"Ventana abierta"
Padre Javier San Martín S.J.
(en diálogo)
Posted by: jsanmartin in VIRGEN MARÍA Y SANTOS
Primera Aparición: 13 de mayo 1917
Presentador: El domingo 13 de mayo del año 1917 se encontraban tres pastorcitos, Lucía, Jacinta y Francisco, de 10, 6, y 9 años, pastoreando sus ovejas en Cova de Iría cerca de Fátima. Después de almorzar, alrededor del mediodía, decidieron rezar el rosario, aunque de una manera un poco trucada, diciendo sólo las primeras palabras de cada oración. Cuando de repente, vieron algo así como un “rayo en medio del cielo azul”.+
Lucía: Pensamos que se acercaba una tormenta por lo que decidimos recoger las ovejas y volver a casa. Cuando nos estábamos preparando para hacerlo fuimos nuevamente sorprendidos, vimos una luz como de un relámpago y yo les dije: vamos a casa, puede venir una tormenta.
Presentador: Empezaron a bajar llevando las ovejas, cuando a mitad de la cuesta vieron sobre un árbol de encina, otro relámpago y unos pasos más adelante, sobre un árbol más pequeño.
Lucía: vimos a una Señora toda vestida de blanco, más brillante que el sol, irradiando unos rayos de luz clara e intensa. Nos detuvimos asombrados y estábamos tan cerca, que la luz que rodeaba a la Señora llegaba hasta nosotros, que estábamos a casi un metro y medio.
Presentador: y la Señora habló y les dijo:
Virgen: No tengan miedo, no les voy a hacer daño.
Lucía: El tono musical de su voz era incomparable
Presentador: Lucía preguntó:
Lucía: ¿de dónde viene Usted?
Virgen: Yo soy del cielo.
Lucía: La Señora vestía un manto muy blanco, con borde de oro que caía hasta sus pies. En sus manos llevaba las cuentas de un rosario que parecían estrellas, con un crucifijo que era como una gema muy radiante.
Presentador: Lucía estaba quieta, sin miedo. La presencia de la Señora le produjo una gran felicidad y un gozo confiado. Entonces preguntó:
Virgen: Vengo a pedirles que vengan aquí durante seis meses seguidos, los días trece a esta misma hora. Entonces te diré quién soy, y lo que quiero. Luego volveré aquí otra vez.
Lucía: ”¿Iré yo también al cielo?”
Virgen: Sí, irás.
Lucía: ”¿Y Jacinta?”
Virgen: También.
Lucía: ¿Y Francisco?”
Virgen: También, pero tendrá que rezar muchos Rosarios.
Presentador: Lucía después se acordó de dos amigas suyas recién fallecidas de unos 16 y 19 años, y preguntó:
Lucía: “¿Está María Nieves en el cielo?
Virgen: Si.
Lucía: “¿Y Amelia?”
Virgen: Estará en el purgatorio hasta el fin del mundo.
Presentador: Después la Virgen habló de nuevo y preguntó a los niños:
Virgen: ¿Quieren ofrecerse a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quiera mandarles, en reparación de los pecados con que se le ofende y para pedir por la conversión de los pecadores?
Lucía: Sí, queremos.
Virgen: Entonces tendrán que sufrir mucho, pero la gracia de Dios les fortalecerá.
Lucía: Mientras la Señora pronunciaba estas palabras, abría sus manos de donde parecía fluir una luz muy intensa que penetraba en lo más íntimo del corazón. Por un impulso irresistible caímos de rodillas.
Presentador: La Señora habló de nuevo, mencionando la guerra en Europa, de la que ellos tenían poca o ninguna noción, y les dijo:
Virgen: Recen el rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra.
Lucía: ¿La guerra durará mucho tiempo?
Virgen: No puedo decirlo aún, te lo diré más tarde, cuando haya dicho lo que quiero.
Presentador: Y acto seguido la Señora se elevó rápidamente hasta perderse en la luz del sol. El diálogo había durado unos 10 minutos. Los tres veían la aparición, pero solo Lucía hablaba. Francisco nunca oyó las voces ni del ángel ni de la Virgen, se las tenían luego que repetir. Y así esperaron la próxima aparición el 13 de junio de ese mismo año.
