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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

miércoles, 13 de mayo de 2020

Arzobispo de Sevilla. MIÉRCOLES DE LA QUINTA SEMANA DE PASCUA. 13 - Mayo - 2020

"Ventana abierta"


Archidiócesis de Sevilla


MIÉRCOLES DE LA QUINTA SEMANA DE PASCUA


Todos tenemos alguna experiencia de momentos, a veces temporadas, en que parece que el Señor se ha olvidado de nosotros; cuando la tiniebla nos rodea, el dolor y la enfermedad nos visitan y el sufrimiento, como consecuencia de problemas profesionales, económicos o familiares, nos hace sentir el silencio de Dios, como si el Señor nos hubiera dejado de su mano y la barca de nuestra vida estuviera a punto de hundirse. Es la sensación que podemos tener en estos momentos cercados por la epidemia terrible que abarca al mundo entero.

El evangelio de la tempestad calmada que ayer recordaba nos invita a la esperanza y a la confianza en Jesús. Los Apóstoles tienen miedo porque no reconocen todavía su divinidad. Y es necesario el milagro para que, admirados, se digan unos a otros: “¿Quién es éste? Hasta el viento y el mar le obedecen.”

En la coyuntura que estamos viviendo en estas semanas y en las situaciones personales a las que acabo de aludir, el Señor nos invita a avivar nuestra fe en Él, sobre todo en los momentos en los que la barca de nuestro mundo o la propia barquilla de nuestra vida es zarandeada y sacudida por el sufrimiento y el dolor. También entonces el Señor nos sigue queriendo y sigue velando sobre nosotros con su Providencia amorosa. Confiemos, pues, en Él, que no permitirá que seamos probados por encima de nuestras fuerzas. Él permite que el mal nos visite para nuestro bien, para nuestra purificación. Él nunca nos abandona, pues incluso en el momento de la muerte, nos está esperando para acogernos y abrazarnos.

En esta hora, los cristianos debemos ser hombres y mujeres de esperanza, sembradores de esperanza, confiando en las promesas de Dios y en su amor, pues no se ha olvidado de nosotros.

+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla

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