"Ventana abierta"
HOY, EL
RETO DEL AMOR ES PEDIR AL SEÑOR LA GRACIA DE “COGER AL VUELO” QUE HAY EN EL
CORAZÓN DE OTRA PERSONA
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
AL VUELO
En el recreo, comenté casi de pasada que
necesitaba un pino de Navidad para una idea que me surgió al hacer el Belén. No
era el único tema de conversación; hablamos de muchas otras cosas.
Al día siguiente, por la mañana, una Hermana me
llamó desde el desván: había subido un momento y encontró tres pinos. Por la
tarde, otra Hermana se acercó y me dijo que había mirado en el Noviciado y allí
había dos más.
Me conmovió. Ninguna de las dos tenía tiempo
libre y, aun así, cogieron ese detalle “al vuelo” en medio de la conversación,
no razonaron, simplemente amaron.
Y pensé en cuántas veces, incluso cuando me
piden algo directamente, se me pasa o lo retraso porque pongo otras cosas por
delante.
Daba gracias a Jesús por lo que estas Hermanas
me habían transmitido: en ellas experimenté el Amor de Jesús, ese amor que
impulsa a vivir de otro modo, a dar un paso más allá, a salir de uno mismo y
ponerse en los zapatos del otro para llegar a su corazón.
Para anunciar a Jesús estás tú, no tanto con
tus palabras, sino con tu vida. Una vida enraizada en Cristo no te hace
perfecto ni te libra de caer como todos. La gente te mira: te ven luchar, caer,
levantarte y volver confiado. Te ven cuando ayudas a un compañero que no llega
con su trabajo, cuando te preocupas por lo que le preocupa, o cuando recuerdas
algo que le puede gustar. Te ve también cuando pides perdón, ofreces oración o
haces un favor por algo que has “cogido al vuelo”, saliéndote de tu camino. Así
vives con la mirada de Jesús, siempre buscando la manera de amar y de darte a
los demás.
Un amor que ve, se adelanta, se mueve y se dona
sin ruido. Eso es lo que Jesús hace constantemente en el Evangelio. Es lo que
ahora hace contigo… para que tú puedas hacerlo con los demás.
Hoy, el reto del amor es pedir al Señor la gracia de “coger al vuelo” que hay en el corazón de otra persona y tener un gesto que dé testimonio, haciéndole sentirse visto y amado.
VIVE DE CRISTO




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