"Ventana abierta"
Canonización Madre María de la Purísima de la Cruz, de la Congregación de la Compañía de la Cruz.
Muy queridas Religiosas de la Congregación de la Compañía de
la Cruz.
Perdonen que me haya atribuido este honor inmerecido.
Hoy cuando llega este escrito a sus manos, ya está
canonizada por S.S el Papa Francisco -María Isabel Salvat Romero- Madre María
de la Purísima.
¡Muchas felicidades en nombre de los sevillanos, de todos
los fieles de Torreblanca, de mi familia y de una servidora en particular!
Como Madre General, Madre María de la Purísima, asistió a la
beatificación de Santa Ángela de la Cruz.
Puede pensarse que es un tópico, que está muy manido el
repetir todo lo que desde antaño se ha dicho tantas veces, y que hoy vuelvo a
reiterar, pero es que no podemos dejar de hacerlo una y mil veces más, y es que
todos, las teníamos ya por Santas, a nuestras dos Madres, desde siempre.
¡ Dios mío cuánto gozo!
¡Cuánta satisfacción!
¡Cuánta alegría!
Porque la canonización de Santa Madre María de la Purísima,
fiel seguidora y continuadora de la entrañable Madre Angelita - como
cariñosamente le llamamos- es el triunfo de la humildad, de la pobreza, de la
sencillez, del cuidado de los enfermos, de la alegría en el gozo de poder
servir a Dios y a los demás.
¡Y esto es muy grande!, el que se glorifique y se ponga en
los altares a unas personas que con su vida simbolizan acciones tan enormes,
tan grandes…
Y nosotros creíamos que solamente se reconocía: el orgullo,
la prepotencia, el que más tiene, el que más presume… y al final, lo que más
cuenta, es lo de Santa Ángela y Santa Madre María de la Purísima.
Los Santos Padres Juan Pablo II y Francisco, nos han
obsequiado con muchos regalos, pero entre ellos la Canonización de estas dos
Santas tan queridas por todos los sevillanos.
Estas dos mujeres, la primera nacida en Sevilla; la segunda
madrileña, y posteriormente afincada en nuestra ciudad, maduraron su fe entre
sus dos amores, la Santa Cruz de Nuestro Señor y su Virgen de la Salud,
dedicando su vida a servir a los más necesitados, y sin hacer ruido, con una
gran sencillez, con gran alegría… y su obra permanece en todas ustedes,
queridas Hermanas.
Todos estamos unidos a ellas, todas las clases sociales, las
ideas políticas, los gustos… todos estamos unidos a estas dos Santas; los que
tienen fe y los que la han perdido, los que pertenecen a otra religión o están
en la nuestra – es lo mismo- los pobres, los enfermos, los indigentes, los
inmigrantes, los refugiados, son de Dios, y Dios envió a estas dos Religiosas
de la Santa Cruz para que se los cuidara.
Y por eso ahora, al glorificarlas, vemos glorificados
también, a todos aquellos que con su vida sirven a los más débiles.
¡Pidamos que nuestras dos Santas rueguen e intercedan a Dios
por nosotros!
Queridas hermanas, una servidora se llama igual que Santa
Ángela -Mª de los Ángeles (Angelita)- y es una delicia y un orgullo por mi
parte, llevar de ella aunque sólo sea el nombre.
Por ello, nuestras felicitaciones a todas ustedes, queridas
Hermanas de la Compañía de la Cruz, y a su obra tan insigne, siempre fiel a su
Fundadora, y a quien fue su Superiora y Madre General, Madre María de la Purísima, a quien hoy
recordamos y celebramos.
No hay más que acercarse un poquito y prestar una mínima
atención, para darnos cuenta de la difícil labor que desempeñan, con toda sencillez y que llevan con tanta dignidad y alegría,
amorosas con sus hermanos más desfavorecidos.
Todo ello se refleja en sus vidas y en sus rostros, siempre
alegres y acogedoras, cantando, caminando y sonriendo, viviendo en el amor y
testimoniando con sus vidas lo que testimonian con sus labios.
Desde casa rezo por todo el barrio de Torreblanca y por
todas y cada una de ustedes, queridas Hermanas; les suplico hagan lo mismo por
todos nosotros, para que sintamos la mano enternecedora y misericordiosa de
nuestro Señor, que pasó haciendo el bien.
Necesitamos mucho de sus oraciones, seguro el Señor les
oirá ya que están más cerca de Él.
Abrazamos la Cruz que reposa sobre su pecho y en sus
corazones, por la que gastan y dan ustedes la vida entera.
¡Que Dios les bendiga!
¡Amén!
Con el cariño que conocen: Mª Ángeles Grueso Galindo
(Angelita).
(Escrito que realicé y leí en la Parroquia S. Antonio de Padua, (Sevilla) en Acción de Gracias con motivo de la canonización de Madre María de la
Purísima, por el Papa Francisco, el 18 de Octubre 2015).
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