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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

miércoles, 6 de mayo de 2020

Arzobispo de Sevilla. MIÉRCOLES DE LA CUARTA SEMANA DE PASCUA. 6 - Mayo - 2020

"Ventana abierta"


Archidiócesis de Sevilla


MIÉRCOLES DE LA CUARTA SEMANA DE PASCUA


El libro de los Hechos, que estamos escuchando en las eucaristías de estos días de Pascua, nos atestigua en varios pasajes que después de la resurrección del Señor, los Apóstoles subían todos los días al templo a orar, obedeciendo al mandato de Jesús: Hay que orar siempre sin desfallecer. En la vida pública de Jesús, los apóstoles vieron muchas veces al Maestro retirándose al monte para orar a solas con su Padre. Ellos pudieron percibir cómo se transformaba su rostro, embebido totalmente en un diálogo amoroso con el Padre. Por ello, viéndole orar, piden a Jesús que les enseñe a orar. Y Jesús les enseña la oración del Padre Nuestro.

En su biografía de Jesús nos decía el papa Benedicto XVI que “sin el arraigo en Dios la persona de Jesús es fugaz, irreal e inexplicable”. El Padre celestial es el verdadero centro de su personalidad. Jesús vive y actúa en continua referencia al Padre celestial, ora y enseña a orar.

Uno de los aspectos más genuinos de la enseñanza de Jesús, el primer orante, es la invitación a la oración constante, que es exigencia de nuestra condición de hijos, que reconocen la absolu­ta soberanía de Dios, confían en su amor y tratan de ajustar constantemente su voluntad a la de Dios. En la oración diaria sintonizamos con la sabiduría y la voluntad de Dios y, casi sin darnos cuenta, se produce en nosotros una especie de afinidad con la verdad de Dios, que es en definitiva la verdad más profunda sobre el hombre y el mundo. En la oración crece nuestra amistad e intimidad con el Señor, se graban en nosotros sus propios sentimientos y el Señor nos va modelando y robusteciendo nuestra unión e identificación con Él.

+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla

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