Segunda aparición: 13 de junio de 1917
Comentador: Después de la aparición de la Virgen tenida el 13 de mayo de 1917, quedó pendiente la próxima cita para el 13 de junio del mismo año. Lucía dijo a sus primos Jacinta y Francisco.
Lucía: No digan nada nadie de lo que hemos visto.
Comentador: Ellos lo prometieron pero Jacinta no pudo contenerse.
Jacinta: Hemos visto una señora muy bonita que viene del cielo.
Comentador: Aunque esto quizás fue providencial, ya que si no, ¿Cómo se hubiera conocido esta extraordinaria manifestación de la Virgen? Sin embargo las primeras reacciones de la gente fueron muy adversas.
Lucía: Nos sometieron a interrogatorios, comentarios, burlas.
Comentador: Los padres de Jacinta y Francisco sí les creyeron, pero los de Lucía, no. El párroco, sin embargo, les aconsejó:
Párroco: Dejen ir a los niños, y luego yo hablaré con ellos.
Comentador: Los niños, pues, el 13 de junio, fueron a cumplir su cita con la Virgen. El 13 de junio en Portugal se celebra la fiesta de los niños y de San Antonio de Padua. Los padres de Lucía pensaron que las festividades programadas en la parroquia podrían desanimar a los niños de ir a su cita con la Virgen, pero no fue así.
Lucía: Cuando llegamos, encontramos un grupo como de 50 personas que nos estaban esperando. Nos pusimos a rezar el rosario y cuando empezábamos las letanías, vimos el relámpago de luz, y al momento a Nuestra Señora sobre el mismo árbol de encina que la vez pasada.
Comentador: Los tres niños corrieron hacia la encina y se pusieron de rodillas. Lucía preguntó:
Lucía: “Por favor, Señora, dígame ¿qué es lo que quiere de mí?”.
Virgen: Quiero que vengan aquí el día trece del mes que viene y que recen el Rosario todos los días. Aprendan a leer y a escribir, y después les diré que más quiero de ustedes.
Lucía: Te pido, Señora, la curación de un enfermo.
Virgen: Que se convierta y sanará el próximo año.
Lucía: “¿Nos llevará al cielo?”.
Virgen: Sí, a Jacinta y a Francisco las llevaré muy pronto, pero tú te quedarás aquí.
Lucía: Y ¿Me quedaré aquí sola?”.
Virgen: No, hija mía, ¿sufres mucho? No debes estar triste, nunca te dejaré, mi Inmaculado Corazón estará siempre contigo, será tu consuelo y el camino que te llevará a Dios.
Virgen: Jesús desea que me hagas conocer y amar en la tierra. Quiere establecer en el mundo la devoción a mi Corazón Inmaculado. A los que abracen esta devoción les prometo la salvación, estas almas serán predilectas ante Dios, como flores colocadas ante su trono.
Lucía: Luego, vimos a la Señora abrir las manos, y nos envolvió esa luz sobrenatural. Nos sentíamos sumergidos en Dios. Jacinta y Francisco parecían estar en la parte superior de la luz que se elevaba hacia los Cielos, y yo en la parte que se derramaba sobre la tierra. Delante de su mano derecha vimos su corazón rodeado de espinas. Comprendimos que era por los pecados de la humanidad, deseando ansiosamente reparación. Luego vimos a la Señora elevándose hacia el este y desapareciendo en la “inmensidad de los cielos”.
Comentador: El gozo de esos preciosos momentos no evitaba el dolor que le causaban las molestias de la gente calmado solo por los muy pocos que creían en ellos y que estuvieron presentes el día de la aparición. Estos atestiguaban que algo inusual había ocurrido, que habían visto los “rayos” de una luz sobrenatural, algunos percibieron un cierto oscurecimiento del sol, otros una pequeña nube gris que iba y venía mientras ocurría la aparición. Las familias de los niños, en cambio, tuvieron serias dificultades para creer en la veracidad de los hechos, especialmente las mamás, quienes estaban verdaderamente alarmadas ya que los eventos no sólo continuaban sino que se expandían.
