"Ventana abierta"
Archidiócesis de Sevilla
Carta Dominical del Arzobispo de Sevilla
Jornada de la Infancia Misionera
2025: Los niños ayudan a los niños
Comparto lo que tengo (19-01-2025)
“Comparto lo que tengo”
es el lema de la Jornada de la Infancia Misionera que celebramos el domingo 19
de enero de 2025. Un día muy importante, en el que los niños son invitados a
ayudar a otros niños, especialmente a los que no tienen lo necesario para vivir
o no conocen a Dios. Todos somos misioneros, y estamos llamados a colaborar con
nuestra oración y nuestros bienes materiales. Con esta Obra Pontificia, el papa
Francisco implica a los niños del mundo para ayudar a otros pequeños en las
misiones; y cuenta también con adultos comprometidos para que los misioneros
sigan proporcionando educación, salud y formación cristiana a más de cuatro
millones de niños en 120 países.
La Jornada de la Infancia Misionera es una celebración impulsada por la
Iglesia Católica para fomentar en los más pequeños una conciencia misionera y
un espíritu solidario. Esta iniciativa, organizada por las Obras Misionales
Pontificias, les invita a ser protagonistas del anuncio del Evangelio, ayudando
a otros niños que viven en situaciones de necesidad alrededor del mundo. Bajo
el lema «Comparto lo que tengo», la jornada de este año resalta la importancia
de la generosidad y el compartir como valores fundamentales en la vida
cristiana. Este lema no solo alude a compartir bienes materiales, sino también
a ofrecer tiempo, talentos y oración por quienes más lo necesitan, conscientes
de que tal como nos enseña el Señor Jesús: «Hay más alegría en dar que en
recibir» (Hechos 20,35).
Los niños que participan en la Infancia Misionera descubren que su
contribución puede ser significativa. A través de actividades educativas,
catequesis y proyectos solidarios, aprenden a vivir la fe de manera activa y a
comprometerse con el bienestar de otros, especialmente sus coetáneos más
vulnerables en países empobrecidos. La Infancia Misionera recuerda que la
misión no tiene fronteras. Cada comunidad, desde su realidad, puede ayudar a
cambiar las cosas desde el compartir con amor y desprendimiento. Este día no
solo busca formar a futuros misioneros, sino también cultivar un espíritu de
fraternidad universal en el corazón de los niños. Con gestos sencillos, los
pequeños dan testimonio de que el amor cristiano trasciende cualquier barrera y
hace del mundo un lugar más justo y solidario.
En esta jornada rezaremos especialmente por las misiones, colaboraremos
económicamente con los proyectos que llevan a cabo los misioneros y por medio
de diversas iniciativas dinamizaremos la conciencia misionera, sobre todo la de
los más pequeños. Se trata de implicarlos, de que sean protagonistas, también
ellos, de la misión de la Iglesia. A la vez, es importante despertar en ellos
la solidaridad con sus coetáneos del Tercer Mundo. La obra de la Infancia
Misionera se extiende por los cinco continentes a través de las parroquias,
escuelas y organizaciones infantiles. ¿Cuáles son sus objetivos? Suscitar en
los niños una conciencia misionera, invitarles a compartir tanto su fe como sus
bienes materiales con una actitud solidaria, y también integrar toda esta
realidad en el ritmo del trabajo pastoral habitual.
En definitiva, la motivación profunda de esta jornada es una respuesta al envío misionero de Jesús: » Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28,19). Se trata de conseguir que los niños vivan este dinamismo de acción misionera, que sean también protagonistas de la misión. Muchos de ellos, en los cinco continentes, ya están comprometidos en ella. En la formación de la infancia es importante enseñar a valorar todo cuanto se tiene, todo cuanto se ha recibido; es importante enseñarles a ser agradecidos por todos estos dones; es importante enseñarles a no quedarse egoístamente sólo para ellos todo lo que han recibido, sino a compartirlo con los demás. Es fundamental educar a nuestros niños y niñas en la solidaridad con los del resto del mundo, para que lo compartan todo, su fe y su amistad con Jesús, y también sus bienes materiales.
Arzobispo de Sevilla
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