"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
El Espíritu Santo es Dios. Por eso podemos dirigirnos a él con estas hermosas palabras de los Salmos:
"Señor, qué precioso es tu amor. Por eso los humanos se cobijan a la sombra de tus alas, se sacian con tu hermosura y calman la sed en el torrente de tus delicias" (Salmo 36,8-9).
"Dios mío, yo te busco, mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela como una tierra reseca y sedienta... Tu amor vale más que la vida, mis labios te adoran. Yo quiero bendecirte en mi vida y levantar mis manos en tu nombre. Y mi alma se empapará de delicias y te alabará mi boca con cantos jubilosos... Me lleno de alegría a la sombra de tus alas. Mi alma se aprieta contra ti, y tú me sostienes" (Salmo 63,2-9).
"Señor,
en ti me cobijo, no dejes que me quede confundido. Recóbrame con tu amor,
líbrame" (Salmo 31,2).
"Es bueno darte gracias, Señor, y cantar a tu nombre, anunciar tu amor por la mañana y tu fidelidad cada noche" (Salmo 92,2-3).
Oración de meditación inspirada en la reflexión del jueves 27 de febrero de 2025
“Espíritu Santo, Dios de amor, mi alma tiene sed de Ti. Como la tierra reseca espera la lluvia, así te anhelo en mi interior. Ven y sacia mi corazón con tu presencia, cúbreme con la sombra de tus alas y lléname de tu paz.
Tú eres mi refugio, mi fortaleza y mi alegría. En Ti me cobijo, Señor, y en Ti encuentro descanso. Que mi vida sea un canto de alabanza a tu amor infinito, que mis labios proclamen tu fidelidad cada día.
Gracias, Espíritu Santo, por sostenerme en cada paso y por inundarme con la luz de tu gracia.
Amén”.
#CincoMinutos #EspírituSanto #VíctorManuelFernández #EditorialClaretianaAmén
No hay comentarios:
Publicar un comentario