Lucía: Que Jacinta y Francisco morirían pronto y que había de propagar la devoción al Corazón Inmaculado, lo guardamos en secreto.
Comentador: Al párroco le pareció extraño que la Virgen se apareciese únicamente para recomendar el rezo del Santo Rosario, ya que allí era corriente, y sospechando algo, dijo:
Párroco: Todo esto puede ser obra del demonio.
Comentador: Lo que no dejó de causar gran angustia a Lucía, aunque la pequeña Jacinta le decía:
Jacinta: No, el diablo no es, él es muy sucio y feo y está en el infierno bajo tierra, y aquella señora es muy bonita y se va al cielo.
Comentador: Deliciosa y profunda discreción de espíritus de una niña de 7 años. Por lo demás era extraño sospechar que el diablo aconseje rezar el rosario. Pero ello no evitó que aumentara la oposición y el trato duro de su madre.
Lucía: Una noche tuve un sueño que aumentó la oscuridad de mi alma. Vi al demonio riéndose a carcajadas de haberme engañado y queriendo arrastrarme al infierno. Grité tan fuerte invocando a la Virgen que desperté a mi madre y desde ese momento ya no pude conciliar el sueño.
Comentador: Y así, con subidas y bajadas, con gustos y disgustos, pasaron el mes hasta la próxima cita con la Virgen que sería en el mes de julio.
Tercera Aparición : 13 de julio de 1917
Comentador 1: Lucía había decidido no volver, a pesar de las lágrimas de sus primos que no querían ir sin ella, pero a última hora, una fuerza sobrenatural irresistible la impulsó a ir.
Comentador 2: En toda la sierra no se hablaba de otra cosa. En esta ocasión acudieron dos o tres mil personas contemplando a los niños. Al aparecer la Señora, Lucía, tal vez aún deprimida, no habló hasta que Jacinta le dijo:
Jacinta: ¡Lucía, habla! ¿No ves que Ella está ya aquí y quiere hablar?
Lucía: ¿Qué quiere Ud. de mí?
Virgen: Quiero que vuelvan aquí el día 13 del próximo mes y que continúen rezando el rosario todos los días, para conseguir la paz del mundo y la terminación de la guerra.
Lucía: Le ruego que nos diga quién es y que haga un milagro para que todo el mundo crea que se nos aparece.
Virgen: Continúen viniendo aquí cada mes y en octubre les diré quién soy y lo que deseo, y realizaré un milagro para que todos vean y crean.
Comentador 2: Muy contenta Lucía le trasmite a la Virgen algunas peticiones de varios enfermos. Ella le responde:
Virgen: A unos curaré, a otros no.
Comentador 1: Lucía le pide la curación de un tullido, y la Virgen le dice:
Virgen: A él no lo curaré, pero le daré los medios necesarios de vida si reza todos los días el rosario.
Comentador 2: Este fue sacristán de Fátima. Y para otro que pedía irse pronto al cielo, la Virgen le dice:
Virgen: Que no tenga prisa. Bien sé Yo cuándo he de ir a buscarle. «Es necesario rezar el rosario para que se termine la guerra. Con la oración a la Virgen se puede obtener la paz. Sacrifíquense por los pecadores, y repitan cuando hagan algún sacrificio: Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María.
Comentador 1: Luego tuvieron una terrorífica visión del Infierno. Lucía en su libro.
«Memorias de la Hermana Lucía» la relata así:
Lucía: «La Virgen abrió sus manos como lo había hecho en los meses anteriores y los rayos de luz que brotaban de sus manos parecían penetrar la tierra y vimos como un gran mar de fuego, y sumergidos en este fuego, vimos a los demonios y a las almas de los condenados. Estas eran como rescoldos transparentes y ardientes, todos ennegrecidas o bruñidas en bronce, que tenían forma humana y flotaban y a veces se elevaba en el aire por las llamas que ellas mismas emitían, junto con grandes nubes de humo. Después despedían hacia todos los lados como chispas en incendios inmensos, sin peso o equilibrio, entre alaridos y gemidos de dolor y desesperación, que nos horrorizaron y nos hicieron temblar de miedo.
