"Ventana abierta"
Rincón para orar
Sor Matilde
YO SOY LA PUERTA
1 « En verdad, en verdad os digo: el que no
entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado,
ése es un ladrón y un salteador;
2 pero el que entra por la
puerta es pastor de las ovejas.
3 A éste le abre el
portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y
las saca fuera.
4 Cuando ha sacado todas
las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.
5 Pero no seguirán a un
extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. »
6 Jesús les dijo esta
parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba.
7 Entonces Jesús les dijo
de nuevo: « En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas.
8 Todos los que han venido
delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon.
9 Yo soy la puerta; si uno
entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto.
10 El ladrón no viene más
que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en
abundancia. (Jn. 10, 1-10)
Ante la idea central de la vida pastoril, va Jesús
desgranando sus sentimientos: Él, el Señor y el pueblo de Israel, sus ovejas…
Estamos ante un pueblo de pastores que van y vienen,
buscando jugosos pastos para sus ganados y Jesús, para explicarles los
misterios del Reino de Dios, elige tres parábolas de este contexto pastoril…
La primera, nos habla del aprisco de las ovejas y su
acceso a ella por la puerta; la segunda, nos dice que, Jesús es la Puerta por
la que hay que entrar para recoger a sus ovejas y por último, afirma Jesús, ser
el Buen Pastor, el verdadero dueño de las ovejas…
Al redil de las ovejas se tiene acceso por varios
sitios… ¡Y diremos: “lo normal es entrar por la puerta”!... Pero no había sido
así en Israel: hubo “malos pastores” que asaltaban por otra parte y sólo venían
a robar y matar: estos son los “falsos profetas” y además ladrones de la
Palabra de Dios, que ofrecían pastos malos a las ovejas incautas, halagando sus
oídos… Y se perdían, abandonando los “pastos buenos”, de la auténtica Palabra
de Dios…
En la segunda imagen, Jesús afirma ser “la Puerta del
aprisco”. Desde Él las ovejas son llamadas, cada una por su nombre, porque las
conoce a todas y ellas entran y salen y Él las encamina a buenos y jugosos
pastos…
Y por fin, Jesús dice ser el Único Pastor, no sólo de
Israel, sino de todas las naciones… Porque, ¿quién sino Jesús es el que recibe
de su Padre a todos los hombres, para ser salvados por su Palabra, que es viva
y alimento seguro para la vida eterna?… Él, el Buen Pastor, ha venido y se ha
hecho hombre para reunir a todos los hombres en un solo redil. La salvación es
universal y se ofrece a todos: “el que crea y se bautice se salvará”…
Y este redil, que acoge a los creyentes, es la Santa
Iglesia, su Esposa Inmaculada… Y decimos objetando: “pero también en la Iglesia
hay “malos pastores”, “salteadores y ladrones”… ¡Es verdad, pero ellos no son
la Iglesia de Jesucristo, sino que están aposentados en Ella!…
Jesús, antes de morir y una vez resucitado, encomendó su
Esposa a un hombre que sería “su Buen Pastor”… Jesús le aseguró de su
protección: “Yo he rogado por ti, Pedro, para que tu fe no se apague y tú,
cuándo te recobres, da firmeza tus hermanos”…. Y además añadió que: “¡el poder
del infierno, nunca la derrotará!”…
Es algo que Jesús, el verdadero Pastor, ha fundado y
sostiene… ¿Cómo desconfiar si en Ella se nos ofrece la verdadera Palabra de
Dios?… ¡Y el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Pastor, que ha dado la Vida por sus
ovejas!… ¡Y todos los sacramentos de la gracia que nos alimentan para la Vida
eterna!…
¡Qué gratitud tan grande brota en el corazón al ver el
cuidado y perfección con que Jesús nos ha preparado el camino a la Vida
Eterna!…
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