"Ventana abierta"
HOY, EL
RETO DEL AMOR ES AMAR MI REALIDAD
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
SUPERA NUESTRAS EXPECTATIVAS
En estos días de tantos preparativos, mientras
decoramos la casa, ponemos nacimientos por aquí o por allá, o mientras cierro
sobres con las postales, me encanta poner algún villancico para ambientarnos.
¡Todo ayuda!
Hay que reconocer que hay letras y letras.
Tenemos un amplísimo repertorio tradicional y, a la vez, profundísimas palabras
de vida que se esconden entre ellas. Pues bien, este año hay una letra que me
está marcando mucho. Habla de lo impresionante que resulta la forma en que Dios
viene al mundo: nadie se lo habría imaginado así. Tantos esperaban al Mesías,
tantos soñaban cómo sería cuando viniera a salvarnos, pero… ¡el Señor supera
nuestras expectativas! ¡Él le da la vuelta a la realidad!
Nosotros, los hombres, ponemos la imaginación a
volar y nos hacemos nuestro sueño ideal de cómo serían las cosas “si fueran de
aquella manera”. Y qué curioso, porque nuestra realidad siempre es más frágil
de lo que nos encanta imaginar.
Sin embargo, el Señor le da la vuelta a todo,
porque no cambia nuestra realidad por esa ilusión que nos imaginamos, sino que
la hace aún más bonita: viene Él mismo a nuestra realidad para sorprendernos,
para llenarla de Vida y para que experimentemos que es precisamente ahí donde
le podemos encontrar. Porque “es en la debilidad donde se manifiesta su
fuerza”.
Hoy comienza la Octava de Navidad, en la que
toda la liturgia nos invita a aguardar al Señor que viene ya. No sabemos ni
cómo ni cuándo, pero sí tenemos la certeza de que Él se revela en lo sencillo,
a los pequeños, en medio de la debilidad. Su Palabra eterna se hace carne para
que la podamos tocar. ¡Él está vivo y es real, y por eso se quiere manifestar!
Y, en Navidad, más que nunca, nos deja claro que “solo los pobres y humildes le
verán”.
Hoy, el reto del amor es amar mi realidad. De la mano de María, pidámosle a ella que nos enseñe a esperar al Salvador. Así, como ella, sin entender mucho, sino disfrutando del Regalo que está por nacer.
VIVE DE CRISTO




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