Comentador 2: Debió ser este espectáculo lo que hizo gritar a Lucía, y que la gente escuchó. Lucía continúa:
Lucía: Los demonios se distinguían de las almas de los condenados, por su aterrador y repugnante parecido con espantosos y desconocidos animales, negros y transparentes como brasas ardientes. Esa visión duró sólo un momento, gracias a nuestra bondadosa Madre Celestial, que en la primera aparición nos había prometido llevarnos al Cielo. Sin ella, creo que hubiéramos muerto de terror y miedo.»
Comentador 1: Después de este suceso, los niños Videntes quedaron muy asustados, pero la Señora les habló con mucha bondad y dulzura:
Virgen: Si se reza y se hace penitencia, muchas almas se salvarán y vendrá la paz. Pero si no se reza y no se deja de pecar tanto, vendrá otra guerra peor que las anteriores, y el castigo del mundo por sus pecados será la guerra, la escasez de alimentos y la persecución a la Santa Iglesia y al Santo Padre.
Vengo a pedir la Consagración del mundo al Corazón de María y la Comunión de los Primeros Sábados, en desagravio y reparación por tantos pecados. Si se acepta lo que pido, Rusia se convertirá y vendrá la paz. Si no, esparcirá sus errores por el mundo y habrá guerras y persecuciones a la Iglesia.
Muchos buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá que sufrir mucho. Varias naciones quedarán aniquiladas.
Pero al fin mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz. En Portugal el dogma de la fe se conservará siempre…
Comentador 2: Luego de estas palabras la Virgen María les cuenta a los niños la tercera parte del secreto (o tercer secreto), que Lucía escribió entre el 22 de Diciembre de 1943 y el 9 de Enero de 1944). Después la Virgen dijo:
Virgen: ‘Esto no lo digas a nadie. A Francisco si puedes decírselo’.»
Comentador 2: Y agregó:
Virgen: Cuando recen el Rosario, después de cada misterio digan: «Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente aquellas más necesitadas de tu misericordia».
Lucía: ¿Quiere Ud. algo más de mí?
Virgen: No, hoy no quiero nada más de ti.
Comentador 1: Y desapareció como solía.
Según aclaración posterior de Lucía, la Virgen nombró expresamente a Pío XI, aunque ellos no entendieron si sería un rey o un Papa; también nombró a Rusia, que ellos no conocían. Esto, junto con la visión del infierno y lo referente al Inmaculado Corazón, lo guardaron en secreto.
Comentador 2: Nótese que el castigo anunciado se refiere a dos épocas distintas, que en la perspectiva profética se juntan, como suele suceder: una es la guerra mundial de 1939, otra es aún futura; a ella se refiere el secreto, naciones aniquiladas, persecución al Santo Padre. Ahora Rusia está esparciendo a todo el mundo sus errores – comunismo, terrorismo…)
CUARTA APARICIÓN DE LA VIRGEN EN FÁTIMA,
“El Drama De Agosto”
Comentador: En aquel año de 1916, todo Portugal hablaba de las apariciones de la Virgen en Fátima. La prensa, en su mayoría de izquierda, acusaba violentamente al clero, y especialmente a los jesuitas de haber montado una farsa, y decían que todo era fruto de una histeria, o de una sugestión colectiva. Muchos forasteros llegaban curiosos por lo ocurrido y acosaban a los niños con toda clase de preguntas.
El Padre Cruz, en cambio, un sacerdote jesuita cuya causa de beatificación esta introducida, mostró una actitud muy diferente. Les decía a los niños:
Padre Cruz: Niños, no se preocupen niños, estén tranquilos, yo los acompañaré en el lugar de las apariciones y les ayudaré en todo lo que sea necesario. Yo le di la primera comunión a Lucía cuando tenía 6 años, para lo que tuve que convencer al Párroco que lo permitiera. Yo seré el principal defensor de ustedes. Aprendan estas jaculatorias que les servirá mucho: “Jesús mío, te amo”, “Dulce corazón de María sé mi salvación”.
