"Ventana abierta"
AMAR HASTA QUE DUELA
Yo os digo:
Amad a vuestros enemigos y rogad por los que
os persigan.
Porque si amáis a los que os aman,
¿qué recompensa vais a tener?
¿No hacen eso mismo también los publicanos?
Y si no saludáis más que a vuestros hermanos,
¿qué hacéis de particular?
(Mt 5,43-48)
Sigue insistiendo estos días el Señor a través del Evangelio
en que debemos amar sin medida.
Hoy tomo como ejemplo a alguien que se dejó la vida amando a
todo el que salía a su encuentro: la Madre Teresa de Calcuta.
Un día le dijo un señor a la Madre:
– "El trabajo que tú haces, yo no
lo haría ni por todo el oro del mundo".
Teresa de Calcuta le respondió:
– "Yo tampoco: tomamos fuerza de
la adoración a Jesús Sacramentado".
La Madre afirmaba que hay que amar hasta que duela porque si no, no es amor.
Nos dejó un precioso cuestionario para que nos detengamos a
reflexionar en cada una de las preguntas y sus certeras respuestas:
"¿Cuál es el día más bello? Hoy
¿Cuál es la cosa más fácil? Equivocarse
¿Cuál es el obstáculo más grande? El miedo
¿Cuál es el mayor error? Abandonarse
¿Cuál es la raíz de todos los males? El egoísmo
¿Cuál es la distracción más bella? El trabajo
¿Cuál es la peor derrota? El desaliento
¿Quiénes son los mejores profesores? Los niños
¿Cuál es la primera necesidad? Comunicarse
¿Qué es lo que hace más feliz? Ser útil a los demás
¿Cuál es el misterio más grande? La muerte
¿Cuál es el peor defecto? El mal humor
¿Cuál es la persona más peligrosa? La mentirosa
¿Cuál es el sentimiento más ruin? El rencor
¿Cuál es el regalo más bello? El perdón
¿Qué es lo más imprescindible? El hogar
¿Cuál es la sensación más grata? La paz interior
¿Cuál es el resguardo más eficaz? El optimismo
¿Cuál es el mayor satisfacción? El deber cumplido
¿Cuál es la fuerza más potente del mundo? La fe
¿Quiénes son las personas más necesarias? Los padres
¿Cuál es la cosa más bella de todas? EL AMOR".
Para finalizar y ayudarte a entender un poco mejor qué nos
quiere decir hoy Jesús a través del Evangelio cuando nos dice que amemos sin mirar a quién,
comparto contigo un breve cuento muy gráfico de la idea en la que hoy quiere el
Señor que nos detengamos:
"Antonio, un padre de familia,
cierto día, cuando regresaba del trabajo, se encontró con un embotellamiento de
tránsito infernal y notó que un señor conducía apresuradamente, cortándole el
paso a todo el que podía al tratar de abrirse paso entre los vehículos.
Cuando se aproximó al automóvil
de Antonio, se le atravesó de una manera tan brusca que por poco ocurre una
colisión. En ese momento, Antonio tuvo deseos de insultarlo e impedirle el
paso, pero luego pensó:
– ¡El pobre! Está tan nervioso y apurado… ¡Sabrá Dios
si tiene un problema serio y necesita llegar cuanto antes a su destino!
Con estos pensamientos, decidió
cederle el paso.
Al llegar a casa, Antonio recibió la noticia de que su hijo de
tres años había sufrido un grave accidente y había sido llevado al hospital por
su esposa.
Inmediatamente, se dirigió al
hospital.
Al llegar, su esposa corrió a sus brazos y lo tranquilizó diciéndole.
– Gracias a Dios todo está bien. El
médico llegó justo a tiempo para salvar la vida de nuestro hijo; ya está fuera
de peligro.
Aliviado, Antonio pidió hablar con el médico para agradecérselo.
Cuál sería su sorpresa cuando vio que el médico era ese señor nervioso y
apurado a quien le había cedido el paso casi una hora antes".
Hay que estar siempre dispuesto a ayudar al prójimo,
independientemente de su apariencia o condición económica.
Trata de ver a los demás más allá de las apariencias. Imagina
que, detrás de esa actitud que no entiendes, existe una historia, un motivo que
puede llevar a esa persona a actuar de una manera determinada.
Quizás a veces no sea un motivo justificable pero… siempre
hay un motivo.
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