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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

domingo, 26 de diciembre de 2010

"Canción para arrullar al Niño"


"Una Pastorcilla rubia
de ojuelos bellos de miel,
mientras arrullaba al Niño
en la cueva de Belén,
extasiada le cantaba
al dulce son de Rabel:

De la cuna, al regazo
del calor maternal,
tiemblas de amor, Dios-Niño,
en esta Navidad.

La luz de tu mirada
alumbra mi candor.
La luz de tu sonrisa
me alegra el corazón.

Abre tus dulces ojos
y mírame, Señor,
que mi alma necesita
la Gracia de tu Amor.

Se tiñen tus mejillas
de rosa y de jazmín,
y abres Tú los ojos:
¡Señor, mírame así!

Tus manos de azucena.
Tu piel como el rosal.
La Sangre de tus venas
el frío azulará.

Tus miembros sonrosados
la nieve hará temblar,
pero el Amor que nace
nadie podrá apagar.

Oh mi Pequeño Dueño,
sonrisa de mi amor,
despierta de tu sueño
y mírame, Señor".


Feliz Navidad, amig@s




































sábado, 25 de diciembre de 2010

"El bautizo".



¡Hola, amigos, ante todo volverles a desear una muy feliz Navidad!

Les voy a contar una historia muy interesante que arroja una luz bastante grande con respecto a la celebración de la Navidad.

Resulta que un matrimonio pensaba en bautizar a su hijo, con tal motivo invitaron a la familia, a los amigos, a todas sus amistades, y el día señalado se celebró el bautizo.

Todos los invitados conforme iban llegando preguntaban a los dueños de la casa:
¿Dónde podemos dejar los abrigos?
A lo que ellos respondían: Podéis dejarlos en el dormitorio, sobre la cama.
Asi lo hicieron. Unos tras otros fueron dejando sus abrigos sobre la cama.

Entonces -como casi siempre se hace en estos casos- se celebró una fiesta: bebieron, comieron y bailaron...
Cuando todo terminó, los invitados preguntaron:
¿Dónde está el homenajeado? ¿Dónde está el niño?
Los padres dijeron: En la cama lo dejamos momentos antes de llegar ustedes.

Fueron a la habitación y el niño no estaba, tocaron la cama y el niño no aparecía.
Alarmados comenzaron  a levantar los abrigos encontrando al niño debajo de ellos.
¡Allí, debajo de los abrigos estaba el niño!
Siendo él el objeto de la celebración se encontraba oculto.

Estimados amigos, nuestra Navidad se asemeja un poco a esta historia que he contado.
Estamos distorsionando la Navidad, la estamos cambiando, confundiendo.
Jesús es el gran olvidado, el gran ausente, todo lo anteponemos a Él.

Si no preparamos una buena comida en estos días, si no regalamos y recibimos buenos regalos, nos parece que eso no es celebrar una buena Navidad.
Tenemos que caer en la cuenta que eso no tiene nada que ver.

Jesús nació hace siglos, Jesús no quiere nacer cada año, Él quiere nacer cada día en nuestro corazón.

A Jesús lo podemos encontrar en los pobres, en los enfermos, en los que no tienen hogar, en los necesitados, en nuestro vecino más cercano.

Jesús nació pobre, necesitando que lo alimentasen, que lo abrigasen.
Y la noticia se le dio antes que a nadie, a los pobres - a los pastores- que ofrecieron al Niño lo que ellos tenían, y Jesús se sintió confortado.

A los ojos de Jesús, son ricas las personas que están faltas de egoísmos, las que son solidarias y comparten lo poco que tienen con otro que tiene menos. ¡Esa es la mayor riqueza!

Por eso, en la Nochebuena, en la Noche Santa, queremos aportar un poco de lo nuestro, de lo que tenemos para los más desheredados, para los más desfavorecidos.

Pidamos al Niño-Dios que nos abra el corazón y que venga a nacer cada día en cada uno de nosotros.
¡Que así sea!



Navidad

¡Alegrémonos, amigos, no puede haber tristeza cuando nace la vida!


Queridos amigos/as, seguidores de mi blog. ¡Muy Feliz Navidad!

Ya nos encontramos inmersos en plenas fiestas navideñas.
El día 24 Nochebuena -como todos los cristianos sabemos- hemos celebrado en familia la conmemoración del nacimiento del Hijo de Dios.
En unión de todos los creyentes en Cristo, hoy  día 25 todos los países del orbe, celebran con nosotros la Natividad del Señor.
A todos nos ha convocado el mensaje del Ángel a los pastores de Belén:
"Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor".

El amor de Dios nuestro Padre se ha manifestado en Cristo, nacido para salvarnos. ¡Aleluya. Alegría!

Millones y millones de años después de la Creación, cuando la tierra era materia incandescente rotando sobre su eje.
Millones de años después de brotar la vida sobre la faz de la tierra.
Y miles y miles, cientos de miles de años, después de que aparecieran los primeros humanos capaces de recibir el Espíritu de Dios.
Unos mil novecientos años, después de que Abraham nuestro Padre en la fe, obediente a la llamada de Dios, partiera de Ur de Caldea, su patria, sin saber adónde iba.
Unos mil doscientos años después de que Moises condujera por el desierto hacia la Tierra Prometida al pueblo hebreo, que había sido esclavo de Egipto, y que descubría la alianza.
Unos mil años después de que David fuera ungido rey de Israel.
Unos quinientos años después de que los judíos cautivos en Babilonia retornaran a la patria por decreto de Ciro rey de los persas.
En el año noventa y cuatro de la olimpiada de los griegos.
El año setecientos cincuenta y dos de la fundación de la urbe romana.
El año cuarenta y dos del reinado del emperador Octavio César Augusto, estando en paz el universo, el Hijo de Dios Padre habiendo decidido salvar al mundo con su venida y consagrarlo, concebido por obra del Espíritu Santo, transcurridos los nueve meses de su gestación en el seno materno, en Belén de Judá hecho Hombre nació de la Virgen María como Cristo y Señor.

Esta es la Navidad de Jesucristo según la carne. 
Esta solemnidad, la más importante del año después de la Resurrección, nos invita a celebrar con gozo, con todos los hombres y mujeres del mundo, que Cristo es el Señor de la historia aunque aparece en la humildad de un niño, en la humildad de nuestra carne.
A Él le invocamos como Kirios, a Él le invocamos como Señor.

En la mañana de Navidad, todavía con la resaca  -espiritual se entiende- por la celebración no sólo de las cenas de Navidad familiares, sino también de las misas de media noche, llamadas "del gallo", hemos sido testigos del cumplimiento de una promesa, ¡Dios se ha hecho presente en medio de nosotros!

Las cuatro semanas de Adviento llegaron a su desembocadura natural:  El Profeta Isaías, Juan el Bautista, José, María, nos han ido enseñando a prepararnos para este acontecimiento de gracia, el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo según la carne.

Nuestro grito incesante "Maranhatá" ha sido escuchado. El Señor ha respondido: "Vengo mañana". Y ya está aquí en medio de nosotros.

 El diccionario define la palabra naif como ingenuo,inocente, sencillo, y así es como muchas veces presentamos la Navidad.
Eso tiene una parte muy positiva pero tiene también un pequeño problema, y es que a veces podamos presentar la Navidad como algo ñoño; y todo esto, esta sencillez, esta humanidad que la religiosidad popular se ha encargado de destacar en las representaciones, por ejemplo de los belenes: con los pastores, el pesebre, la mula, el buey, pues están muy bien, y no viene a decirnos otra cosa, sino que Dios se ha hecho verdadero Hombre, que tenía padre, que tenía madre, que estaba necesitado, que pasó frío, que tenía hambre, que necesitaba los cuidados de sus padres... y eso es lo que se esconde detrás de esta aparente ingenuidad, que Dios es verdadero Hombre, que ha asumido  verdaderamente en todo , menos en el pecado, nuestra humanidad.

La forma más adecuada de acercarse a este misterio, no es desde la mente, sino desde el corazón.

Hay que eliminar los prejuicios.
Hay que dejar de pensar que esta Navidad va a ser una más...
"Que ya nos la sabemos".
"Que es lo de siempre, no hay más lectura".
 "Yo al fin y al cabo estoy igual, nada cambia en mi vida..."  
No, es un desafío  a nuestra libertad fundamentalmente. 
Es un misterio que se nos propone al centro de nuestra vida, al centro de nuestro corazón,
porque se nos da como Luz para transformar nuestras vidas.

Hay cosas que no se pueden imponer: no se puede imponer el amor, no se puede imponer la amistad...
Por eso, el misterio que estamos celebrando hay que acogerlo contemplándolo desde la adoración, hincando las rodillas, dejando por un momento la cabeza  -aunque el misterio es razonable, por supuesto- pero hay que abrir el corazón e hincar las rodillas, y sólo desde ahí, desde la contemplación, seremos capaces de profundizar en este misterio del Dios hecho Hombre por nosotros.

Es un acontecimiento, además, muy relacionado con la luz, porque en los orígenes, esta festividad de la Navidad, estaba muy ligada a la fiesta pagana de la luz del solsticio de invierno, donde la luz cada vez va robándole más terreno a la noche; es una forma de manifestar que la Luz que es Jesucristo, ha vencido definitivamente a las tinieblas.

El Salmo habla de victoria: "Los confines de la tierra han contemplado la victoria  de nuestro Dios".

Es por tanto este Cristo, el que viene como Luz.
 El que ilumina las tinieblas del pecado y de la muerte.
 El que viene para iluminar nuestras incoherencias, nuestras incomprensiones,
sólo Él puede poner claridad en medio de nuestras oscuridades.

No se puede entender la Navidad, sin entenderla en el conjunto del misterio de la vida de Cristo.
Cristo nace para morir, no nos olvidemos.

Celebramos al Niño-Dios: como tierno, en el pesebre...
 Pero ya los antiguos representaban  a Cristo, fajado y envuelto como si fuese una momia,
anunciando de esta forma simbólicamente que el que nace, nace para morir.

Otra interpretación simbólica es el pesebre, poniendo como ejemplo la madera de éste
 con la madera de la cruz.

Esta mañana, amigos/as, me acordaba de cuantísima gente hay que está bautizada,
pero que no está confirmada.
Cuantísimos cristianos hay -sinceramente yo por desgracia, puedo contarme entre ellos-
que vivimos el cristianismo simplemente y en el mejor de los casos, yendo a misa los domingos 
-indudablemente yo, cuando mi enfermedad me lo permite-
ir a misa es fundamental, pero no sólo es ir a misa, son muchas más cosas:
es dejarse iluminar, dejarse empapar por Aquel que viene como Luz y Vida.

A partir del nacimiento del Señor, ya es posible vivir nuestra vida: en nuestros trabajos, en nuestra situación concreta, incluso en casos extremos de enfermedad, de desasosiego.
Cuántas situaciones, cuántas familias rotas 
-y no conozco ni una sóla familia, ni siquiera la mía,
donde no haya algún problema-. 
Pero no estamos solos, Dios está con nosotros,
Dios se ha hecho cercano a nuestra vida, a nuestros problemas, a nuestra realidad,
para poner al menos, una chispa de esperanza.

Si no, amigos, decidme, 
¿ tiene sentido la vida para una persona que está postrada en la cama ?
Con este Dios cercano ¡sí!
Por ejemplo situaciones de desamor, procesos matrimoniales...,
aceptar la vida como es, con sus luces y con sus sombras, no puede ser de otra manera.

De la misma manera que no podemos quedarnos sólo con una parte del misterio de la vida de Cristo,
-como ahora está muy de moda, por cierto, en nuestra sociedad decir:
 "Me quedo con esta parte alegre, pero con la parte de la cruz ¡no!, que no me gusta".
Celebro la Navidad, me reuno en familia, pero luego la Pascua ¡no!,
que ya implica dolor, muerte, sufrimiento.
No podemos vivir la vida de cristiano como si todo fuese resurrección,
sin pasar por la cruz.
Eso no es posible, porque el misterio de Cristo es unitario.

Pues, amigos/as, vivamos nuestra vida cristiana con esa unidad, con esa coherencia,
no digamos una cosa y hagamos otra,
 dejémonos de idealismos y aceptemos nuestra vida como es,
con sus luces y con sus sombras.
Hay que aceptar que somos pecadores, que somos limitados...,
pero que el Señor ha venido para dejarnos el fruto de su Paz.
 Ese es el fruto que tenemos que pedir,
 que venga a darnos la vida en plenitud,
una vida no limitada o acotada,
sino la Luz que deja como fruto la Paz.

Que este "Dios con nosotros", lo llevemos a la vida,
 y que nos convirtamos en testigos de la Luz;
no de la luz que viene de nosotros, sino de la Luz que viene sólo de Él: 
 a quien  los Profetas ya  anunciaron como "Sol de Justicia",
"Sol que nace de lo alto, el oriente".
 Es un hombre de fiar, Zacarías.

Que nosotros, queridos amigos/as, 
también llevemos la presencia de Cristo a nuestro mundo,
a nuestras familias, a nuestros enfermos,
 a todos aquellos que no han tenido la oportunidad de escuchar la Buena Noticia,
la Noticia del intercambio admirable que Dios hace con nosotros.
¡Dios se hace Hombre para que el hombre participe de la Vida Divina!

 En estas fechas de Navidad  lloramos, con más sentimiento si cabe, 
la ausencia de los que desaparecieron
y que en otros años celebraron con nosotros estas entrañables fiestas,
 y que han dejado este mundo
-¿quién no ha perdido a un ser querido, ¡verdad? -.

Ellos ya contemplan en el Reino eterno
la Faz amorosa y gloriosa de Cristo el Señor.
 Así que no perdamos la esperanza, queridos amigos/as,
que nos reencontraremos con ellos un día en el Reino de Dios.

¡¡Besos, y Feliz Navidad!!


Paz y Bien amig@s.





















JUEGO DEL MILLONARIO SOBRE LA NAVIDAD


 Por si le sirve a alguien….
Haz clic en la imagen que te lleva al juego que he creado. ¡Buena suerte!





