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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

domingo, 28 de mayo de 2017

Oración de Comunión Espiritual. Ascensión del Señor. 28 - Mayo - 2017.

"Ventana abierta"


Oración de Comunión Espiritual


 Ascensión del Señor


"Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el final de los tiempos".
Buenos días amig@s, es el momento de sentir esa presencia  de Jesús en la Eucaristía.
Todos mis seguidores, y aquellos amigos que se acercan a este blog esporádicamente y tienen interés, pues podemos hacer nuestra Comunión Espiritual juntamente, mostrando así nuestro deseo de recibir el Cuerpo de Cristo. Él está con nosotros siempre.
"Me voy, pero me quedo.
Sí, estoy en el Cielo a la derecha del Padre, pero también muy cerca de ti en la tierra.
Porque me quedo en el Pan y el Vino que comulgas.
Porque me quedo en la mirada inocente de un niño.
Porque me quedo en el rostro cansado del anciano.
Porque me quedo en el gemido del enfermo, del que sufre.
porque me quedo en el quehacer imparable de una madre.
Porque me quedo en el corazón de dos enamorados.
Porque me quedo en el que busca un futuro arriesgado cruzando mares.
Porque me quedo en el trabajo bien hecho.
porque me quedo en la palabra amable.
Porque me quedo en el Evangelio que lees y anuncias.
Porque me quedo en la Iglesia que es mi Cuerpo.
Porque me quedo donde dos o tres están reunidos en mi nombre.
Porque me quedo con vosotros todos los días hasta el final de los tiempos.
Porque me quedo, me quedo en ti".


domingo, 21 de mayo de 2017

Oración de Comunión Espiritual. VI Domingo de Pascua.Pascua del Enfermo. 21 - Mayo - 2017.

"Ventana abierta"


Oración de Comunión Espiritual


Pascua del Enfermo


En España , la Pascua del Enfermo se celebra este VI domingo de Pascua, día 21 de mayo. El Departamento de pastoral de la Salud, en la Conferencia Episcopal, ha presentado un cuaderno con materiales de apoyo para la Campaña del enfermo, que este año se celebra con el lema "Pastoral de la salud y ecología integral: "Salud para ti, salud para tu casa"(1 Sam 25, 6).
  
Jesús no nos deja, su Espíritu es el que nos recuerda constantemente su presencia en las especies del pan y del vino, su Cuerpo y su Sangre que ahora comemos.
Hagamos la Comunión Espiritual todos aquellos que acepten este ofrecimiento a través de mi sencillo  blog, si así lo desean.
Esta es la oración que se nos propone para este día de la Pascua del Enfermo:
"Dios Padre, Amigo de la vida que estás presente en todo el universo y en la más pequeña de tus criaturas, derrama en nosotros la fuerza de tu amor.
Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar y cuidar a los abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos.
Sana nuestras vidas para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción.
Toca nuestros corazones y enséñanos a descubrir el valor de cada persona y de cada cosa, porque todos somos custodios de la salud de nuestros hermanos y de la salud del mundo. Amén". 



sábado, 20 de mayo de 2017

La caridad con los necesitados

"Ventana abierta"


La caridad con los necesitados


Por José Miguel Arráiz

Así dice el Señor:
"Pues no faltarán pobres en esta tierrapor eso te doy yo este mandamiento: debes abrir tu mano a tu hermano, a aquel de los tuyos que es indigente y pobre en tu tierra."Deuteronomio 15,11.

No faltaron en el mundo antiguo pobres, no faltan hoy y no faltaran mañana. Ya lo decía el Señor:
"Porque pobres siempre tendréis con vosotros;…" Juan 12,8

Por eso este mandamiento del Señor: Tender siempre la mano a nuestros hermanos, nunca olvidando al que es pobre y necesitado.
"En atención al mandamiento, acoge al indigente, según su necesidad no le despidas vacío. Gasta dinero por el hermano y el amigo, que no se te enroñe bajo la piedra y lo pierdas.Coloca tu tesoro según los mandamientos del Altísimo, y te dará provecho más que el oro." Eclesiástico 29,9-11.

