( Lc 1,45). En aquella casa, la venida de Jesús a través de María creó no solo un clima de alegría y comunión fraterna, sino también un clima de fe que conduce a la esperanza, la oración y la alabanza.



Nos gustaría que todo esto suceda hoy en nuestros hogares. Nos gustaría que una vez más, la celebración de Santa María de la Asunción, nos trajese a nosotros, a nuestras familias, a nuestras comunidades, este inmenso don, la única gracia que hay que pedir siempre antes y por encima de las otras gracias que deseamos profundamente: ¡La gracia que es Jesucristo!


Al traer a Jesús, Nuestra Señora también nos trae una nueva alegría, llena de significado; nos brinda una nueva habilidad para cruzar fielmente los momentos más dolorosos y difíciles; nos brinda la capacidad de misericordia, de perdonarnos, de entendernos, de apoyarnos unos a otros.


María es un modelo de virtud y fe. Al contemplarla hoy asunta al Cielo, en el cumplimiento final de su viaje terrena, le agradecemos que nos haya precedido en la peregrinación de la vida y la fe: ella es la primera discípula. Y le pedimos que nos proteja y apoye; que podemos tener una fe fuerte, alegre y misericordiosa; eso nos ayudará a ser santos, y a encontrarnos con ella, un día, en el Cielo.

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