"Ventana abierta"
El recuerdo de la madre siempre es tranquilizador, pero cuando esta Madre es María, la paz inunda nuestra alma, la sonrisa aflora a nuestros labios, la alegría penetra a nuestra vida. Piensa, pues, con frecuencia en María, tenla presente en todos los momentos de tu vida, invócala sobre todo en los tramos más difíciles y comprometidos.
SI VAS CON ELLA, NO PERDERÁS EL RUMBO
ÁNGELUS
LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA
La Biblia, cuando habla del corazón, alude a lo más profundo de la persona.
Y al hablar del Corazón de Jesús designamos a la persona de Cristo y la profundidad de su ser, la expresión "Corazón de María" designa a la persona misma de la Virgen, al centro de su persona única e irrepetible, pero siempre cercana a los hombres, especialmente a los más humildes.
El Corazón de María significa la fuente de su vida interior, y de modo particular el amor con que amó a Dios y a sus hermanos y se entregó a la obra salvadora de su Hijo.
Todos sus hijos estamos llamados a contemplar en el Corazón de María su solicitud maternal, modelo del "corazón nuevo" creado por el Espíritu Santo que clama en nosotros para hacernos hijos de Dios en Jesús resucitado.
CORAZÓN DE MARÍA, CONCÉDENOS QUE EL ESPÍRITU SANTO QUE TE HIZO MADRE DE JESÚS GESTE EN NOSOTROS UN CORAZÓN NUEVO, DIGNO DE TU HIJO.
Padre Nuestro
Ave María...
Gloria...
♡Dormición
de la Virgen♡
La muerte de la Virgen, en presencia de los
apóstoles, a excepción de Saint Thomas. Al igual que su divino Hijo, que
resucitó y ascendió al cielo en el tercer día después de su muerte.
"Los Santos Apóstoles celebraron una
conferencia relativa a la sepultura del cuerpo más sagrado de su Reina y
Señora. Como se acordaron de que, según la costumbre de los Judíos en el
entierro, el cuerpo deificado de su Maestro había sido ungido con ungüentos
preciosos y especias y envuelto en las vendas en el suelo sagrados; no pensaron
en hacer lo contrario con el cuerpo virginal de su santísima Madre. De acuerdo
con ellos llamaban las dos doncellas, que habían ayudado a la Reina durante su
vida y que había sido designadas como las herederas de su túnica, y se les
instruyó a ungir el cuerpo de la Madre de Dios con mayor reverencia y modestia
y se envuelve en el devanado -hojas antes de ser colocada en el ataúd.
Con gran reverencia y temor las dos doncellas
entraron en la sala, donde el cuerpo de la bienaventurada Virgen yacía en su
sofá; pero el resplandor que salía de él, las cegó de tal manera que no podían
ver ni tocar el cuerpo, ni siquiera determinar en qué lugar concreto se
encontraba
Con temor y reverencia aún mayor que en su
entrada, las doncellas salieron de la habitación; y con gran excitación y
asombro le dijeron a los apóstoles lo que había sucedido. Ellos, no sin
inspiración divina, llegaron a la conclusión, que esta arca del pacto no debía ser
tocada o manipulada en el camino común. Entonces San Pedro y San Juan entraron
en la oratoria y perciben la refulgencia, y, al mismo tiempo que escucharon la
música celestial de los ángeles, que cantaban: "Dios te salve María, llena
eres de gracia, el Señor es contigo. " Otros respondieron: "Una
Virgen antes del parto, en el parto y después del parto". Desde entonces
muchos de los fieles expresaron su devoción a María santísima en estas palabras
de alabanza; y de ellos fueron entregados a repetirse por nosotros con la
aprobación de la Santa Iglesia.
Los dos santos Apóstoles, San Pedro y San Juan,
fueron durante un tiempo perdido en la admiración ante lo que vieron y
escucharon de su Reina; y con el fin de decidir qué hacer, se hundieron en sus
rodillas, suplicando al Señor para que sea conocida. Entonces oyeron una voz
que decía: "No hable el sagrado cuerpo ya sea descubierta o tocado."
Por tanto, haber sido informado de la voluntad
de Dios, trajeron un féretro, y, la refulgencia de haber disminuido un poco, se
acercaron al sofá y con sus propias manos reverentemente cogieron la túnica en
los dos extremos. De este modo, sin cambiar su postura, levantaron el Tesoro
sagrado y virginal y la colocaron sobre el féretro en la misma posición que
había ocupado en el sofá. Ellos podrían fácilmente hacer esto, porque no
sentían más peso que el de la túnica. En esta féretro del ex refulgencia del cuerpo
moderó aún más, y todos ellos, por disposición del Señor y por el consuelo de
todos los presentes, ahora podrían percibir y estudiar la belleza de ese rostro
virginal y de sus manos. En cuanto al resto, la omnipotencia de Dios protegió a
esta su morada celestial, de modo que ni en la vida ni en la muerte cualquiera
debería contemplar cualquier otra parte, excepto lo que es común en la
conversación ordinaria, es decir, su semblante más inspirador, por el cual
había sido conocido, y sus manos, por lo que había trabajado.
Entonces los Apóstoles consultaron más sobre su
sepultura. Su decisión a ser conocido entre las multitudes de fieles en
Jerusalén, trajeron muchas velas que se encenderá en el féretro, y sucedió que
todas las luces quemadas a través de ese día y los siguientes dos días, sin
ninguna de las velas que se consumen o pierden en cualquier forma o manera.
Los Apóstoles tomaron sobre sus hombros el
cuerpo sagrado y el tabernáculo de Dios y, como sacerdotes de la ley
evangélica, dio a luz el propiciatorio de los oráculos y las bendiciones
divinas en ordenada procesión del Cenáculo en la ciudad al valle de Josafat.
Este era el acompañamiento visible de los habitantes de Jerusalén. Pero había
otra multitud invisible, el de los cortesanos del cielo. Se compone de los mil
ángeles de la Reina, continuando sus canciones celestiales, que fueron
escuchadas por los Apóstoles y discípulos y muchos otros, y que continuó con
dulzura durante tres días. Además de estos muchos otros espíritus había
descendido del cielo, es decir, muchos miles o legiones de ángeles con los
antiguos Patriarcas y Profetas, entre los que se encontraban santo Joachim
Santa Ana, San José, Santa Isabel y el Bautista y muchos otros santos, que eran
enviados por nuestro Salvador Jesús para ayudar a las exequias y entierro de su
Madre santísima.
Cuando la procesión llegó al santo sepulcro en el valle de Josafat, los mismos dos Apóstoles, San Pedro y San Juan, que había establecido el tesoro celestial desde el sofá en el féretro, con gozosa reverencia colocado en el sepulcro y lo cubrió con un paño de lino, las manos de los ángeles de realizar más de estos últimos ritos que las manos de los Apóstoles. Ellos cerraron el sepulcro con una gran piedra, según la costumbre en otros entierros. Los cortesanos celestes regresaron al cielo, mientras que los mil ángeles de la Reina continuaron su reloj, guardando el sagrado cuerpo y mantener la música como en su entierro. El concurso de la gente disminuyó y los santos apóstoles y discípulos, disuelto en tiernas lágrimas, volvió al Cenáculo.
Textos tomados del Libro "Los cinco minutos de María" del Padre Alfonso Milagro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario