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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

lunes, 19 de marzo de 2012

Cuando Dios creó a los padres.

"Ventana abierta"


Cuando Dios creó a los padres
 19-Marzo- 2012. 

 

Cuando Dios creó a los padres, comenzó con una talla grande.

Un ángel se le acercó y le dijo:
“¿Qué clase de padre es ese?
¿Si estás haciendo a niños tan cerca del suelo, por qué pones al padre tan arriba?
No podrá jugar a canicas sin arrodillarse.
Arropar a un niño en cama sin torcerse la espalda.
O besar a un niño sin encorvarse”. 

Dios sonrió y dijo:
“Sí, pero si lo hago del tamaño de un niño, ¿cómo quién tendrían que crecer los niños?”

Y cuando Dios hizo las manos del padre, éstas eran grandes.

El ángel agitó su cabeza y dijo:
“Las manos grandes no pueden sujetar un pañal.
Abrochar los botones pequeños.
Poner tiritas.
O quitar astillas a causa de jugar con un bate de béisbol”.

De nuevo Dios sonrió y dijo:
“Lo sé, pero son lo suficientemente grandes para sostener todo lo que un muchacho pequeño vacía de sus bolsillos, y todavía bastante pequeñas para acariciar la cara de un niño con una sola de ellas”. 

Entonces Dios amoldó piernas largas delgadas y hombros anchos.

“¿Te has dado cuenta que hiciste un padre sin regazo?” –El ángel lo dijo susurrando.

Dios dijo:
“Una madre requiere un regazo.
Un padre necesita hombros fuertes para tirar de un trineo.
Pasear a un muchacho en una bicicleta.
O sostener una cabeza soñolienta de un pequeño como un gran malabarista”.

Cuando Dios estaba en el medio de la Creación se mostraron los pies más grandes vistos hasta entonces.

 El ángel no pudo contenerse más:
“Esto no es confiable ¿Honestamente crees que estos pies van a llegar rápido a la cama del bebé cuando llore en la mañana, o andar a través de una fiesta de cumpleaños sin pisar a los huéspedes?”

Y Dios dijo:
“Trabajarán. Ya lo verás.
Soportarán y tendrán la fuerza para pedalear con un niño pequeño un paseo en bicicleta por la mañana.
 O asustarán ratones en una cabaña de verano.
 Y mostrarán al pequeño el desafío de llenar esos zapatos”.

Dios trabajó toda la noche.
 Dio al padre pocas palabras, pero una voz firme para mostrar autoridad.
 Ojos que ven todo, pero con calma y tolerancia.
Lo dotó también de una gran sabiduría para educar a sus hijos y tomar las decisiones correctas.
Finalmente agregó lágrimas.
Entonces se volvió al ángel, y le dijo:
“¿Ahora estás satisfecho?
¡Puede amar intensamente como lo hace una madre!”

El ángel no dijo más. 



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