"Ventana abierta"
La Epifanía: ¡Adoremos
al Niño Dios!
El primer domingo del año, se celebra la Fiesta de la Epifanía, fecha en la que conmemoramos la adoración al Niño Dios por parte de tres reyes sabios que llegaron a belén desde el Oriente para ofrecerle al Niño tres obsequios simbólicos: incienso, mirra y oro.
Epifanía significa “manifestación”, Jesús se da
a conocer. Es la fiesta en la que Jesús toma una presencia humana en la tierra,
y por tanto, es posterior a la Navidad. Tanto la Navidad como la Epifanía
celebran, desde diferentes perspectivas, el misterio de la encarnación, la
venida y manifestación de Cristo al mundo. Es un día de alegría, en el que
salimos al encuentro con Jesús y le rendimos nuestra adoración como lo hicieron
los Reyes Magos.
Aunque existen varias manifestaciones en la
historia cristina, la Iglesia celebra como epifanías tres eventos: La Epifanía
del Señor ante los Reyes Magos (Mt 2, 1-12); Su Epifanía a San Juan Bautista en
el Jordán; Su Epifanía a sus discípulos y el milagro en Caná.
No obstante, la
primera manifestación del Hijo de Dios hecho Hombre al mundo pagano, fue
aquella que tuvo lugar con la adoración de los Reyes Magos y por ello es la
celebración magna, la cual proclama la misión salvadora de Cristo.
Antecedente Histórico
La fiesta de la Epifanía tiene su origen en la
Iglesia de Oriente. A diferencia de Europa, el 6 de enero tanto en Egipto como
en Arabia se celebraba el solsticio, festejando al sol victorioso con evocaciones
míticas muy antiguas.
Epifanio explica que los paganos celebraban el solsticio
invernal y el aumento de la luz a los trece días de haberse dado este cambio;
nos dice además que los paganos hacían una fiesta significativa y suntuosa en
el templo de Coré.
Cosme de Jerusalén cuenta que los paganos celebraban una
fiesta mucho antes que los cristianos con ritos nocturnos en los que gritaban:
"la Virgen ha dado a luz, la luz crece".
Entre los años 120 y 140 AD los gnósticos
trataron de cristianizar estos festejos celebrando el bautismo de Jesús.
Siguiendo la creencia gnóstica, los cristianos de Basílides celebraban la
Encarnación del Verbo en la humanidad de Jesús cuando fue bautizado.
Epifanio
trata de darles un sentido cristiano al decir que Cristo demuestra así ser la
verdadera luz y los cristianos celebran su nacimiento.
Hasta el siglo IV la Iglesia comenzó a celebrar
en este día la Epifanía del Señor.
Al igual que la fiesta de Navidad en
occidente, la Epifanía nace contemporáneamente en Oriente como respuesta de la
Iglesia a la celebración solar pagana que tratan de sustituir. Así se explica
que la Epifanía se llama en oriente: Hagia phota, es decir, la santa luz.
Esta fiesta nacida en Oriente ya se celebraba
en la Galia a mediados del s IV donde se encuentran vestigios de haber sido una
gran fiesta para el año 361 AD. La celebración de esta fiesta es ligeramente
posterior a la de Navidad.
Los Reyes Magos
Mientras en Oriente la Epifanía es la fiesta de
la Encarnación, en Occidente se celebra con esta fiesta la revelación de Jesús
al mundo pagano, la verdadera Epifanía. La celebración gira en torno a la
adoración a la que fue sujeto el Niño Jesús por parte de los tres Reyes
Magos (Mt 2 1-12) como símbolo del reconocimiento del mundo pagano de que
Cristo es el salvador de toda la humanidad.
De acuerdo a la tradición de la Iglesia del
siglo I, se relaciona a estos magos como hombres poderosos y sabios,
posiblemente reyes de naciones al oriente del Mediterráneo, hombres que por su
cultura y espiritualidad cultivaban su conocimiento de hombre y de la
naturaleza esforzándose especialmente por mantener un contacto con Dios.
Del
pasaje bíblico sabemos que son magos, que vinieron de Oriente y que como regalo
trajeron incienso, oro y mirra; de la tradición de los primeros siglos se nos
dice que fueron tres reyes sabios: Melchor, Gaspar y Baltazar.
Hasta el año de
474 AD sus restos estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana más
importante en Oriente; luego fueron trasladados a la catedral de Milán (Italia)
y en 1164 fueron trasladados a la ciudad de Colonia (Alemania), donde
permanecen hasta nuestros días.
El hacer regalos a los niños el día 6 de enero
corresponde a la conmemoración de la generosidad que estos magos tuvieron al
adorar al Niño Jesús y hacerle regalos tomando en cuenta que "lo que
hiciéreis con uno de estos pequeños, a mí me lo hacéis" (Mt. 25, 40); a
los niños haciéndoles vivir hermosa y delicadamente la fantasía del
acontecimiento y a los mayores como muestra de amor y fe a Cristo recién nacido.
Según cuenta la tradición, los Reyes Magos
(como se llamaba en el primer siglo a los astrónomos) eran hombres poderosos y
sabios, provenientes de naciones al oriente del Mediterráneo, y quienes
llegaron buscando al nuevo rey que habría de nacer, guiados por un estrella que
presagiaba su llegada.
La tradición los describe como tres reyes
bondadosos:
Melchor: su regalo para el niño Jesús fue oro,
representando su naturaleza real.
Gaspar: su regalo fue el incienso, que
representa la naturaleza divina de Jesús.
Baltasar: su regalo a Jesús fue mirra, que
representa su sufrimiento y muerte futura.
Fuente: Lafamilia.info , aciprensa
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