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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

martes, 29 de noviembre de 2016

Aguanta un poco.

"Ventana abierta"

Aguanta un poco.


Se cuenta que en Inglaterra había una pareja que gustaba de visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres. Al entrar en una de ellas se quedaron prendados de una hermosa tacita. "¿me permite ver esa taza?" -preguntó la señora-. "¡Nunca he visto nada tan fino!".
En las manos de la señora, la taza comenzó a contar su historia: 
"Usted debe saber que yo no siempre he sido la taza que usted está sosteniendo. Hace mucho tiempo yo era sólo un poco de barro. Pero un artesano me tomó entre sus manos y me fue dando forma. Llegó el momento en que me desesperé y le grité:
"¡Por favor, déjeme ya en paz...!
Pero mi amo sólo me sonrió y me dijo:
"Aguanta un poco más, todavía no es tiempo".
Después me puso en un horno. ¡Nunca había sentido tanto calor!. Toqué a la puerta del horno y a través de la ventanilla pude leer los labios de mi amo que me decían:...
"Aguanta un poco más, todavía no es tiempo".
Cuando al fin abrió la puerta, mi artesano me puso en un estante. Pero, apenas me había refrescado, me comenzó a raspar, a lijar. No sé cómo no acabó conmigo. me daba vueltas, me miraba de arriba a abajo. Por último me aplicó meticulosamente varias pinturas. Sentía que me ahogaba. 
"Por favor, déjeme en paz", le gritaba a mi artesano; pero él sólo me decía:
"Aguanta un poco más, todavía no es tiempo".
Al fin, cuando pensé que había terminado aquello, me metió en otro horno, mucho más caliente que el primero. Ahora sí pensé que terminaba con mi vida.
Le rogué y le imploré a mi artesano que me respetara, que me sacara, que si se había vuelto loco. Grité, lloré; pero mi artesano sólo me decía:
"Aguanta un poco más, todavía no es tiempo".
Me pregunté entonces si había esperanza, si lograría sobrevivir a aquellos tratos y abandonos. Pero por alguna razón aguanté todo aquello. Fue entonces que se abrió la puerta y mi artesano me tomó cariñosamente y me llevó a un lugar muy diferente. Era precioso. Allí todas las tazas eran maravillosas, verdaderas obras de arte, resplandecían como sólo ocurre en los sueños. No pasó mucho tiempo cuando descubrí que estaba en una fina tienda y ante mí había un espejo. Una de esas maravillas era yo. ¡No podía creerlo! ¡Esa no podía ser yo!
Mi artesano entonces me dijo:
"Sé que sufriste al ser moldeada por mis manos, mira tu hermosa figura. Sé que pasaste terribles calores, pero ahora observa tu sólida consistencia. Sé que sufriste con las raspaduras y pulidas, pero mira ahora la finura de tu tacto. Y la pintura te provocaba nauseas, pero contempla ahora tu hermosura.. ¿Y si te hubiera dejado como estabas?
 ¡Ahora eres una obra terminada! ¡la que imaginé cuando te comencé a formar!".
Querido hermano que lees. Usted es una tacita en las manos del mejor alfarero: Dios.
Confíate en Sus amorosas manos aunque muchas veces no comprendas por qué permite tu sufrimiento. 
Aguanta un poco más y serás la obra de arte que Él ha previsto, de la cual tú mismo te sentirás orgulloso, el hijo que Él soñó para toda la eternidad...
Eclesiástico 33:13
Como la arcilla del alfarero está en su mano, - y todos sus caminos en su voluntad-, así los hombres en la mano de su Hacedor.



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