"Ventana abierta"
Comentarios breves de Benjamín González Buelta. S.J.
Con un lenguaje propio de los tiempos bíblicos, "el sol se convertirá en tiniebla y las estrellas dejarán de brillar en el firmamento", se nos presenta una realidad: este mundo tendrá su momento final. Todo lo que nace, muere: personas, animales, plantas... También este mundo se acabará.
No hay que asustarse ante esta noticia. Más bien se nos revelan motivos de alegría. La imagen que simboliza esta alegría es la higuera, un árbol muy apreciado en tiempos de Jesús. Cuando llega la primavera, después de un invierno frío y oscuro, le brotan hojas nuevas a la higuera y nacen los higos. Después de la historia humana, nos encontraremos con Dios. Todos los esfuerzos realizados por nosotros, el trabajo sobre el cosmos y en la sociedad para construir la humanidad nueva, no se perderán, sino que serán recogidos en la vida definitiva, de la misma manera que en los higos maduros quedan concentrados los esfuerzos de las raíces y el viaje de la savia por el tronco, las ramas y las hojas. Somos invitados a trabajar por lo que tiene consistencia de eternidad, por la vida definitiva, en medio de un mundo donde tantas cosas y personas se descartan y desaparecen como modas efímeras.
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