"Ventana abierta"
El recuerdo de la madre siempre es tranquilizador, pero cuando esta Madre es María, la paz inunda nuestra alma, la sonrisa aflora a nuestros labios, la alegría penetra a nuestra vida. Piensa, pues, con frecuencia en María, tenla presente en todos los momentos de tu vida, invócala sobre todo en los tramos más difíciles y comprometidos.
SI VAS CON ELLA, NO PERDERÁS EL RUMBO
ÁNGELUS
LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA
La cruz y la resurrección estuvieron presentes en el Corazón de María.
La cruz y la resurrección del Señor se actualizan en nuestras vidas.
En la historia y en la existencia personal, la cruz es un libro abierto donde Dios se nos hace presente y visible si lo leemos desde la fe.
La Resurrección es un libro cerrado que se abre si primero leemos el libro de la cruz.
Como en la vida de Jesús y de su Madre, se llega a la resurrección si se pasa por la cruz.
VIRGEN MARÍA, TÚ QUE SABES DE LAS COSAS DE DIOS, ENSÉÑANOS A DESCUBRIR A DIOS CUANDO SE OCULTA EN LA CRUZ Y A RECONOCERLO CUANDO SE MANIFIESTA EN LA RESURRECCIÓN
Padre Nuestro
Ave María...
Gloria...
ORACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN
Oh Santísima e Inmaculada Virgen, ornamento y belleza del Monte Carmelo, tú que contemplas con tu agradecimiento especial a todos aquellos que llevan tu bendito Escapulario, mírame con tu dulce amor, y cúbreme con el manto de tu protección maternal.
Fortifica mi debilidad con tu poder, ilumina las tinieblas de mi entendimiento con tu sabiduría, aumenta la Fe, la Esperanza y la Caridad en mí.
Adorna el alma con las gracias y virtudes que me hacen agradable a ti y a tu divino Hijo.
Atiéndeme durante mi vida, consuélame en la hora de mi muerte y preséntame a la Santísima Trinidad como tu servidor dedicado, para alabarte y bendecirte en el cielo para siempre.
Amén.
Textos tomados del Libro "Los cinco minutos de María" del Padre Alfonso Milagro.
Oración a Nuestra Señora del Carmen por las almas del purgatorio
¡Virgen Santa! Durante toda mi vida habéis sido mi tierna Madre; Vos me habéis obtenido gracias sin número en todos los peligros y en todas mis penas, y Vos no me abandonaréis en la hora terrible de mi muerte. Mas hoy os pido una gracia especial, como bondadosa consoladora de los afligidos, y es la de que tengáis piedad de las desgraciadas almas que el reato de culpas retiene cautivas en el fuego del Purgatorio. Vos, amantísima Reina del Carmelo, me habéis permitido que os llame mi buena y dulce Madre: sedlo también de las infortunadas almas por las cuales yo suplico a vuestro corazón tan compasivo. Dejaos conmover por mis lágrimas y mis plegarias, para que los sufridos lamentos que parten de aquel lugar de tristeza y de miseria lleguen hasta Vos, y, cual piadosa medianera entre Dios y las almas que están allí detenidas, obtener su pronta liberación. Esta es la gracia que os solicito ¡oh Madre de Dios! y que os ruego concedáis á vuestros hijos.
No dejéis de utilizar el poder que se dignó concederos vuestro Unigénito Hijo, especialmente en el día vuestro del sábado. Amén.
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