"Ventana abierta"

Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
El Espíritu Santo no consiente la mediocridad; siempre quiere llevarnos a algo más.
El martirio es una muestra de lo que puede llegar a provocar el Espíritu Santo. Por eso la Iglesia nos propone recordar a los mártires de distintas regiones de la tierra, para reconocer la acción del Espíritu Santo y para estimular nuestra entrega. Hoy recordamos a los 117 mártires de Vietnam.
Estos mártires son personas de diversas condiciones y estados de vida: obispos, sacerdotes, catequistas, padres de familia, profesionales, pescadores. Así vemos que, en cualquier situación que vivamos, es posible entregarlo todo. Cada uno de nosotros, en la tarea que le toque realizar, puede dejarse tomar por el Espíritu Santo, y dar la vida en esa tarea generosa.
Uno de estos mártires, llamado Pablo, decía con firmeza, en medio de los tormentos espantosos que le hacían sufrir: “Estoy lleno de gozo y de alegría. No estoy solo, Cristo está conmigo".
A pesar de las crueles persecuciones, que buscaban amedrentar a los pobladores para que no se hicieran cristianos, hoy la Iglesia en Vietnam ya tiene unos seis millones de fieles cristianos. Por eso, ninguna circunstancia adversa debería hacernos pensar que no vale la pena entregarse, que nada puede ser mejor, que nuestra entrega es inútil. Ninguna lucha, llevada con amor, será infecunda, más allá de lo que nosotros lleguemos a ver con nuestros ojos. Por eso, cuando nos parece que sufrimos inútilmente, invoquemos al Espíritu Santo, y dejemos que él bendiga ese dolor. De esa manera, nuestro sufrimiento dará frutos preciosos.
Los mártires nos impulsan a entregar la vida, cada día. Es posible, si nos dejamos impulsar y fortalecer por el Espíritu Santo.
Oración inspirada en la reflexión de Los Cinco Minutos del Espíritu Santo del 24 de Noviembre
"Espíritu Santo, ven hoy a fortalecer mi entrega y mi capacidad de dar la vida en lo que hago. Tú que elevas el corazón y no permites la mediocridad, despierta en mí el deseo de ofrecer cada día lo mejor de mí, aun cuando las circunstancias sean difíciles o parezcan inútiles.
Impúlsame con tu valentía para que pueda mantenerme firme en la fe, como tantos hermanos y hermanas que, inspirados por tu fuerza, dieron testimonio incluso en medio del dolor. Que su ejemplo me recuerde que ninguna entrega hecha con amor es estéril, aunque mis ojos no vean todavía sus frutos.
Espíritu Santo, toma mi cansancio, mis luchas y mis sufrimientos, y transfórmalos en bendición. Que mis pequeñas renuncias diarias produzcan vida a mi alrededor, y que cada gesto de generosidad se convierta en una semilla fecunda sembrada en tu nombre.
Fortaléceme hoy para vivir con amor, constancia y esperanza, confiando en que
Tú haces nuevas todas las cosas y que ninguna entrega es en vano.
Amén".
#CincoMinutos #EspírituSanto #VíctorManuelFernández #EditorialClaretianaAmén



No hay comentarios:
Publicar un comentario