Comentador: El alcalde de la localidad en cambio, un masón bastante herético, mostró una actitud totalmente adversa. En la mañana del 13 de agosto, día de la cita de los niños con la Virgen, con engaños los llevó a su casa y luego a la mañana siguiente los llevó a la municipalidad en Vila Nova. Allí les sometió a un agotador interrogatorio con toda clase de preguntas, y les ofreció de todo para que desistieran de este empeño.
Alcalde: Díganme, ¿Quién ha inventado toda esta comedia? ¿Cuál es el secreto que Uds. no quieren revelar? Hablen o sino la van a pasar muy mal.
Niños: Señor alcalde, nosotros hemos visto a la Virgen y aunque nos maten no vamos a revelar el secreto que ella nos ha confiado.
Alcalde: Bueno, si insisten en eso los mandaré a encerrar en el calabozo junto con los demás delincuentes; ¿Qué dicen?
Comentador: Los niños guardaron silencio.
Alcalde: A ver, guardia, lleve a estos niños al calabozo.
Comentador: El guardia llevó a los niños a la cárcel, y estando allí, la pequeña Jacinta pidió a uno de los presos que colgara en la pared una cadena con la imagen de la Virgen y les dijo:
Jacinta: Vamos ahora todos juntos a rezar el rosario, pónganse de rodillas.
Comentador: Esto era ya demasiado para los pobres presos que empezaron a repetir las avemarías, quizás olvidadas desde la infancia. Francisco dijo a uno de ellos:
Francisco: “cuando se reza hay que quitarse el sombrero”.
Comentador: Y el preso se descubrió. Pero cuando la pequeña Jacinta se puso a llorar los presos pusieron todo su empeño para consolarla.
Preso: Alégrense niños, no lloren, miren, vamos a tocar la armónica, “¿saben bailar?
Jacinta: ”Sí, el fandango y también la vira”
Preso: Pues bien, bailemos, ven Jacinta, vamos a bailar.
Comentador: Y el preso tuvo que levantar a la pequeña Jacinta a la altura del cuello para bailar. Pero el baile se interrumpió cuando, de pronto, el guardia entró y se llevó a los niños al despacho del alcalde.
Alcalde: Miren niños, por última vez les digo: revelen el secreto y digan que todo esto es una farsa, que no hay nada de verdad.
Comentador: Los niños guardaron silencio, a lo que el alcalde les dijo:
Alcalde: Bueno, si no quieren decir nada y no quieren obedecer a la autoridad van a sufrir un terrible castigo.
Comentador: Los niños mudos y asustados.
Alcalde: Van a ser ahora mismo achicharrados vivos en una caldera de aceite hirviendo, ¿Qué dicen?
Comentador: Los niños nuevamente mudos y aterrados. El alcalde dirigiéndose al guardia le preguntó:
Alcalde: ¿Está ya el aceite hirviendo?
Guardia: Sí señor alcalde.
Alcalde: Bueno, entonces, llévese a estos niños y arrójelos dentro del aceite hirviendo.
Guardia: Bien Señor, a ver tú pequeña ven conmigo.
Comentador: El guardia sacó a Jacinta sin que ella pudiera decir una sola palabra. Al poco rato regresó el guardia.
Guardia: Ella ya está frita, ahora le toca al siguiente. Ven tú chico.
Comentador: El guardia arrastró a Francisco afuera.
Alcalde: La próxima eres tú Lucía, si quieres vivir dime cuanto antes ese secreto, y si no te freirán como a los otros dos.
Lucía: Prefiero morir antes de revelar lo que la Virgen nos ha dicho.
Alcalde: Muy bien, entonces morirás achicharrada en el aceite hirviendo.
Comentador: Entró el guardia y condujo a Lucía por un corredor al interior de otra habitación en donde vio a Jacinta y Francisco. Todos se quedaron mudos por la sorpresa. Se abrazaron y lloraron por la alegría de volverse a encontrar.
Dos días después, el 15 de agosto, el alcalde no tuvo más remedio que soltar a los niños.
Alcalde: Bueno, lárguense de aquí, no quiero volverlos a ver ni a escuchar nada de Uds. y menos de esas fantasías que están Uds. propagando.
