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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

sábado, 30 de septiembre de 2017

Abuelitos con nietos 















LA MAYOR POBREZA ES NO CONOCER A CRISTO. 30 - Septiembre - 2017

"Ventana abierta"


LA MAYOR POBREZA ES NO CONOCER A CRISTO


Sor Leticia, maestra de novicias dominicas de Lerma, las monjas del Reto «La mayor pobreza es no conocer a Cristo. Dios nos llama a darlo a los demás»
Su Reto del amor llega cada día a decenas de miles de móviles. Su libro Si no puedes perdonar, este libro es para ti está sanando multitud de relaciones. Desde su convento han lanzado iniciativas de magia para evangelizar y videos con marionetas para niños; también diseñan múltiples objetos con citas del Evangelio y en proyecto tienen la creación de aplicaciones y videojuegos. Todo eso, además de las continuas visitas que reciben en el convento. Pero para las dominicas de Lerma, con sor Leticia como maestra de novicias, lo fundamental es la oración. Detrás de cada Reto hay cinco horas y media diarias de plegaria, mucho estudio y una fuerte vida comunitaria
¿Cuál es el alma de todo vuestro apostolado?
La oración, sin duda. Somos una comunidad contemplativa y evangelizadora. Nuestro carisma es contemplar y dar lo contemplado. No nos quedamos lo que recibimos en la oración. Lo que recibes lo tienes que dar.
¡Y desde la clausura!
Sí, para muchos puede parecer contradictorio, pero siempre surge todo de la oración. Nunca nos hemos propuesto: «¡Venga, ahora vamos a evangelizar!». Desde su origen esta comunidad siempre ha sido muy acogedora, de hablar mucho con la gente. Cuando alguien llama a un torno no viene simplemente a comprar cerámica, busca algo más. Y ese algo más, ese «rezamos por ti», es lo que queremos dar. Siempre hemos pensado que a todas estas personas les tenemos que dar algo más. Por eso, en cuanto hay ocasión, hablamos de Jesucristo. Es que ésa es la mejor noticia: Cristo ha muerto y ha resucitado por ti, por amor. Siempre el anuncio del kerigma, buscando suscitar un encuentro personal con Cristo, que es lo que de verdad te cambia la vida. Es impactante, porque, ante el anuncio del kerygma, nadie queda indiferente, pues tiene muchísima fuerza…
Entonces todo esto no surgió de una «lluvia de ideas» un día en el convento.
No, ¡para nada! Nosotras somos las primeras sorprendidas… Ha sido experimentar una vez más que el protagonismo es del Señor. Él es quien va por delante. Así es siempre en nuestra fe. Al fin y al cabo, tú no puedes dar lo que no tienes. Si no te sientes amado, ¿qué vas a dar? Cada uno de nosotros actúa siempre por las referencias que hemos tenido; es decir, tú amas tal y como te han amado. Nos limitamos a repetir los patrones que hemos vivido. Lo que pasa es que muchas veces nos han amado mal y nos han hecho daño. Por eso es muy importante la oración, porque en la oración es donde experimentas el amor del Señor, el perdón, la alegría… La gracia precede a las obras. Se trata experimentar el amor del Señor que te llena por completo, te hace feliz… y te da unos ojos nuevos para que seas capaz de ver a los demás y sus necesidades. Es entonces cuando puedes amar, porque te sientes amado por el Señor. Si no experimentas a Cristo en tu vida, ¿qué vas a dar?
Sería todo una obligación…
Sería una religión del deber. «Tienes que hacer esto, tienes que pensar lo otro»… Pero así la gente se quema. El deber te acaba dejando vacío. Todo comienza por la gracia. Eso lo hemos visto con el libro del perdón: si no puedes perdonar, es estupendo reconocerlo. Somos criaturas, no podemos con todo. Siéntate con Cristo y pídele ese don. Mientras no lo recibas, es inútil que te empeñes. Y cuando lo recibes, todo es llevadero, todo es más fácil, todo es más ligero…
