"Ventana abierta"
Y l@s recibimos con todo nuestro amor.
Quienes somos abuelos, sabemos lo bonito que es despertar y escuchar esas vocecitas en casa, sabes que es día de risas, tremendos gritos, berrinches, y la sala no estará limpia, que vas a ver el piso decorado de juguetes, con muñecas usando hasta los trapos de cocina como mantita para abrigarlas, una que otra cuchara, porque cómo les gusta sacar cosas de los cajones que encuentran a su paso.
Es día de ocurrencias que te mantienen el alma y te devuelven la alegría, es día de arreglar juntos las macetas del patio y el porche, aunque casi ahogan las plantas de tanto regarlas, es día de poner comida y agua a los pajaritos mientras nosotros los abuelos, disfrutamos haciéndoles unas palomitas de maíz.
Los abuelos, son los únicos padres que ven a
sus nietos siempre niños; porque ser abuelo es amar hasta el infinito.
Lo difícil de ser abuelos es
sujetarse a las decisiones de los padres cuando están presentes; aunque luego,
en complicidad, abuelos y nietos disfrutan de la magia que ofrecen los años y
que consagra el amor.
Un abuelo, a los ojos de los
nietos, siempre es perfecto, así como el nieto para el abuelo.
El abuelo es un padre o madre, al
alcance de la mano de su hijo y de su nieto.
Afortunadamente, un abuelo es una
historia de amor que se repite de generación en generación.
Si crees que ya no puedes más; mira los ojos de tus abuelos, en ellos verás cuánto han vencido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario