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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

miércoles, 1 de febrero de 2023

RINCÓN PARA ORAR. "SÓLO EN SU CASA, UN PROFETA ES DESPRECIADO". Miércoles, 1 - Febrero - 2023

"Ventana abierta"

RINCÓN PARA ORAR

SOR MATILDE

SÓLO EN SU CASA, UN PROFETA ES DESPRECIADO


1 Salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen.

2 Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: «¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos?

3 ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él.

4 Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio.»

5 Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos.

6 Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando. (Mc.6, 1-6)

Jesús, creció y trabajó en nuestra tierra “como un hombre cualquiera”, pero cuando se manifestó a Israel con obras milagrosas y con una Palabra que tenía autoridad, ya no era un hombre cualquiera. Lo primero que veían los que lo oían y eran curados por Él, es que Dios estaba con Él, mejor, en Él, y así lo fue revelando poco a poco a los que lo escuchaban. Cuando llegó a decir “Yo soy”, los limpios de corazón leían que Jesús era Dios. ¿O no lo confesó abiertamente el centurión, un pagano, al verle como moría perdonando y amando en la cruz: “Verdaderamente, este hombre, ¿era Hijo de Dios”?

Por todo esto, no es muy incomprensible él: “no desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa”. Pero, esto, parece ser ley de vida pues casi todos los santos fueron ignorados por los suyos y si hacían milagros en nombre de Dios, el desprecio era mayor. Y esto, se debe a que el corazón del hombre está manchado, y en muchas ocasiones, el sujeto, en vez de amar lo que supera su capacidad, tiene envidia, y en el peor de los casos, llega a odiar. Pero los limpios de corazón no entran en estos sentimientos malos. Sabemos que, entre los parientes de Jesús y amigos, varios creyeron en Él, y se les conmutó como santidad. Porque todos los que se acercaban a Jesús con fe y amor a Él, quedaban llenos de gracia de Dios y entendían muchos de los misterios, hasta confesarle Hijo de Dios.

La Iglesia, como Madre que es, nos ofrece, de parte del Señor, muchos remedios para curar nuestra natural malevolencia: nos regala los sacramentos que, sanan nuestras heridas y nos devuelven la gracia, tantas veces perdida por nuestra inconsciencia o frivolidad; Así mismo es la oración; Y ¿qué decir de la participación del Cuerpo de Cristo en la Eucaristía? Su contacto con nosotros, limpia nuestro corazón por el amor y nos hace santos en el Hijo y con Él. Así, ya renovados, no puede Jesús extrañarse de nosotros por nuestra falta de fe. Porque a Dios también “le duele” nuestra incredulidad y con ella nuestros juicios torcidos.

¡Oh Señor, rompe tú la dureza de nuestro corazón! ¡Queremos ser como niños en los juicios y como enamorados adultos, en el amor! ¡Tú Señor, lo puedes todo, porque trabajas y cambias en lo profundo donde sólo tu Espíritu puede sondear y llegar! ¡Qué bien Señor que, lo hagas todo en mí en lo secreto, sin ningún espectador, ni siquiera yo mismo! Porque sabes que, muchas veces, mis intervenciones a favor de la gracia, son para entorpecerla.

¡Gracias Señor, porque siempre llevas a cabo la obra de tu misericordia que, es amarme siempre en todo y por todo y me tienes predestinado un lugar en tu Corazón, donde sólo habita tu gloria y el gozo eterno!¡Todo esto, si quiero y me abandono en Ti! ¡Y lo quiero Señor, me dejo hacer por tu Espíritu Santo, que así sea! ¡Amén! ¡Amén!

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