¿Esto también se aplica a la evangelización?
Por supuesto. La oración es el motor, es lo primero. Antes de emprender cualquier obra de evangelización, párate delante del Señor, y descubre qué es lo que Él te pide. Antes de evangelizar, siéntate delante de Cristo para empaparte de cómo es Él, su amor, su perdón… porque eso es lo que tú vas a dar después.
¿Y cómo empezar, una vez que ya lo sabes?
Mira, el gran arma de los evangelizadores del siglo XXI es el amor. Hoy en día la palabra no tiene fuerza. Lo que sí la tiene es el gesto: que te aprendas los nombres de tus compañeros de trabajo, dar los buenos días y decir el nombre del que te lleva cada mañana en el autobús, acabarle el trabajo a un compañero que se tiene que ir pronto a casa… Son esos pequeños detalles del día a día, de un amor cristiano que no se cansa, y que tú has recibido cada día de la oración.
¿Cómo se pasa después del gesto al anuncio explícito de Jesucristo?
Cuando llevas unos días sonriendo a aquel en el que nadie se fija, un día te dirá: «Y tú, ¿por qué siempre estás contento?» Un cristiano tiene los frutos del Espíritu: la alegría, la paz, la mansedumbre… Estos frutos chocan muchísimo a la gente. ¡Especialmente los lunes! [risas]. En cuanto empieza el diálogo ya puedes lanzarte: «Esta alegría no es mía, me la da Jesucristo».
¿Quién no da a Dios, da demasiado poco, como decía Benedicto XVI?
Como dice un dominico, nosotras como parte de la Orden de Predicadores, deberíamos confesarnos de un pecado de omisión si no damos a conocer a Cristo. Nosotras estamos llamadas, más que a dar de comer, a dar de comer a las almas. Dios nos llama a dar a Cristo. La mayor pobreza es no conocer a Jesucristo. A nuestro convento han llegado personas con muchos bienes pero con una vida rota. No tener al Señor es un vacío muy grande. Y, en cambio, ¡cómo te cambia la vida cuando te encuentras con Él! La persona que no tiene nada pero tiene a Cristo, es feliz.
Muchas veces se piensa que evangelizar es cosa de curas y de monjas. Y los laicos, ¿qué?
Uff, ¡los laicos podéis evangelizar muchísimo! Si un laico no evangeliza, es como si a la Iglesia le amputaran un brazo. Porque donde él está no puede llegar un sacerdote, sólo llega él. Cristo ha enviado a todos los cristianos, no sólo a los curas y a las monjas. Tenéis el arma del amor, del que ya hemos hablado. Y no os acomplejéis, el Señor está a vuestro lado. Sin embargo, hay gente que tiene una fe muy de dudas… pero hay que pedirle a Cristo una fe de certeza: pídele tener certeza de lo que transmites: «Señor, grábame esta fe como sea». El cristianismo no es un cuento, es real, es todo un Dios que te ama. No podemos acobardarnos, tenemos que decir al otro: «Ven». Pero antes él tiene que sentir dónde estás tú, tiene que ver que eso que dices es de verdad muy importante para ti, que es real. El cristianismo, o es una forma de vivir, o son cuatro normas. Experimentar en nuestra propia vida el amor de Cristo es la esencia de nuestra fe: ¡se nos está ofreciendo la Felicidad en mayúsculas!
Por todo lo que decís, entonces evangelizar no es algo propio de «profesionales» que saben unas cuantas técnicas…
Para nada. Mira, algo que deberíamos tener todos los cristianos siempre con nosotros es un crucifijo de bolsillo, para poder regalarlo a quienes nos encontremos y estén sufriendo. Si alguien te confiesa: «Me han detectado un cáncer», ¿tú qué puedes decir? Tú reza, deja que se desahogue, y luego déjale un signo: «Agárrate a Este». Cristo es lo mejor que nos ha pasado en la vida, con Él descubres una forma nueva de vivir, de afrontar la debilidad, de disfrutar del mundo que te regala. Con Cristo descubres que hay no momentos de felicidad, sino la Felicidad en mayúsculas. Así que, anunciarle a Él, ¡es el mayor regalo que podemos hacer a los de nuestro alrededor! ¿Te apuntas a la aventura de amar? ¡Con Cristo este reto es posible! ¡Vive de Cristo!
