"Ventana abierta"
Oración
Santos Ángeles Custodios
Papa Francisco: Dios nos manda el ángel para liberarnos, para alejar el temor, para alejarnos de la desventura. Nos pide solo que lo escuchemos, lo respetemos. Así, pues, solo esto: respeto y escucha. Y este respeto y escucha a este compañero de camino se llama docilidad: el cristiano debe ser dócil al Espíritu Santo, pero la docilidad al Espíritu Santo comienza con la docilidad a los consejos de este compañero de camino. Es el icono del niño que Jesús elige cuando quiere decir cómo debe ser un cristiano. Nos lo recuerda el pasaje litúrgico de Mateo: "El que se haga pequeño como este niño" será el más grande en los cielos; y "cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial". Estas palabras de Jesús significan que la docilidad a este compañero de camino nos hace como niños: no soberbios, nos hace humildes; nos hace pequeños; no suficientes como el orgulloso y soberbio. No, ¡como un niño! Precisamente esta es la docilidad que nos hace grandes y nos lleva al cielo. (02-10-2015).
Señor, que, protegido por tus ángeles progrese en el camino de tu seguimiento con corazón alegre y dispuesto. A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos (Salmo 90, 11).
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