Comentador: Mientras todo esto ocurría, la aparición del 13 de agosto en Cova de Iría no se realizó. La muchedumbre que se reunieron en el lugar de las apariciones, unas 6,000 personas, esperaron a los niños que nunca llegaron. Pero a eso de medio día oyeron como un trueno, y vieron una luz y una nubecilla blanca que se posaba sobre la encina donde se aparecía la Virgen. Todo indicaba que la Virgen había venido y no encontró a los niños. Y la gente se preguntaba:
La gente: ¿Por qué no habrán venido los niños? ¿Qué habrá pasado?
Alguien: Nos acabamos de enterar que el alcalde los ha tomado presos y no ha querido que vengan.
La gente: ¡Qué felonía, qué barbaridad, vamos ahora mismo a la casa del alcalde y también a la casa del párroco.
Comentador: Y con gritos de indignación se marcharon en busca del alcalde y del párroco, quienes lo hubieran pasado muy mal si no hubiera sido por el tío Marto, padre de Jacinta y Francisco, hombre ecuánime y de autoridad, quien les dijo:
Tío Marto: Cálmense, todo esto ocurre por designio de Dios, y Él sabrá castigar a todos los que se merecen un castigo.
Comentador: Sin embargo, aunque la aparición no ocurrió el día 13, a los pocos días, domingo 19 de agosto, estaban Lucía con Francisco y su primo Juan, en un lugar llamado Valinhos, pastoreando el ganado de uno de sus tíos, cuando a eso de las cuatro de la tarde, Lucía notó que empezaban a producirse las alteraciones atmosféricas que siempre precedían a las apariciones de la Virgen.
Lucía: Miren, el relámpago, la Virgen se va a aparecer, Juan anda corriendo a buscar a Jacinta, y dile que venga.
Comentador: Jacinta, llegó a tiempo para ver a la Virgen aparecerse sobre una encina un poco mayor que la de Cova de Iría.
Lucía: ¿Qué quiere Vuestra Merced de mí?
Virgen: Quiero que continúen yendo a Cova de Iría el día 13 y que sigan rezando el rosario todos los días.
Lucía: Le suplico que haga un milagro para que la gente crea.
Virgen: Sí, el último mes haré el milagro para que todos crean. Hubiera sido mayor si los hubieran llevado a Vila Nova (localidad del alcalde).
Lucía: ¿Qué desea que hagamos con el dinero que deja la gente en Cova da Iría?
Virgen: Que hagan dos andas. Una la llevas tú con Jacinta y otras dos niñas vestidas de blanco, y la otra que la lleve Francisco y otros tres niños. Las andas son para la fiesta de la Virgen del Rosario. El dinero que sobre, es para ayuda de una capilla que mandarán hacer.
Lucía: Quería pedirle la curación de algunos enfermos.
Virgen: Sí, a algunos curaré durante el año.
Comentador: Y tomando un aspecto más triste, les recomendó de nuevo la práctica de la mortificación, diciendo:
Virgen: Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, que muchas almas se van al infierno por no haber quién se sacrifique y pida por ellas.
Comentador: Y, como de costumbre, la Virgen comenzó a elevarse en dirección al este.
Los videntes cortaron ramas del árbol sobre el cual se había aparecido la Virgen, y las llevaron a su casa. Las ramas exhalaban un perfume singularmente suave, y rezaron para que el próximo mes de septiembre no tuvieran tantos problemas como éste mes de agosto.
QUINTA APARICIÓN DE LA VIRGEN DE FÁTIMA
Narrador: Los acontecimientos que tuvieron lugar durante el mes de agosto de aquel año de 1916, aunque muy penosos para los tres pastorcitos, sirvieron para encender la fe de mucha gente. El hecho de que los niños fueran presos y sometidos a fatigosos interrogatorios, que soportaron con gran entereza motivó a la gente a creer que en verdad se trataba de un regalo extraordinario que Dios concedía a esa comunidad.
Lucía: Tenemos que seguir siendo fieles y cumpliendo las indicaciones que la Señora nos ha dado.
