"Ventana abierta"
ORGULLO DE MAESTRA
Web católico de Javier Olivares
Al saber que soy
maestra, la gente suele preguntarme qué enseño, y mi respuesta de que doy
clases de primer grado en una escuela primaria generalmente les arranca un
"¡Ah!" tan desabrido, que me gustaría exclamar:
-¿En qué sitio, si no allí, me abrazaría un apuesto jovencito
y me diría que me quiere?
-¿Dónde más podría atar lazos para el pelo, ajustar
cinturones, ver un desfile de modas a diario, y, aunque siempre me vista de la
misma manera, oír decir que mi vestido es bonito?
- ¿En qué otro lugar tendría el privilegio de mover dientes
flojos y de arrancarlos cuando terminan de aflojarse?
- ¿Dónde más podría guiar en la escritura de las primeras
letras una manita que quizás algún día escriba un libro importante? ¿En qué
otra parte olvidaría mis penas porque tengo que atender tantas cortaduras,
raspones y corazones afligidos?
- ¿Dónde conservaría el alma joven, sino en medio de un grupo
cuya atención es tan efímera que siempre debo tener a mano una caja de
sorpresas?
- ¿Dónde me sentiría más cerca del Creador que en un lugar
donde, por un esfuerzo que yo he hecho, un niño aprende a leer?
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