Felicitación.


Cuando decimos: «¡Es Navidad!», afirmamos que Dios ha dicho al mundo su última, su más profunda y bella palabra en el Verbo hecho carne; una palabra que ya no se puede retirar, porque es la obra definitiva de Dios, porque es Dios mismo en el mundo. Y esta palabra dice: «Te amo, a ti, mundo; a ti, hombre.» Es una palabra completamente inesperada, inverosímil. ¿Cómo se puede pronunciar esta palabra conociendo al hombre y al mundo, que no son más abismo y vacío? Pero Dios, que los conoce mejor que yo, ha pronunciado su palabra al ser engendrado como criatura. Esta palabra de amor hecha carne dice que hay una comunión íntima entre el Dios eterno y nosotros; dice más aún: que existe ya esa comunión (aunque podemos resistir y rechazar este beso de amor). Esta palabra la ha pronunciado Dios en el nacimiento de su Hijo (…)

Desde el centro vital de la realidad, que es el Verbo hecho carne, todo tiende, con la inflexibilidad del amor, hacia Dios (…) Todo tiempo queda abrazado por la eternidad, por esa eternidad que se convirtió en tiempo. Toda lágrima queda ya enjugada en lo más íntimo, porque Dios mismo las ha llorado y las ha enjugado en sus propios ojos. Toda esperanza está ya en posesión, porque Dios es ya poseído por el mundo. La noche del mundo se ha hecho clara. Nuestra obstinada testarudez y la debilidad de nuestro corazón, no quiere dejar que Dios sea más grande que él, y sin embargo no quiere reconocerlo en un niño recién nacido que yace en un pesebre; nuestro corazón no quiere aceptar que ya la noche ha pasado y el día sin ocaso se abre paso en las tinieblas. Toda amargura es la advertencia de que no se ha descubierto todavía que la única noche santa del mundo ha comenzado ya y que toda felicidad de esta tierra es la confirmación oculta de que ya es Navidad.”  
Por Karl Rahner, s.j.

"La Navidad en los sentimientos populares".


¡Hola amigos, felices fiestas en la mañana de este  día que comienza,
y donde de nuevo nos encontramos ante nuestra "Ventana abierta"!
Yo creo que a todos nos gusta contemplar la Navidad en las manifestaciones expresivas de estas fiestas a través de los sentimientos populares con los que la gente sencilla y de buen corazón se muestra: por ejemplo, las escenificaciones, nacimientos, villancicos etc; y sobre todo eso, la poesía popular, ese sentimiento ingenuo conque el corazón se estremece de ternura, tan humana y tan divina ante el misterio de la Navidad.

Y dice así este poeta popular José Camino:

"Del Cielo un ángel bajó
para anunciar a María,
que en gloriosa Concepción
de su entraña nacería
el Hijo Santo de Dios".

Se está hablando aquí de esa dicha luminosa y celestial que en forma de ángel baja hasta el temblor de María para anunciarle que ha concebido en pureza virginal y va a dar a luz a lo Santo de Dios.

Pero esta maternidad divina que se le anuncia, no le libera de las penurias humanas que tendrá que soportar en los designios que Dios le tiene trazados en su vida humana; sin embargo Ella es fiel a la voluntad de Dios, se ha declarado su esclava, sierva fiel en su entrega hasta el final.

Así la vemos caminando con San José hacia Belén para el empadronamiento.

Y el poeta dice así:

"Qué largo le fue a María
 el camino de Belén,
porque al Niño lo sentía
que pronto iba a nacer
y oscura noche se hacía.

viernes, 24 de diciembre de 2010

" Leyenda de Navidad".


Un alero del portal
anida la golondrina.
El lucero de la tarde
trae las nuevas del día.


"¿Tú no sabes golondrina
lo que pasa en el establo?
Entre la vaca y el burro
hay un Niño dormitando".

Curiosa la golondrina
deja el nido y sus polluelos,
camina que te camina
baja del tejado al suelo.


-"¿Este es un ángel del cielo?"
le pregunta a San José.
"Es tu Dios que ha venido
a nacer aquí en Belén".

La golondrina se acerca
con los ojos muy abiertos,
al Niño recién nacido
trina que trina en silencio.


Un rayo tibia de luna
se cuela por los aleros.
En la cuna besa al Niño
en el nido a los polluelos.

José y María reposan,
Jesús descansa también.
Y la golondrina canta
con los coros de Belén.


Un manto de luz y plata
teje que teje María.
Quiere abrigar a su Hijo
antes que se vaya el día.

Miles de estrellas se asoman,
una sola es la elegida,
para anunciar esa noche
la llegada del Mesías.


Su cabecita inclinada
contempla al Niño dormido:
"¿Quién se habría imaginado
ver a Dios recién nacido?"