"Ventana abierta"
Comentarios breves de Benjamín González Buelta. S.J.
Un escriba, un estudioso de las Escrituras, preguntó a Jesús cuál era el principal mandamiento de la ley. Amar a Dios con todas las fuerzas y al prójimo como a uno mismo. Dios nos ama con todo su corazón y con todas sus fuerzas. El amor de Dios no hace desaparecer de nuestro horizonte a los demás, sino todo lo contrario. No hay modo de separar del amor de Dios el amor a los demás y a nosotros mismos. Muchas personas no se aman a sí mismas, tienen una concepción devaluada, se desprecian, se dan asco y se hieren a sí mismas con todo tipo de prácticas autodestructivas. Para un corazón que ama como Dios no hay excluidos, ni enemigos, ni pequeños. Necesitamos experimentar ese amor de Dios, que llega hasta nosotros en muchas ocasiones a través de otras personas que nos respetan y nos quieren. Para toda persona este amor de Dios se ha manifestado de manera insuperable en Jesús, de una vez y para siempre.
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