AYUDANDO A VIVIR…, Y A MORIR
¿QUÉ FEEDBACK TENÉIS VOSOTRAS DEL RETO?
Llevamos cinco años con el Reto, y en este tiempo hemos recibido muchas impresiones. Desde parejas que se han casado por la Iglesia, a hermanos que se han reconciliado después de muchos años, o gente que ha vuelto a recuperar la fe también después de mucho tiempo… Y nos impresiona mucho también que ha servido como preparación al cielo.
¿Preparación al cielo…?
Personas con cáncer, en el hospital, que lo único que esperaban cada mañana era el Reto… Personas que han pasado su último mes preparándose con el Reto y morir con una paz impresionante… Gente que de repente pierde el miedo a la muerte, que configura su alma con esta forma de ver a Dios, el Dios que en Cristo se ha hecho hombre, que se ha hecho pobre, que te entiende, que quiere que seas feliz, y que está deseando entrar en tu vida. Eso las personas que están enfermas lo viven muy bien por su debilidad, tienen más apertura y sensibilidad para descubrir al Señor.
Estáis preparando también un libro con testimonios sobre la debilidad… ¿Por qué es importante este tema?
Lo primero, como siempre, le preguntamos al Señor: ¿qué libro quieres ahora? Y entonces sentimos muy fuerte en el corazón el tema de la debilidad. Hay personas que están muy, muy rotas. Nos han enseñado a todos que tenemos que ser fuertes, que tenemos que ser perfectos… pero la realidad es que no lo somos y, por mucho que nos lo proponemos, no logramos serlo. Tú llegas por la noche a tu cama y rompes a llorar porque no has podido amar, porque no has podido reconciliarte, porque tienes una enfermedad… Durante el día te has mostrado fuerte, pero el llegar a la cama te derrumbas. «Tienes que ser fuerte», pero no es posible. No somos fuertes, no somos como Dios. Hemos visto personas muy rotas y sólo podemos decirles: «Es que tú eres humano, no tengas miedo de sentir tu humanidad. Hay Alguien que es fuerte en ti, hay Alguien en el que puedes descansar». Y la gente descansa. ¡Es como quitarte una faja! [risas]. No tenemos que ser perfectos, no tenemos que estar dando siempre una imagen. No podemos asustarnos de nuestra debilidad. Pero la sociedad ante la debilidad sólo te ofrece una pastilla para dormir. En cambio, nosotras te decimos que la debilidad es buena porque te hace dependiente, y cuanto más dependiente de Cristo, más feliz vas a ser.
¿Tenéis algún otro proyecto más a la vista?
Sí. Hemos percibido también que la gente se sienta a rezar y no sabe muy bien qué hacer. Por ello, tenemos en mente escribir un libro para enseñar a rezar, que se va a llamar «Háblame de Él». Y vamos a hablar de cómo es Cristo, su amor, su cercanía, y cómo orar, cómo hablar con Él. Nosotras sentimos que todas estas iniciativas salen de Él, porque Él es el primer interesado. Es algo que Él nos regala.
¿Algo más para nuestros lectores?
Sí, que no tengan miedo de dar la mano a Cristo y dejar que llene toda su vida. El Señor cuenta con vosotros, cuenta contigo para llevar la alegría de su amor a todos los rincones. Pero, recuerda, la clave está en la oración: recibirlo todo de Cristo, ¡para darlo después a los demás! O, en otras palabras, ¡ora y ama! Vive de Cristo.
Entrevista completa publicada en Alfa y Omega.
Por Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo.