"Hijo, no prives al pobre del sustento, ni dejes en suspenso los ojos suplicantes. No entristezcas al que tiene hambre, no exasperes al hombre en su indigenciaNo te ensañes con el corazón exasperado, no hagas esperar la dádiva al mendigo. No rechaces al suplicante atribulado, ni apartes tu rostro del pobre. No apartes del mendigo tus ojos, ni des a nadie ocasión de maldecirte. Pues si maldice en la amargura de su alma, su Hacedor escuchará su imprecación. Hazte querer de la asamblea, ante un grande baja tu cabeza. Inclina al pobre tus oídos, responde a su saludo de paz con dulzura. Arranca al oprimido de manos del opresor, y a la hora de juzgar no seas pusilánimeSé para los huérfanos un padre, haz con su madre lo que hizo su marido. Y serás como un hijo del Altísimo; él te amará más que tu madre." Eclesiástico 4,1-10.

Para profundizar un poco en este mandamiento he querido hacer este estudio.
La caridad, el distintivo de los cristianos
"Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos." Juan 15,12-13
En esto se conocen los cristianos, en que guardamos el mandamiento del Señor y nos amamos unos a los otros, y no de palabra sino en obras:
"En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.»" Juan 13,15
"Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad. En esto conoceremos que somos de la verdad, y tranquilizaremos nuestra conciencia ante Él," 1 Juan 3,18.

Y por eso quien tiene bienes materiales y ve a su hermano pasando necesidad y le cierra el corazón no permanece en el amor de Dios:
"En esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos. Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios? "1 Juan 3,16-17
Ese fue el pecado del Rico, que aún sin matar ni robar fue indiferente ante el Lázaro que a la puerta de su casa mendigaba deseando hartarse con las migajas que caían de la mesa. Porque quien puede hacer bien y no lo hace comete pecado.
"Aquel, pues, que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado." Santiago 4,17
No seamos como el Rico, indolente ante las necesidades de nuestros hermanos, sino que le veamos como realmente es, como nuestro hermano que nos necesita. ¿Cuántas veces vemos responder a los pobres con grosería? ¿Cuántas veces oímos o incluso nosotros mismos les decimos: " ¡Pero ya te di ayer!", "¡¡¡¿¿¿Otra vez ???!!!". ¿Es que acaso cuando nuestros hijos nos piden comida le respondemos: "¡Pero ya comiste ayer!, ¿Otra vez?"? ¿Es que acaso no tenemos hambre todos los días?

Es claro que ni los ricos pueden dar siempre, pero basta que oigamos a alguno decir que conoce a un mendigo que vive lujosamente y que tiene una camioneta último modelo para que cerremos el corazón a todo el que nos pide y pensemos: "¡Es un vago aprovechador!". De allí en adelante no importa si es un anciano, una viuda o un niño, ya todos son para nosotros,"unos vagos que no trabajan".
¿Es esto ser cristiano? ¿Es esta la actitud que Dios quiere de los cristianos?

El ayuno que Dios quiere.
Muchas veces pensamos que las penitencias y ayunos agradarán a Dios, pero si descuidamos lo principal nuestros ayunos en vez de agradarle, le ofenden. Por eso el pueblo de Israel no entendía porque sus ayunos y oraciones no eran escuchados:
"Porque yo quiero amor, no sacrificio, conocimiento de Dios, más que holocaustos." Oseas 6,6
"- ¿Por qué ayunamos, si tú no lo ves? ¿Para qué nos humillamos, si tú no lo sabes? - Es que el día en que ayunabais, buscabais vuestro negocio y explotabais a todos vuestros trabajadores. Es que ayunáis para litigio y pleito y para dar de puñetazos a malvados. No ayunéis como hoy, para hacer oír en las alturas vuestra voz." Isaías 58,3-4.

Pero el ayuno agradable a Dios no es dejar de comer, vestirse de sayal o cubrirse el pelo de ceniza, sino partir el pan con el hambriento y dar de vestir al desnudo:
"¿Acaso es éste el ayuno que yo quiero el día en que se humilla el hombre? ¿Había que doblegar como junco la cabeza, en sayal y ceniza estarse echado? ¿A eso llamáis ayuno y día grato a Yahveh? ¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, y arrancar todo yugo? ¿No será partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar recibir en casa? ¿Que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu semejante no te apartes? Entonces brotará tu luz como la aurora, y tu herida se curará rápidamente. Te precederá tu justicia, la gloria de Yahveh te seguirá. Entonces clamarás, y Yahveh te responderá, pedirás socorro, y dirá: «Aquí estoy.» Si apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no hablas maldad, repartes al hambriento tu pan, y al alma afligida dejas saciada, resplandecerá en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti será como mediodía. Te guiará Yahveh de continuo, hartará en los sequedales tu alma, dará vigor a tus huesos, y serás como huerto regado, o como manantial cuyas aguas nunca faltan. Reedificarán, de ti, tus ruinas antiguas, levantarás los cimientos de pasadas generaciones, se te llamará Reparador de brechas, y Restaurador de senderos frecuentados. Si apartas del sábado tu pie, de hacer tu negocio en el día santo, y llamas al sábado «Delicia», al día santo de Yahveh «Honorable», y lo honras evitando tus viajes, no buscando tu interés ni tratando asuntos, entonces te deleitarás en Yahveh, y yo te haré cabalgar sobre los altozanos de la tierra. Te alimentaré con la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Yahveh ha hablado." Isaías 58,5-14
Características de la verdadera caridad.

1. No dar por interés
La caridad que Dios quiere de nosotros no es aquella que es hecha para ser vistos por los demás.
"Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres;en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secretoy tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará." Mateo 6,2-4.

A Dios no le agrada toda obra que no es hecha motivado por el amor, por eso, aún si diéramos todos nuestros bienes a los pobres, si lo hacemos por la razón equivocada, ya sea por interés de recibir alguna recompensa de a quien damos, o para ser vistos y tenidos por buenos, de nada vale:
"Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha." 1 Corintios 13,3.
No olvidemos que lo que haga nuestra mano izquierda no lo debe saber la derecha.

2. No dar forzado sino con alegría, dulzura y generosidad:
"Cuando le des algo, se lo has de dar de buena gana, que por esta acción te bendecirá Yahvehtu Dios en todas tus obras y en todas tus empresas" Deuteronomio 15,10.
La verdadera caridad no es la que se da forzada sino la que se da con alegría interior y generosidad:
"Mirad: el que siembra con mezquindad, cosechará también con mezquindad; el que siembra en abundancia, cosechará también en abundancia. Cada cual dé según el dictamen de su corazón, no de mala gana ni forzado, pues: = Dios ama al que da con alegría. = poderoso es Dios para colmaros de toda gracia a fin de que teniendo, siempre y en todo, todo lo necesario, tengáis aún sobrante para toda obra buena. Como está escrito: = Repartió a manos llenas; dio a los pobres; su justicia permanece eternamente. = Aquel que provee = de simiente al sembrador y de pan para su alimento, = proveerá y multiplicará vuestra sementera y aumentará = los frutos de vuestra justicia. =" 1 Corintios 9,6-10.
"Inclina al pobre tus oídos, responde a su saludo de paz con dulzura." Eclesiástico 4,8
"Haced todo con amor." 1 Corintios 16,14.

7 Promesas divinas reservadas a quienes viven en el amor y la caridad.
- 1. Todo lo que hagamos a nuestros hermanos, lo hacemos al Señor quien nos lo recompensará:
Cada vez que hacemos una buena obra a alguno de nuestros hermanos, no se lo hacemos solo a ellos, sino a nuestro Señor Jesucristo:
"Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beberera forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme." Entonces los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis." Mateo 25, 35-38.40
Y por eso nuestras buenas obras son para nosotros un tesoro en el cielo:
"«No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y robanAmontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón." Mateo 6,19-21.
"No escapará el pecador con su rapiña, ni quedará fallida la paciencia del piadoso. Para toda limosna tiene él un sitio, cada cual hallará según sus obras." Eclesiástico 16,13-14.
"La caridad es como un paraíso de bendición, y la limosna permanece para siempre." Eclesiástico 40,27.
Ya decía el proverbio que dar al pobre es prestar a Dios:
"Quien se apiada del débil, presta a Yahveh, el cual le dará su recompensa." Proverbios 19,17.

- 2. Dios será especialmente misericordioso con nosotros:
Ya lo decía el libro del Eclesiástico, así como el agua apaga el fuego la limosna perdona los pecados.
"El agua apaga el fuego llameante, la limosna perdona los pecados." Eclesiástico 3,30.

- 3. Al momento de caer encontraremos pronto apoyo en el Señor:
"Quien con favor responde prepara el porvenir, el día de su caída encontrará un apoyo." Eclesiástico 3,31.

- 4. La bendición del Señor estará sobre nosotros:
Eclesiástico 7,32 "También al pobre tiéndele tu manopara que tu bendición sea perfecta."

- 5. Dios escuchará sin falta nuestras oraciones:
"Entonces clamarás, y Yahveh te responderá, pedirás socorro, y dirá: «Aquí estoy.»" Isaías 58,9
"Quien cierra los oídos a las súplicas del débil clamará también él y no hallará respuesta." Proverbios 21,13.

- 6. Nos conducirá de continuo por caminos de justicia
"Te guiará Yahveh de continuo, hartará en los sequedales tu alma, dará vigor a tus huesos, y serás como huerto regado, o como manantial cuyas aguas nunca faltan." Isaías 58,10-11.

- 7. Dios que nos provee el pan de cada día nos proveerá con abundancia:
"La limosna del hombre es como un sello para él, el favor del hombre lo guarda como la pupila de sus ojosDespués se levantará y les retribuirá, sobre su cabeza pondrá su recompensa." Eclesiástico 22-23
"El que da a los pobres no conocerá la indigencia, para el que se tapa los ojos abundante maldición." Proverbios 28,27.

"Como está escrito: = Repartió a manos llenas; dio a los pobres; su justicia permanece eternamente. = Aquel que provee = de simiente al sembrador y de pan para su alimento, = proveerá y multiplicará vuestra sementera y aumentará = los frutos de vuestra justicia. =" 2 Corintios 9,8-10.

Conclusión
Dios en su infinita generosidad nos ha bendecido y es su beneplácito que seamos fieles administradores de los dones que hemos recibido, compartiendo con nuestros hermanos necesitados. ¿Cuántas veces gastamos en exceso en una comida o una salida y no nos importa? ¿Será que actuamos de la misma manera con el prójimo, o no le damos porque: "no tenemos sencillo", "qué lástima!"
Permitamos que la gracia de Dios cambie nuestra vida y cada día seamos más capaces de transmitir ese amor a todos nuestros hermanos, incluyendo los más necesitados.



domingo, 14 de mayo de 2017

V Domingo de Pascua, Ciclo A-P 14 - Mayo - 2017

"Ventana abierta"


V Domingo de Pascua, Ciclo A-P


Raniero Cantalamesa
Publicado el 14 de mayo de 2017 por misionmas


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino». 


Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». 


Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mi. Si no, creed a las obras. En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre». (Juan 14, 1-12)

La respuesta cristiana a la pregunta humana más inquietante

En el libro del Génesis se lee que después del pecado Dios dijo al Hombre: 
«Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás» (Gn 3, 19). 

Cada año, el miércoles de Ceniza, la liturgia nos repite esta severa advertencia: 
«Recuerda que polvo eres y en polvo te has de convertir». 
Si dependiera de mí, haría desaparecer de inmediato esta fórmula de la liturgia. 
Justamente ahora la Iglesia permite sustituirla con la otra: 
«Convertios y creed en el Evangelio». 

Tomada a la letra, sin las debidas explicaciones, aquellas palabras son de hecho la expresión perfecta del ateísmo científico moderno: el hombre no es más que una polvareda de átomos que se resolverá, al final, en otra polvareda de átomos.

