"Ventana abierta"
‘Las redes sociales,
al servicio del bien’, Carta pastoral del Arzobispo de Sevilla
Queridos hermanos y hermanas:
En el Mensaje
para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales del año 2013, nos
decía el papa Benedicto XVI que “el desarrollo de las redes sociales digitales,
… está contribuyendo a que surja una nueva «ágora», una plaza pública y abierta
en la que las personas comparten ideas, informaciones, opiniones, y donde,
además, nacen nuevas relaciones y formas de comunidad”. Esta es también mi
convicción al dirigirme a vosotros esta semana.
Las redes
sociales se han convertido hoy en un lugar de encuentro donde se comparte
información, donde hacemos partícipes a los demás de nuestros estados de ánimo
y de nuestras opiniones y sentimientos. Con frecuencia son un nexo de unión
entre familias y amigos. Si se utilizan correctamente, pueden servir para
fortalecer la comunión en la gran familia humana.
Mi
preocupación surge cuando veo que estos utilísimos instrumentos, que incluso
pueden ser muy valiosos en el campo de la evangelización, se convierten en un
medio que favorece la confrontación y, amparándose en el anonimato, se utilizan
para insultar, mentir, calumniar y favorecer el odio en la sociedad.
La velocidad
de los citados instrumentos en emisión de noticias y opiniones supera nuestra
capacidad de reflexión y discernimiento. Con frecuencia nos hacemos eco
de noticias falsas, o de opiniones falazmente atribuidas a personas que nunca
se pronunciaron en tal sentido. Es necesario recuperar la calma y la reflexión
antes de responder inmediatamente a cualquier mensaje recibido. Otras veces se
reproducen juicios que atentan contra la dignidad de personas o grupos. A
menudo, por este medio, se denigra a los políticos, a los emigrantes, a los
musulmanes, etc., simplemente porque no son como nosotros. La conexión digital
no puede hacernos olvidar que somos cristianos y como tales tenemos que
comportarnos siempre, también en las redes sociales.
En su mensaje
para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales del año 2014, el papa
Francisco nos decía que “los muros que nos dividen solamente se pueden superar
si estamos dispuestos a escuchar y a aprender los unos de los otros.
Necesitamos resolver las diferencias mediante formas de diálogo que nos
permitan crecer en comprensión y respeto”. En este sentido, las redes sociales
pueden servir para conocernos mejor, para escucharnos unos a otros, resolver
nuestras diferencias y ayudarnos a crecer en la comprensión y en el
conocimiento mutuo.
Invito a
todos los cristianos de la Archidiócesis, que usan las redes sociales, a
preguntarnos cómo las utilizamos. Les invito también a poner un cuidado
especial en lo que decimos y cómo lo decimos, sobre todo cuando se trata de
redes cristianas o de titularidad eclesial. Entonces hemos de preguntarnos si
lo que escribimos sirve para la edificación de la Iglesia o si por el contrario
puede llevar a la confusión o al escándalo.
Sería bueno
que cada uno de nosotros se plantee el uso de las redes sociales desde una
mirada cristiana, pensando que pueden ser un buen instrumento de
evangelización. El uso de las mismas debe servir para mostrarnos como somos, no
con identidades falsas, callando ante lo inmoral o injusto, o defendiendo
posturas y actitudes que no defenderíamos sin la careta del anonimato. Tampoco
es bueno, incluso desde la perspectiva de la higiene mental y de la salud,
estar todo el día, o al menos el tiempo libre, pegados a las redes, o
relacionándonos solo con grupos ideológicamente afines, algo que termina
aislándonos de la comunidad y empobreciéndonos.
No todo tiene
cabida en las redes sociales. Hemos de conducirnos siempre con sabiduría, prudencia,
buen sentido, amor a la verdad y respeto por los demás aunque creamos que están
equivocados. Busquemos siempre el encuentro con los otros, la escucha atenta,
la paz y la concordia. Huyamos del insulto, las descalificaciones y, mucho más
de la calumnia. “Lo que hacéis, -nos dice san Pablo- hacedlo con toda el alma,
como para servir al Señor, y no a los hombres” (Col 3,23).
Sería bueno
también que aquello que publicamos en internet, sea reflejo de nuestra vida
cristiana. Ocurre a veces que acudimos a frases tópicas, mensajes, oraciones y
canciones que suenan muy bien, pero que no hemos hecho nuestras en la reflexión
y en la oración y que, en consecuencia, no se corresponden con nuestra
forma de vivir, y que terminan siendo expresiones prestadas y poco auténticas,
que no son reflejo en nuestra propia vida cristiana. “No todo el que dice
Señor, Señor entrará en el Reino de los cielos, sino aquel que hace la voluntad
de mi Padre que está en los cielos” (Mt 7,21).
Para acabar
quiero manifestar mi deseo de que las redes sociales sean un instrumento al
servicio de la evangelización, de la verdad, del acercamiento mutuo, la
escucha atenta, el diálogo y la solidaridad. Ojalá nos ayuden también a servir
a los pobres y a los más débiles y a cuidar de la casa común, que Dios nos ha
regalado.
Para todos,
mi saludo fraterno y mi bendición.
+ Juan José Asenjo Pelegrina
No hay comentarios:
Publicar un comentario