lunes, 25 de septiembre de 2017

Oración de Comunión Espiritual. Los obreros de la viña. 24 - Septiembre - 2017

"Ventana abierta"


Oración de Comunión Espiritual


Los obreros de la viña


Es el momento de la Comunión del Cuerpo y de la Sangre del Señor.
Y Ahora cuántos siguen este blog, si así lo desean, también hacemos nuestra Comunión Espiritual uniéndonos a todos los hermanos y hermanas del mundo.
"Señor Jesús, que llamas a todos, porque a todos amas, ayúdanos a saber percibir en nuestra vida cotidiana los signos de tu amor.
Sé bondadoso con nosotros, cuando el peso del día y del bochorno caigan sobre nuestras vidas, pero sobre todo cuando nuestras situaciones se hagan difíciles, cuando nos oprima el dolor, o el llanto, cuando no encontremos salida.
Sé bondadoso, Señor, con nosotros, en el atardecer de la vida, cuando nuestras fatigas crezcan, y se nos haga difícil mantener el paso, cuando el peso de las horas hagan mella en nuestros cuerpos, quizá ya roto por la enfermedad.
Sé bondadoso con nosotros, Señor, cuando la soledad o el abandono lleguen a nuestras vidas. Que tu bondad llene nuestros vacíos, sacie nuestras necesidades, sane nuestras dolencias, limpie nuestros pecados".


domingo, 24 de septiembre de 2017

Un vaso de agua

"Ventana abierta"



Un vaso de agua



Un psicólogo en una sesión grupal levantó un vaso de agua, todo el mundo esperaba la típica pregunta: ¿Está medio lleno o medio vacío?... Sin embargo, preguntó:
- ¿Cuánto pesa este vaso?
Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos. 

El psicólogo respondió:
- "El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo 1 minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo, si lo sostengo un día mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, más difícil de soportar se vuelve".

Y continuó:
- "Las preocupaciones son como el vaso de agua.
Si piensas en ellas un rato, no pasa nada, si piensas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada".

Importante. ¡¡ Recuerda soltar el vaso!!



sábado, 23 de septiembre de 2017

HOY EL RETO DEL AMOR ES QUE TE ACERQUES A TUS HIJOS DESDE EL AMOR. 23 - Septiembre - 2017

"Ventana abierta"


HOY EL RETO DEL AMOR ES QUE TE ACERQUES A TUS HIJOS DESDE EL AMOR

Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

NO TE RINDAS

Este verano me ha tocado cuidar a las tortugas. Todos los días, después de la cena, la encargada de la cocina tenía preparada una bolsa con lechuga y verduras que al siguiente día yo llevaba al terrario.
La verdad es que, a las horas a las que me acercaba, no había ninguna de las 6 tortugas fuera de la caseta; simplemente sabía que estaban porque, al día siguiente, no quedaba comida. Al no verlas (aparte de no saber apenas distinguirlas entre ellas), me desanimaba, y la constancia de ir con la bolsita... decaía.
Total, que estos días me iba lamentando por todas las esquinas:
-Soy una mala "madre" con las tortugas, no sé ni por dónde cogerlas... -con intención de que algún alma caritativa me relevase en tan "fructífero" cometido. Ya me rendía.
Ayer cayó una pequeña tormenta, e Israel y yo fuimos a pasear después. Al acercarnos al terrario, ¡nos quedamos sorprendidas! ¡Estaban todas fuera! Se movían con soltura, como nunca las habíamos visto. Y... oh, oh... Bajo la enorme red que las protege, una de las tortugas se había dado la vuelta (estar "tumbadas boca arriba" es peligroso para ellas, pues pueden llegar a morir).
¡No podíamos hacer nada! Pero, ¿sabes qué pasó?
Otra tortuga se acercó y empezó a golpear a la accidentada en el lateral del caparazón, con pequeños empujones... ¡hasta que consiguió darle la vuelta! Nos quedamos impresionados con la escena, y nos dijimos: ¡ha merecido la pena el verano!
Salvando la distancia con las tortugas, hoy quiero decirte que "ha merecido la pena". Ha merecido la pena y merece la pena todo lo que haces por tus hijos, por tus alumnos... aunque a veces sientas que llevas alimento para nadie, que no ves frutos, que parece que no asimilan nada. Ha merecido la pena aunque a veces sientas que no llegas, que tú no vales, que no sabes o no puedes.
El Señor los ha puesto en tus manos no porque seas perfecto, por tus dones o sabiduría. Ha pensado en ti, sólo en ti, porque sabes amarlos, porque sabes equivocarte y pedir perdón, porque sabes orar por ellos y permanecer a su lado. No te rindas, pues llegará el día en que les verás salir, moverse por la vida, y, cuando una situación difícil les ponga "boca arriba", sabrán en quién y en qué apoyarse para volver a darse la vuelta.
Hoy el reto del amor es que te acerques a tus hijos desde el Amor. Busca un rato para dedicar a cada uno, déjales hablar sin juzgar lo que te compartan, sólo acogiendo. Y, si ya no sabes ni cómo hacerlo porque se han alejado de ti, no dejes de cuidarlos con la oración. No estás solo en esta misión: donde tú no llegas, Cristo llega. No te rindas.
VIVE DE CRISTO
Pd: ¡El "rincón para orar" ya está en marcha!
Como te comentamos el otro día, una hermana de nuestro monasterio se está encargando de escribir comentarios a la Palabra. Nos ha confirmado que subirá estas reflexiones a nuestra página web los martes y los sábados. Así pues... ¡hoy tienes un comentario nuevo esperándote!
Puedes verlo aquí:
http://www.dominicaslerma.es/index.home-2/rincon-orar.html
http://dominicaslerma.es/
¡Feliz día!

