"Ventana abierta"
EL DOMINIO DEL TEMOR
Web católico de Javier
Varios años atrás, un circo de televisión bien conocido
desarrolló un acto que incluía tigres de bengala. El acto se hacía en vivo
delante de una numerosa audiencia. Una noche, el entrenador entró en la jaula
con varios tigres y la puerta se cerró de forma rutinaria detrás de él. Las
luces inundaban la jaula y las cámaras de televisión se acercaban para que la
audiencia pudiera ver cada detalle mientras él, con su habilidad, imponía a los
tigres en el ritmo adecuado.
En medio de la actuación, pasó lo peor: las luces se
apagaron. Él se sobrecogió y rápidamente pidió ayuda a Dios diciendo
internamente: ¡Padre, ayúdame! Por casi treinta largos segundos, el entrenador
estuvo encerrado con los tigres en la oscuridad. Con su visión nocturna
superior, los tigres podían verlo, pero él no los veía a ellos. Cuando
regresaron las luces, con calma terminó su actuación.
Cuando le preguntaron al entrenador cómo se sintió, él
admitió sentir un frío temor al principio, pero luego -dijo-, se dio cuenta de
que aunque él no podía ver a los felinos, ellos no lo sabían. Él dijo:
"Solo continué haciendo sonar mi látigo y hablándoles hasta que las luces
regresaron. Ellos nunca supieron que yo no les podía ver tan bien como ellos me
veían a mí".
Nosotros no podemos ver a Dios con nuestros ojos, pero Dios nos ve en todo momento. Si nos encomendamos a Él con fe, siempre velará por nosotros.
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