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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

viernes, 8 de mayo de 2020

Arzobispo de Sevilla. VIERNES DE LA CUARTA SEMANA DE PASCUA. Las llagas del Resucitado. 8 - Mayo - 2020

"Ventana abierta"


VIERNES DE LA CUARTA SEMANA DE PASCUA


Las llagas del Resucitado


La resurrección no es el final feliz de la pasión de Cristo. El anuncio pascual no borra u olvida la historia del crucificado. De hecho, el resucitado enseña sus llagas a los discípulos para que ellos lo reconozcan. Así decía el ángel en la mañana de pascua: el crucificado es el resucitado. La resurrección de Cristo, pues, recupera el verdadero sentido de la cruz: en ella no solo asistíamos al sufrimiento inexplicable de un hombre inocente, la cruz no es ya el signo escandaloso de la maldad cainita de esta criatura a la que llamamos hombre.

Puesto que el crucificado ha resucitado, la cruz se convierte en la prueba más clara del amor de Dios, el testimonio más elocuente de la magnanimidad de un Dios capaz de entregar a su propio Hijo por amor a sus criaturas rebeldes (cf. Rom 5:6-8). En virtud de la resurrección, la cruz no queda aparcada, sino integrada en el proyecto salvador de Dios. Por ello, la unión inseparable de la muerte y resurrección de Cristo nos enseña que no es posible una alegría sin entrega, ni Dios quiere un sufrimiento sin redención.

Ante la actual situación doliente de nuestro mundo, esta unidad pascual nos enseña que deberíamos aprovechar los padecimientos actuales como una ocasión óptima para entregarnos todo lo que podamos. Por otra parte, cuando la epidemia finalmente sea vencida, de ningún modo deberíamos volver a una vida ilusoria, despreocupada y superficial. Ojalá que las enseñanzas de esta época nos mejoren y la sociedad que venza al coronavirus sea una sociedad más generosa, solidaria y evangélica. Cristo resucitado nos lo recuerda: no hay alegría sin sacrificio, no hay sufrimiento sin redención.

+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla

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