viernes, 22 de septiembre de 2017

El recuerdo de una madre. Nací para ser feliz, no para sufrir. ¡Te fuiste! Viernes, 22 - Septiembre - 2017

 "Ventana abierta"

El recuerdo de una madre

Extraído de Internet

Nací para ser feliz, no para sufrir

"¡Te fuiste!"

Como todos los días saliste de casa, te fuiste a estudiar, ¿cómo me iba a imaginar que más tarde tu pequeño cuerpecito debajo de escombros iban a encontrar?

Te fuiste con una sonrisa en los labios, te despediste con un ¡te quiero, mamá!, tu mochila en la espalda a prepararte para la vida, sin saber que ese mismo día la ibas a perder.

Mi chiquito (a) hermoso (a) ¿cómo iba yo a saber que nunca más entre mis brazos te volvería a tener?

Te fuiste, y contigo te llevaste mi razón de vivir, mi motivo de esperanza para seguir, me dejaste sin fuerza, con el alma llena de tristeza.

Sobrevivo con tu recuerdo en mi mente y en mi corazón, y en cada suspiro mi alma se sale de mi cuerpo tratando de encontrarte; daría mi vida entera por una vez más poder abrazarte.

¡Descansen en paz angelitos, en los brazos de Jesús!

lunes, 18 de septiembre de 2017

HOY EL RETO DEL AMOR ES ORDENAR TU LISTA DE VALORES. 18 - Septiembre - 2017

"Ventana abierta"


