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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

jueves, 2 de febrero de 2023

Reflexión: "LA LÁMPARA". Jueves, 2 - Febrero, 2023

 "Ventana abierta"

LA LÁMPARA

Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.

La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella. En determinado momento, se encuentra con un amigo.

El amigo lo mira y de pronto lo reconoce, se da cuenta que es Manuel, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:
- ¿Qué haces Manuel, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves…

Entonces el ciego le responde:
- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí… No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.

Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.

Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil… Muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás…
¿Cómo?
A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento…

¡Qué hermoso sería si todos ilumináramos los caminos de los demás, llevar luz y no oscuridad, sin fijarnos si lo necesitan o no!
Si toda la gente encendiera una luz el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad.

Todos pasamos por situaciones difíciles a veces. Todos sentimos el peso del dolor en determinados momentos de nuestras vidas. Todos sufrimos en algunos momentos, lloramos en otros…

Pero no debemos proyectar nuestro dolor cuando alguien desesperado busca ayuda en nosotros.

No debemos exclamar como es costumbre:

-“¡La vida es así!”, llenos de rencor, llenos de odio…

No debemos… Al contrario: Ayudemos a los demás sembrando esperanza en ese corazón herido.

Nuestro dolor es y fue importante, pero se minimiza si ayudamos a otros a soportarlo, si ayudamos a otro a sobrellevarlo… Luz… demos luz.

Tenemos en el alma el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar en vez de oscurecer. Está en nosotros saber usarla. Está en nosotros ser luz y no permitir que los demás vivan en las tinieblas.

Haz la parte que te corresponde y Dios hará el resto.

El que alguien toque mi vida es un privilegio, tocar la vida de alguien es un honor, pero el ayudar a que otros toquen sus propias vidas es un placer indescriptible.

Extraído de internet

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