El Qohélet [Eclesiastés. ndt], un libro de la Biblia escrito en una época de crisis de las certezas religiosas en Israel, parece confirmar esta interpretación atea cuando escribe: «Todos caminan hacia una misma meta; todos han salido del polvo y todos vuelven al polvo. ¿Quién sabe si el aliento de vida de los humanos asciende hacia arriba y si el aliento de vida de la bestia desciende hacia abajo, a la tierra?» (Qo 3, 20-21). 
Al final del libro, esta última terrible duda (quién sabe si hay diferencia entre la suerte final del hombre y la del animal) parece resuelta positivamente, porque el autor dice que «vuelva el polvo a la tierra, a lo que era, y el espíritu vuelva a Dios que es quien lo dio» (Qo 12, 7). 
En los últimos escritos del Antiguo Testamento empieza, es verdad, a abrirse camino la idea de una recompensa de los justos después de la muerte, y hasta la de una resurrección de los cuerpos, pero es una creencia aún bastante vaga en el contenido y no compartida por todos, por ejemplo, por los saduceos.

En este contexto podemos valorar la novedad de las palabras con las que empieza el Evangelio del domingo: 
«No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios; creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo, estéis también vosotros». 


Contienen la respuesta cristiana a la más inquietante de las preguntas humanas. Morir no es –como estaba en los inicios de la Biblia y en el mundo pagano– bajar al Seól o al Hades para llevar allí una vida de larvas o de sombras; no es –como para ciertos biólogos ateos- restituir a la naturaleza el propio material orgánico para un ulterior uso por parte de otros seres vivos; tampoco es –como en ciertas formas de religiosidad actuales que se inspiran en doctrinas orientales (con frecuencia mal entendidas)– disolverse como persona en el gran mar de la conciencia universal, en el Todo o, según los casos, en la Nada… Es en cambio ir a estar con Cristo en el seno del Padre, ser donde Él es.

El velo del misterio no se ha levantado porque no puede suprimirse. Igual que no se puede describir qué es el color a un ciego de nacimiento o el sonido a un sordo, tampoco se puede explicar qué es una vida fuera del tiempo y del espacio a quien aún está en el tiempo y en el espacio. No es Dios quien ha querido mantenernos en la oscuridad… Nos ha dicho, sin embargo, lo esencial: la vida eterna será una comunión plena, alma y cuerpo, con Cristo resucitado, compartir su gloria y su gozo.


El Papa Benedicto XVI, en su reciente encíclica sobre la esperanza (Spe salvi), reflexiona sobre la naturaleza de la vida eterna desde un punto de vista también existencial. Comienza observando que hay personas que no desean en absoluto una vida eterna, que incluso tienen miedo. ¿Para qué sirve –se preguntan– prolongar una existencia que se ha revelado llena de problemas y de sufrimientos?

La razón de este temor, explica el Papa, es que no se logra pensar en la vida más que en los modos que conocemos aquí abajo; mientras que se trata, sí, de vida, pero sin todas las limitaciones que experimentamos en el presente. La vida eterna –dice la Encíclica–, será sumergirse en el océano del amor infinito, en el cual el tiempo –el antes y el después– ya no existe. No será un continuo sucederse de días del calendario, sino como el momento pleno de satisfacción, en el cual la totalidad nos abraza y nosotros abrazamos la totalidad.

Con estas palabras el Papa alude tal vez, tácitamente, a la obra de un famoso compatriota suyo. El ideal del Fausto de Goethe es de hecho precisamente alcanzar tal plenitud de vida y tal satisfacción que le haga exclamar: 
«Detente, instante: ¡eres tan bello!». 
Creo que ésta es la idea menos inadecuada que podemos hacernos de la vida eterna: un instante que desearíamos que no acabara nunca y que –a diferencia de todos los instantes de felicidad de aquí abajo– ¡no terminará jamás! Me vienen a la memoria las palabras de uno de los cantos más amados por los cristianos de lengua inglesa: 
«Amazing grace». 
Dice: 
«Y cuando allí hayamos estado diez mil años, / brillando como el sol, / el tiempo que nos queda de alabar a Dios / no será inferior que cuando todo comenzó»  (When we’ve been there  ten thousand years, / Bright shining as the sun, / We’ve no less days  to sing God’s praise / Than when we’ve first begun.)