HOY EL RETO DEL AMOR ES ORDENAR TU LISTA DE VALORES
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

PERDÍ DE VISTA EL OBJETIVO

Ayer nuevamente se me cayó el móvil al suelo y se dio un buen golpe.
Gracias a la carcasa no le pasó nada, Como esto me ha pasado más veces, el móvil está perfecto... pero la funda parece que ha pasado por una guerra: ¡está rota por unos cuantos sitios! Ya no queda ni una esquina sana...
Ayer, al recogerla del suelo, me daba mucha pena, ya que me encanta esta carcasa porque es personalizada, y pensé: "¡Qué rollo que se rompa!"
Sin embargo, cuando llegué a la oración, me di cuenta de que todo estaba bien, que la carcasa se tenía que romper, que había sido creada para proteger el móvil, que, para lo que había sido creada, era para lo que se estaba utilizando. En ese momento comprendí que me había enfadado porque había dejado de ver el auténtico fin de la funda: proteger el móvil. Al descubrir esto, inmediatamente desapareció la pena y me dije: "Todo está bien".
Siempre que hablaba a sus discípulos, Jesús les mostraba el sentido que tenían las cosas, les explicaba las parábolas, les mostraba su corazón. Jesús sabía para qué se había encarnado, y así se lo comunicaba a sus apóstoles. Cristo sabía que tenía que morir por ti y por mí, para sacarnos de la cárcel en la que muchas veces vivimos, romper las cadenas de la muerte y, con su resurrección, darnos vida. Pero vida aquí (porque Él dice que aquí "el ciento por uno"), y después la vida eterna.
Cuántas veces perdemos el norte en nuestra vida y ya no sabemos por qué hacemos las cosas, confundimos lo secundario con lo esencial. Olvidamos para qué sirve la funda, y queremos perpetuar lo que es caduco.
Hoy el reto del amor es ordenar tu lista de valores, poner en el centro a Cristo y, luego, ver qué es lo primero para ti, y lo segundo, y lo tercero... Quizá descubras que algo secundario se te ha colado como algo principal; en ese caso, vuelve a colocarlo en su sitio y da prioridad en el día de hoy a la oración y al amor.
VIVE DE CRISTO

   https://dominicaslerma.es/
¡Feliz día!

domingo, 17 de septiembre de 2017

Oración de Comunión Espiritual. Perdonar y ser perdonados. 17 - Septiembre - 2017

"Ventana abierta"


Oración de Comunión Espiritual


Perdonar y ser perdonados 


Comulgar desde la paz que nos da el perdón, el perdón dado y el perdón recibido.
Comulgar para sentir compasión ante el otro.
Aquell@s amig@s que siguen este blog, si así lo desean, podemos unirnos y hacer nuestra Comunión Espiritual.
"Señor, ten paciencia conmigo, una y otra vez; sabes que soy muy flojo, que mi promesa se queda en nada. 
Ten paciencia, como el agricultor que contempla su campo, y aunque despacio, lo ve crecer poco a poco.
Ayúdame a arrancar el rencor, la ira, la venganza que echan raíces en mí corazón; renuévame por dentro y ten paciencia conmigo.
Gracias, Señor, por tu perdón sin límites, con el que me muestras tu amor sin medida; soy insolvente ante tanto perdón recibido de Ti, soy tacaño para dar perdón al hermano que me ofende, y me cuesta decir, "lo siento, me he equivocado, perdóname".
Dame un corazón nuevo, enséñame a dar, y pedir perdón, 
Tú que perdonas las culpas, curas las enfermedades y no nos tratas como merecen nuestros pecados.
Tú, compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia, ten paciencia conmigo, Señor".


Carta Pastoral del Arzobispo de Sevilla. EL SEÑOR ES COMPASIVO Y MISERICORDIOSO. 17 - Septiembre - 2017

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Carta Pastoral del Arzobispo de Sevilla


