"Ventana abierta"
Te he estado buscando
Una señora, de unos
cuarenta y cinco años, madre de tres hijos, soñó una noche que moría y llegaba
a la puerta del Cielo. Oyó que Dios le preguntaba:
- ¿Qué has hecho en
la tierra?
Ella pensó en sus
trabajos, sus preocupaciones, sus apuros. Pero no encontró nada de valor como
para presentar a Dios. Sólo pudo decirle:
- Señor, toda mi
vida te he estado buscando.
Y Dios, sonriendo,
le respondió:
- Pues ya me has
encontrado. Entra.
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No quisiera tener
otra cosa que presentar a Dios.
“¡Si
pudiese decirle: Señor, toda mi vida he estado buscándote!”.
¿Puedo decir hoy, sinceramente, que le estoy buscando?
Para poder decirlo al
final, hay que poder decirlo cada día. Cuando de la vida se hace una búsqueda
de Dios, la muerte se convierte en la hora del encuentro.
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