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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

sábado, 28 de diciembre de 2024

RINCÓN PARA ORAR. "JESÚS, QUISO SER BUSCADO POR MARÍA Y JOSÉ DURANTE CUATRO DÍAS". Sábado, 28 - Diciembre - 2024

"Ventana abierta"

RINCÓN PARA ORAR

SOR MATILDE

JESÚS, QUISO SER BUSCADO POR MARÍA Y JOSÉ DURANTE CUATRO DÍAS

41 Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua.

42 Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta

43 y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres.

44 Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos;

45 pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.

46 Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles;

47 todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas.

48 Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.»

49 El les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»

50 Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio.

51 Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.

52 Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres. (Lc. 2, 41- 52)

El Evangelista Lucas, nos ha dejado el relato de un episodio de Jesús que nos resulta sorprendente. Es la primera manifestación de su divinidad, siendo un niño de doce años. Sucedió esto en una peregrinación a Jerusalén de la Sagrada Familia. Todos los años hacían este camino que todo fiel israelita tenía que realizar para adorar y bendecir a Dios en su Templo. Pero este año que, nos narra san Lucas, a la vuelta de nuevo de los peregrinos a sus casas, comprobaron María y José que, Jesús no estaba en la caravana, entre parientes y conocidos. Un día entero en su busca lleno de angustia y zozobra en el corazón de sus padres. Pero al no hallarlo se volvieron a Jerusalén y siguieron preguntando entre parientes y amigos durante tres días más.

Este extravío de Jesús, les resultaba a sus padres incomprensible y más sabiendo que este niño era el Hijo de Dios. Se preguntarían, entre estos silencios de Jesús, ¿qué querría Dios de ellos en esta coyuntura llena de angustia? Se sentían perdidos ante esta voluntad de Dios.

“A los tres días, encontraron a Jesús en el Templo en medio de los doctores y rabinos, escuchándolos, hablándolos y haciéndoles preguntas”. ¡Se quedaron al verlo “atónitos”! Y, María, como madre solicita, le preguntó a Jesús por su comportamiento que, tanto les había hecho sufrir. Él, con seguridad y aplomo les remitió a su verdadero Padre del cielo y al celo que tenía que tener por su Gloria. Es que, ¿no tenían que saber esto sobre su Persona, aunque fuera todavía un niño?

Es comprensible que entonces ellos no entendieron. Y así, “María, guardó todo esto en su corazón”, con tantos Misterios de su Hijo que, no podía comprender pero que amaba y oraba sobre ellos, al ser la voluntad de Dios en sus vidas. María y José, eran colaboradores humildes de la obra de la Redención de los hombres junto con Jesús, el verdadero Redentor, aunque no comprendieron tantas cosas de su Hijo. Jesús, aportaba en esta obra, la obediencia amorosa de Hijo; Y, María y José, una sencilla humildad y adoración a “Dios que se había fijado en la humildad de su esclava” y, había tomado a José entre tantos jóvenes para ser el padre legal del Hijo de Dios.

Ante estos hechos de Dios hecho Hombre, no podemos evitar el pensar en nuestra historia de fe y amor a Dios. ¿Hemos sido siempre fieles y, con una obediencia digna y segura ante tantas cosas que hemos tenido que vivir y que no comprendíamos en absoluto el querer de Dios porque éste nos resultaba doloroso y oscuro? El comportamiento de María y José, nos está enseñando que no siempre hemos sido humildes con nuestro Dios; Que, a veces, le hemos pedido cuentas de por qué y cómo y, no le hemos firmado una hoja en blanco para que Él escriba nuestra historia porque sólo este escrito nos santifica y le glorifica eternamente.

¡Señor, deseamos tener un corazón obediente a tu voluntad, sea ésta la que sea porque, cuando nos habla tu Palabra, no es para que la razonemos sino para que, la acojamos en el corazón y allí se caldeen con la oración y el amor! ¡Danos tu gracia poderosa, Señor Dios nuestro! ¡Qué así sea! ¡Amén! ¡Amén!

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