"Ventana abierta"
Web católico de Javier Olivares
Hubo una vez un
emperador que convocó a todos los solteros del reino pues era tiempo de buscar
pareja a su hija.
Todos los jóvenes asistieron y el rey les dijo:
"Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de
vosotros, al cabo de 6 meses deberán traerme en una maceta la planta que haya
crecido, y la planta más bella ganará la mano de mi hija, y por ende el
reino".
Así se hizo, pero había un joven que plantó su semilla y ésta
no germinaba. Mientras tanto, todos los demás jóvenes del reino no paraban de
hablar mostrando las hermosas plantas y flores que habían sembrado en sus
macetas.
Pasaron los seis meses y todos los jóvenes se dispusieron a
desfilar hacia el castillo con hermosísimas y exóticas plantas.
El joven estaba muy triste pues su semilla nunca germinó y ni
siquiera quería ir al palacio. Su madre insistía en que debía ir pues era un
participante y debía estar allí.
Con la cabeza baja y muy avergonzado, desfiló al final hacia
el palacio con su maceta vacía.
Todos los jóvenes hablaban de sus plantas, y al ver a nuestro
amigo se rieron abiertamente burlándose de él. En ese momento el alboroto fue
interrumpido por la entrada del rey, al que todos hicieron su respectiva
reverencia mientras él se paseaba entre todas las macetas admirando las
plantas.
Finalizada la inspección hizo llamar a su hija, y llamó de
entre todos al joven que llevó su maceta vacía. Atónitos, todos esperaban la
explicación de aquella acción.
El rey dijo entonces:
"Este es el nuevo heredero del trono y se casará con mi
hija, pues a todos ustedes se les dio una semilla infértil, y todos trataron de
engañarme plantando otras plantas. Este joven tuvo el valor de presentarse y
mostrar su maceta vacía, siendo sincero, real y valiente, cualidades que un
futuro rey debe tener y que mi hija merece".
Moraleja:
La sinceridad será por siempre una virtud. Di siempre la verdad independientemente de las circunstancias.
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