Jacinta: Sí, tenemos que seguir rezando el rosario y haciendo penitencia por los pecadores que se van al infierno.
Lucía: Y no dejemos de ofrecer sacrificios, podemos alguna vez dejar de beber agua y dársela a las ovejas, restregarnos el cuerpo con estas ortigas irritantes y también pongámonos a la cintura esta soga áspera y la llevamos día y noche.
Narrador: El 13 de septiembre se reunió una multitud extraordinaria de peregrinos, que se calcula entre 15 mil o 20 mil personas, mujeres, hombres, niños. Todos se acercaban con el mayor respeto, los hombres se descubrían y casi todos se ponían de rodillas y rezaban fervorosamente. Lucía narra:
Lucía: “Al aproximarse la hora, fui allí con Jacinta y Francisco, pasando por entre numerosas personas que nos hacían caminar con dificultad. La gente estaba apiñada y todos querían vernos, hablar con nosotros, pedirnos que presentemos a Nuestra Señora sus necesidades. […]
Por fin, llegamos a Cova de Iría, junto a la encina, comenzamos a rezar el Rosario con la gente y, poco después, vimos el reflejo del rayo de luz y, enseguida apareció la Santísima Virgen sobre la encina. Arrodillémonos.
Narrador: Mientras los pastorcitos contemplaban extasiados a la Virgen la multitud con exclamaciones de alegría, vio sobre un cielo límpido, descender desde el oriente un globo luminoso que nadie dudó que era el resplandor de la Virgen.
Virgen: Hijos míos, continúen rezando el rosario para conseguir el fin de la guerra. En octubre vendrán también nuestro Señor, nuestra Señora de los Dolores y del Carmen, y San José con el Niño Jesús, para bendecir al mundo.
Narrador: Este anuncio llenó de gozo a los niños, haciéndoles olvidar en algo las muchas penurias que habían pasado durante el mes anterior. La Virgen continuó:
Virgen: Dios está contento con los sacrificios que Uds. están haciendo, pero no quiere que duerman con la soga áspera, llévenla solo durante el día.
Lucía: Bondadosa Señora, me han encargado que le pida muchas cosas, la curación de algunos enfermos, la curación de un sordomudo.
Virgen: Sí, curaré a algunos, a otros no. En octubre realizaré un milagro para que todos crean.
Lucía: El pueblo quiere tener aquí una capilla.
Virgen: Con la mitad del dinero que han recogido hasta hoy, que hagan unas andas y las lleven a la Virgen del Rosario, y la otra mitad que sea para la Capilla.
Lucía: Buena Señora, me han dado para Ud. estas dos cartas y un frasco de colonia.
Narrador: Y la Virgen con una dulce sonrisa le contestó:
Virgen: Gracias hija, pero esto no sirve para el cielo.
Narrador: Al igual que ocasiones anteriores, el clima refrescó, palideció el sol hasta poderse ver las estrellas, hubo una lluvia como de copos o pétalos de colores que desaparecían antes de posarse, y la Virgen, comenzando a elevarse, desapareció por el poniente como de costumbre” Los pastorcitos y toda la multitud esperaron con gran ilusión la aparición del próximo mes de octubre.
SEXTA Y ÚLTIMA APARICIÓN DE LA VIRGEN EN FATIMA
13 DE OCTUBRE 1917
C 1. Llegó por fin el día tan esperado de la última aparición de la Virgen de Fátima a los tres pastorcitos. El otoño está avanzado. La mañana estaba fría. Una lluvia persistente y abundante había transformado la Cova de Iría en un lodazal y calaba hasta los huesos a la multitud de 50 mil a 70 mil peregrinos que habían acudido de todos los rincones de Portugal.
C 2. Cerca de las 11 y 30 ese mar de gente abrió paso a los tres videntes que se aproximaban, vestidos con sus trajes de domingo.
Es la hermana Lucía quien nos narra lo que sucedió:
LUCIA: Llegados a la Cova de Iría, junto a la encina, llevada por un movimiento interior, pedí al pueblo que cerrasen los paraguas para rezar el rosario. Poco después vimos el reflejo de la luz y, enseguida, a nuestra Señora sobre la encina.