Por: P. Raniero Cantalamessa, ofmcap
[Traducción del original italiano por Marta Lago]

Oración de Comunión Espiritual. V Domingo de Pascua. Centenario de las apariciones de Fátima y Canonización de los pastorcillos de Fatima. 14 - Mayo - 2017

"Ventana abierta"


Oración de Comunión Espiritual.


Centenario de las Apariciones de Fátima y Canonización de los Pastorcillos Jacinta y Francisco Marto.


La Eucaristía, lo recordamos cada domingo, es vínculo de unión fraterna, en ella participamos realmente del Cuerpo y de la Sangre del Señor.
Por eso, ahora, cuantos amigos que siguen este blog, y si así lo desean, nos unimos en comunión con el Señor y con los hermanos.
Señor Jesús, también nosotros en esta mañana, te decimos con el Apóstol Felipe: "¡Muestranos al Padre!".
Sabemos, sin embargo, que nuestro deseo es ya realidad cumplida.
Tú nos has mostrado al Padre.
Tú nos muestras al Padre en cada momento y situación de nuestra vida.
Tú nos has revelado el rostro de amor y misericordia del Padre.
Lo sabemos, y así lo confesamos, pero te lo pedimos en esta mañana y cada día, en cada momento de nuestra existencia; muéstranos al Padre.
Ayúdanos a contemplarte a Ti, porque sólo en Ti podemos alcanzar la plenitud de vida y de verdad que nos das en tu Espíritu de Amor.


Sólo en Ti, postrados en tu presencia, podemos decir con los pastorcillos de Fátima:
"¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo!".


viernes, 12 de mayo de 2017

La bici de Miguel

"Ventana abierta"


La bici de Miguel


Es fantástico! -suspiró Miguel, tendido en la cama y contemplando su póster favorito-.
 ¡Qué bárbaro! ¡El rayo del espacio, la bici espacial! ¡Menudo aparato!

Cada noche, antes de dormirse, se quedaba largo rato mirándolo. Luego, soñaba con ella.

Una noche de verano, acababa de cerrar los ojos cuando de repente oyó un ruido extraño.
Se incorporó rápidamente y vio que el póster se agitaba violentamente. De pronto sonó como un silbido y la bici se desprendió de la pared y fue a caer al suelo.

Asombrado, Miguel la miró, boquiabierto, y se cayó de la cama. Allí mismo, en su cuarto, estaba la bici en tamaño natural… y la chica del póster en carne y hueso.

— ¿Quién eres tú? — preguntó Miguel, hecho un lío.

— Me llamo Tina y soy una ciclista del espacio.
¡Vamos a dar una vuelta!

Muy sigilosamente, Miguel ayudó a Tina a transportar la bici escaleras abajo hasta el jardín. 
‘¡Menuda sorpresa tendrían mamá y papá si me vieran ahora!”, pensó él.

Cuando salieron al jardín, iluminado por la Luna, Tina saltó sobre el rayo del espacio y salió disparada.

— ¡Mírame, Miguel! ¡Qué divertido es pedalear en esta bicicleta espacial!

Miguel estaba impaciente por montar en ella y cuando Tina se bajó, saltó sobre el rayo del espacio y exclamó:
— No ha estado mal, ¡pero fíjate en mí!

Se disponía a partir cuando se detuvo en seco y añadió:
 ¡¡Pero si no tengo casco espacial!!

Tina señaló su cabeza y dijo:
— ¡Pero si lo llevas puesto!

De vez en cuando el casco soltaba como un leve silbido.
— Es el oxígeno -dijo Tina.

Miguel llevaba también un reluciente traje espacial, con grandes bolsillos para las provisiones. Montó de un salto en la bici, listo para lanzarse a pedalear.
Primero avanzó vacilante en una dirección… luego en la otra. ¡Al fin lo consiguió!
Pero qué trabajoso era pedalear en aquella bici. 
— Ojalá tuviera motor.
— Vaya, si tiene cohetes propulsores…

— Has de apretar ese botón que hay en el manillar. ¡No, no lo toques! ¡NO!

