"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
El último don del
Espíritu Santo es el santo temor de Dios. Pero este don no tiene nada que ver
con el miedo. Porque en realidad, “en el amor no hay lugar para el
temor; al contrario, el amor perfecto elimina el temor" (1
Juan 4,18).
El santo temor de Dios es la capacidad de reconocer que Dios siempre es infinitamente más grande, que nos sobrepasa por todas partes, que nunca podemos abarcarlo. El amor nos permite descubrir a Dios muy cercano y lleno de ternura, pero el santo temor nos permite reconocer que nuestro amor nunca puede agotar a Dios ni poseerlo completamente, ya que él es el infinito e inabarcable, que está por encima de todo. Este don nos permite recordar que nunca dejamos de ser sus creaturas, y nos ayuda a ser muy cuidadosos para no ofender a Dios, para no desagradarle con nuestra conducta, porque él es el Santo.
Oración para pedir el don de Temor de Dios
"Amado Espíritu Santo, te doy gracias por el don del santo temor de Dios, que me enseña a reconocer la inmensa grandeza de mi Creador. Ayúdame a recordar que, aunque Dios es cercano y lleno de ternura, Él es infinitamente mayor que todo lo que puedo comprender o poseer. Su amor es tan vasto y perfecto que jamás podré abarcarlo completamente.
Te pido que este don me haga ser más consciente de mi pequeñez y de mi necesidad constante de Él. Que mi corazón se llene de reverencia y gratitud, y que cada acción, palabra y pensamiento mío sea guiado por el deseo de agradar a Dios, sabiendo que Él es Santo y digno de todo mi respeto.
Derrama en mí el deseo de caminar siempre en su voluntad, con humildad y dedicación, para no ofender su santidad.
Amén."
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