¿Qué quiere vuestra merced de mí?
VIRGEN: Quiero decirte: que hagan aquí una capilla en mi honor, que soy la Señora del rosario, y que continúen rezando el rosario todos los días. La guerra va a terminar y los militares volverán pronto a sus casas.
LUCÍA: Tengo que pedirle muchas cosas, la curación de unos enfermos, la conversión de unos pecadores.
VIRGEN: A unos sí, a otros no. Es preciso que se enmienden, que pidan perdón de sus pecados.
LUCIA: Y tomando un aspecto muy triste, [nuestra Señora] agregó:
VIRGEN: No ofendan más a Dios nuestro Señor que ya está muy ofendido.
LUCIA: Enseguida, nuestra señora, abriendo los brazos, comenzó a elevarse como en ocasiones anteriores, y mientras se elevaba, su propia luz continuaba reflejándose en el sol.
C 1. Habiendo desaparecido la Santísima Virgen en la luz que ella misma irradiaba, se sucedieron en el cielo tres nuevas visiones como cuadros que simbolizaban los misterios gozosos, dolorosos, gloriosos del rosario.
LUCIA: En la primera visión, junto al sol apareció la sagrada familia: San José con el niño Jesús en brazos y nuestra señora del rosario. San José bendijo al pueblo trazando tres veces en el aire una cruz y el niño Jesús hizo lo mismo.
C 1. Las dos escenas siguientes fueron vistas solo por Lucía. Primero vio a nuestro Señor agobiado de dolor en el camino del Calvario, y a la Virgen de los dolores sin la espada en el pecho. Nuestro Señor hizo también la señal de la cruz bendiciendo al pueblo.
LUCIA: finalmente, apareció gloriosa nuestra Señora del Carmen, coronada como reina del cielo y del universo con el niño Jesús en brazos.
C 1. Mientras los tres pastorcitos contemplaban estos personajes celestiales, la gran multitud de 50 a 70 mil peregrinos asistía al milagro anunciado del sol.
Había llovido durante toda la aparición. Al terminar el coloquio de Lucía con Nuestra Señora, en el momento en que la Santísima Virgen se elevaba, Lucía gritó:
LUCÍA: “¡Miren el sol!”.
C 1. Se entreabrieron las nubes y el sol apareció como un inmenso disco de plata.
LUCIA: A pesar de su brillo intenso, podía ser mirado directamente sin herir la vista. La multitud lo contemplaba absorta, cuando súbitamente el astro se puso a “bailar”, giró intensamente como una gigantesca rueda de fuego. Se detuvo de repente, y poco después comenzó nuevamente a girar sobre sí mismo a una velocidad sorprendente. Finalmente, en un torbellino vertiginoso, sus bordes adquirieron un color escarlata, esparciendo llamas rojas en todas direcciones, las que se empezaron a reflejar en el suelo, en los árboles, en los rostros vueltos hacia el cielo, y en las ropas, tomando tonalidades brillantes y diferentes colores.
C 1. Animado tres veces por un movimiento loco, el globo de fuego pareció temblar, sacudirse y precipitarse en zig-zag sobre la multitud aterrorizada. Un único e inmenso grito escapó de todas las gargantas, todos cayeron de rodillas en el lodo, pensando que serían consumidos por el fuego. Muchos rezaban en voz alta el acto de contrición.
LUCIA: Poco a poco el sol comenzó a elevarse trazando el mismo zigzag hasta el punto del horizonte desde donde había descendido. Se hizo entonces imposible fijar la vista en él. Era de nuevo el sol normal de todos los días.
C 1. El ciclo de visiones de Fátima había terminado. Los prodigios habían durado cerca de 10 minutos. Todos se miraban estupefactos. Después hubo una explosión de alegría: “El milagro, los niños tenían razón”. Los gritos de entusiasmo se multiplicaban y muchos notaron que sus ropas, empapadas minutos antes, estaban completamente secas. Este milagro del sol fue observado también por numerosos testigos situados fuera del lugar de las apariciones, hasta una distancia de 40 kilómetros.
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