EL SEÑOR ES COMPASIVO Y MISERICORDIOSO


Queridos hermanos y hermanas:
Según la sentencia de un sabio rabino contemporáneo nuestro, la Palabra de Dios, como los diamantes más preciosos, tiene múltiples caras y perfiles: unas veces nos acusa y denuncia nuestros caminos errados; otras veces nos consuela y conforta; en ocasiones nos espolea para que salgamos de la comodidad y de la tibieza; y siempre es bálsamo que cura nuestras heridas, nuestros dolores y sufrimientos. Su mensaje es siempre oportuno para cualquier circunstancia o situación de nuestra vida cristiana. En este Domingo XXIV del tiempo ordinario, nos habla sobre el perdón de Dios y sobre el perdón que todos nosotros nos debemos otorgar en la vida social y comunitaria.
Si tuviéramos que buscar una definición de qué es ser cristiano, a partir de las lecturas de la Palabra de Dios de este domingo, podríamos decir que el cristiano es una persona que vive reconciliada con Dios y reconciliada también con los hombres, sus hermanos. De la reconciliación con Dios y de su perdón, hablamos en primer lugar.
Una de las mayores certezas que el hombre puede tener a la hora de programar su futuro y de crecer en la vida espiritual es la conciencia de que todos somos pecadores. La Iglesia es una triste comunidad de pecadores. Hace sesenta años, en 1943, el papa Pío XII escribió en la encíclica Mystici Corporis Christi que el hombre de hoy ha perdido el sentido del pecado. Son muchos ciertamente los que dicen que ellos no se confiesan porque no tienen pecados. No faltan tampoco filósofos modernos que afirman que una de las mayores infamias que el hombre puede cometer es sentirse pecador, porque eso es una humillación intolerable y una destrucción de su propia libertad.
En este contexto, la Iglesia tiene el deber de proclamar que todos somos pecadores. Ninguno de nosotros puede decir como el fariseo del Evangelio: “Gracias te doy, Señor, porque no soy como los demás hombres…”. Todos, hasta los santos, exceptuando a la Santísima Virgen, somos pecadores y tenemos que entonar cada día el Yo pecador y rezar muchas veces al día Perdónanos nuestras deudas.
El pecado es una transgresión de la Ley santa de Dios; un desprecio de sus mandamientos, una transgresión del plan de Dios sobre cada uno de nosotros, una ofensa a Dios y un desprecio de la sangre redentora de Cristo. El pecado es además un envilecimiento propio. Cuando pecamos nos degradamos, rompemos la imagen ideal del hombre que Dios creó y nos esclavizamos, porque el hombre sólo es libre cuando se ata amorosamente a la Ley de Dios. Buscando nuestra propia libertad, nos encadenamos.
El pecado es además una ofensa a la Iglesia. Hasta los pecados más ocultos tienen una repercusión social porque la Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo y todas nuestras acciones, buenas o malas, tienen una repercusión positiva o negativa en la totalidad del Cuerpo Místico de Cristo. De ahí nuestra responsabilidad: con nuestro pecado y tibieza disminuimos el caudal de caridad de la comunidad eclesial.
La actitud de Jesús ante el pecado es conmovedora. Lo repetiremos en el salmo responsorial de la Eucaristía de hoy: El Señor es compasivo y misericordioso… El mismo Jesús nos dice que no ha venido a salvar a los justos, sino a los pecadores. Convive con ellos, les perdona, los busca, busca la oveja perdida y voluntariamente se inmola en la Cruz en propiciación por nuestros pecados. Después de su resurrección instituye el sacramento de la Penitencia cuando dice a los apóstoles: Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados, y a quienes se los retengáis les quedan retenidos.
Cada vez que nos arrodillamos ante el sacerdote para confesar ante Dios nuestros pecados, el Señor nos perdona hasta el fondo y sin restricciones si tenemos las debidas disposiciones. Nos abraza como el padre de la parábola del hijo pródigo que, alejándose de él, ha dilapidado la fortuna. El padre, sin embargo, no se lo echa en cara, no lo castiga, lo recibe, lo abraza y organiza una fiesta. En el sacramento del perdón, además, el Señor nos regala la gracia merecida de una vez para siempre por Jesús en la Cruz, junto con una gracia peculiar para luchar contra el mal.
En este domingo agradecemos al Señor la institución del sacramento del perdón, el más hermoso y el más importante después del bautismo y de la eucaristía, pues es el sacramento de la reconciliación, de la paz, la alegría y el reencuentro con el Señor.
El evangelio de hoy nos habla también del perdón mutuo a partir de una pregunta de Pedro, seguramente al final de la vida pública del Señor. La razón última es nuestra común condición de hijos de Dios y, en consecuencia hermanos, redimidos por la sangre preciosa de Cristo, y nuestra pertenencia a una y misma familia, la familia grande y magnífica de la Iglesia.
Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.
+ Juan José Asenjo Pelegrina Arzobispo de Sevilla