Era demasiado tarde…
Al apretar Miguel el botón, se oyó un ruido sordo debajo del sillín y los cohetes se pusieron en marcha.

— ¡Has de apretar el interruptor para desconectarlos!

— ¿Dónde está?

Pero antes de que Tina pudiera responder, sonó una explosión y de la parte trasera de la bici se escapó una llamarada de color púrpura.

Miguel salió disparado a través del jardín en dirección al auto de su papá… iPang! La rueda delantera chocó con el guardabarros del auto. iCatacloc!, sonaron los cohetes, mientras la bici trepaba por la parte posterior al auto de su papá.

Pero no bajó por el otro lado y Tina se quedó observando impotente cómo Miguel, agarrándose con fuerza a la bici, se remontaba con ella hacia la oscuridad del cielo.

Tina vio alejarse la bici espacial con la que Miguel se perdía en la noche.
En un segundo, estuvo a cien metros. En dos segundos, había subido un kilómetro. Y un minuto más tarde seguía subiendo…

Al fin, Miguel encontró el interruptor y la bicicleta se detuvo. Miró hacia abajo por primera vez.
Colgada en la oscuridad divisó una pequeña bola verde y azul. “Qué color más raro para una pelota de tenis”, pensó.
Pero no era una pelota. ¡Era la Tierra! Se veían claramente África y la India. 

Cuando Miguel se dio cuenta de lo lejos que estaba de casa, se sintió muy solo y desamparado, y notó cómo el corazón le palpitaba. Tenía algo de miedo.
Al flotar se metió las manos en los bolsillos del traje espacial, pero lo único que encontró fue un envoltorio de una chocolatería de Venus:
“Chocovenus”.

De pronto, le saludaron las luces de una nave espacial. Se sintió mucho mejor. Pero había algo que no marchaba bien. Lo notaba por momentos.

Al acercarse, Miguel vio a un hombre con traje espacial que le hacía señas frenéticas, colgado de un tubo. Al parecer, estaba gritando, pero Miguel no oía nada.

La máquina se puso en marcha y Miguel se lanzó tras la caja, que se alejaba dando vueltas. La recogió y la metió en su bolsillo espacial y se dirigió a la nave.
Se detuvo junto al gran casco gris. Al subir, la tripulación lo aclamó con grandes vítores y aplausos. Era un héroe.

 — Buen trabajo, chico — dijo el capitán —.
Esa caja es muy importante. Es nuestra brújula espacial. Sin ella, nos habríamos perdido.

Trató de enjugarse la frente, pero aún llevaba el casco puesto.

— Te mereces una recompensa.

— Sólo quiero ir a casa — dijo Miguel.
Estoy muy cansado. Quiero ver a mis padres. 

Así pues, el capitán puso la nave en supermarcha rumbo a la Tierra, usando la brújula espacial.
La "pelota de tenis" que había visto Miguel se fue haciendo cada vez más grande, hasta que llegó a ocupar toda la ventana. 
Pronto Miguel comenzó a ver los campos que brillaban bajo la luz de la luna y el río que se curvaba en dirección a su casa.

— ¡Ahí es donde vivo! — gritó —. ¿Podéis dejarme bajar?

El capitán le prendió una medalla espacial en el traje y maniobró la nave hasta que estuvo suspendida sobre la casa de Miguel. 

— ¡Ponte en la plataforma de lanzamiento!

Miguel recogió su casco y se dirigió al tubo, de pronto oyó un ruido extraño y sintió que caía. Miguel intentó agarrarse a algo, y cerró los ojos fuertemente…
Cuando volvió a abrirlos, estaba en su cama y el sol entraba a raudales por la ventana. Se frotó los párpados y miró el cartel de la pared.

— Ahí está la bici espacial… ¡Y Tina! Todo ha sido un sueño trepidante.
Pero no había mirado debajo de la cama, donde le aguardaban más sorpresas.