10. RENOVACIÓN. El nacimiento de un niño trae aires nuevos a una familia. ¿Qué esperas que te traiga el Nacimiento de Cristo? ¿Qué rincones de tu existencia necesitan más luz, paz, perdón, reconciliación, justicia...?
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Invitación y bienvenida
Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.
Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.
Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!
Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.
Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...
Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.
Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
miércoles, 30 de noviembre de 2016
Para preparar la Navidad. 30 - Noviembre - 2016
10. RENOVACIÓN. El nacimiento de un niño trae aires nuevos a una familia. ¿Qué esperas que te traiga el Nacimiento de Cristo? ¿Qué rincones de tu existencia necesitan más luz, paz, perdón, reconciliación, justicia...?
martes, 29 de noviembre de 2016
Aguanta un poco.
"Usted debe saber que yo no siempre he sido la taza que usted está sosteniendo. Hace mucho tiempo yo era sólo un poco de barro. Pero un artesano me tomó entre sus manos y me fue dando forma. Llegó el momento en que me desesperé y le grité:
"¡Por favor, déjeme ya en paz...!
Pero mi amo sólo me sonrió y me dijo:
"Aguanta un poco más, todavía no es tiempo".
Después me puso en un horno. ¡Nunca había sentido tanto calor!. Toqué a la puerta del horno y a través de la ventanilla pude leer los labios de mi amo que me decían:...
"Aguanta un poco más, todavía no es tiempo".
Cuando al fin abrió la puerta, mi artesano me puso en un estante. Pero, apenas me había refrescado, me comenzó a raspar, a lijar. No sé cómo no acabó conmigo. me daba vueltas, me miraba de arriba a abajo. Por último me aplicó meticulosamente varias pinturas. Sentía que me ahogaba.
"Por favor, déjeme en paz", le gritaba a mi artesano; pero él sólo me decía:
"Aguanta un poco más, todavía no es tiempo".
Al fin, cuando pensé que había terminado aquello, me metió en otro horno, mucho más caliente que el primero. Ahora sí pensé que terminaba con mi vida.
Le rogué y le imploré a mi artesano que me respetara, que me sacara, que si se había vuelto loco. Grité, lloré; pero mi artesano sólo me decía:
"Aguanta un poco más, todavía no es tiempo".
Me pregunté entonces si había esperanza, si lograría sobrevivir a aquellos tratos y abandonos. Pero por alguna razón aguanté todo aquello. Fue entonces que se abrió la puerta y mi artesano me tomó cariñosamente y me llevó a un lugar muy diferente. Era precioso. Allí todas las tazas eran maravillosas, verdaderas obras de arte, resplandecían como sólo ocurre en los sueños. No pasó mucho tiempo cuando descubrí que estaba en una fina tienda y ante mí había un espejo. Una de esas maravillas era yo. ¡No podía creerlo! ¡Esa no podía ser yo!
Mi artesano entonces me dijo:
"Sé que sufriste al ser moldeada por mis manos, mira tu hermosa figura. Sé que pasaste terribles calores, pero ahora observa tu sólida consistencia. Sé que sufriste con las raspaduras y pulidas, pero mira ahora la finura de tu tacto. Y la pintura te provocaba nauseas, pero contempla ahora tu hermosura.. ¿Y si te hubiera dejado como estabas?
¡Ahora eres una obra terminada! ¡la que imaginé cuando te comencé a formar!".
Querido hermano que lees. Usted es una tacita en las manos del mejor alfarero: Dios.
Confíate en Sus amorosas manos aunque muchas veces no comprendas por qué permite tu sufrimiento.
Aguanta un poco más y serás la obra de arte que Él ha previsto, de la cual tú mismo te sentirás orgulloso, el hijo que Él soñó para toda la eternidad...
Eclesiástico 33:13
Como la arcilla del alfarero está en su mano, - y todos sus caminos en su voluntad-, así los hombres en la mano de su Hacedor.
domingo, 27 de noviembre de 2016
Oración de Comunión Espiritual. 27 - Noviembre - 2016
Homilía. Primer Domingo de Adviento. 27 - Noviembre - 2016
Nuevo Año Litúrgico.Tiempo de Adviento. Primer Domingo de Adviento 2016
Ya es oficial. Hoy damos comienzo a un nuevo Año Litúrgico, el Adviento, Tiempo de espera, de preparación para la Navidad; cuatro semanas en las que nos dispone para la Navidad. Son días en los que nos van a poner en situación, podría decirse, que el ambiente acompaña, que nos predispone, pero habría que verse qué Navidad te presentan: con esa música, con esas imágenes, y con la carga de mensajes que recibimos en la calle, también a través de los medios de comunicación e incluso en las costumbres que hemos hecho nuestras llegados estos días, y se comienza a sentir y a palpar esa celebración adelantada de la fiesta, de la Solemnidad.
Ahí queda esta invitación a vivir estos días, a disfrutar de la compañía de los familiares, de los amigos... con el horizonte de una cita, que a poco que nos paremos a pensar, no puede dejarnos indiferentes, como si nada hubiera pasado.
Tiempo de Adviento. 27 - Noviembre - 2016.
martes, 22 de noviembre de 2016
Cuando Dios no responde. 17- Marzo- 2003.
domingo, 20 de noviembre de 2016
Oración de Comunión Espiritual. Solemnidad de Cristo Rey. 20 - Noviembre - 2016
Solemnidad de Cristo Rey. 20 - Noviembre - 2016
Por fray José Borja
El domingo pasado, Jesús nos ofrecía y nos regalaba gratuitamente su Reino.
A pesar de los tiempos difíciles que vivimos, Él tiene la última palabra. Una palabra que de esperanza, de reconciliación de misericordia, de perdón.
En Malaquías veíamos nuestro desacuerdo. Ellos pensaban que los malvados, al final de los tiempos sufrirían y pagarían por todos sus males; pero nosotros vemos, como Jesús viene para los buenos y los malos. Sólo que nosotros aceptamos si nos dejamos empapar por Jesús o no.
En la carta de Pablo a los Tesalonicenses, nos exhortaba a que el Evangelio se anuncia con la vida. Hace falta ser coherentes, ser Evangelios Vivos en nuestros ambientes.
Lucas, nos decía que tuviéramos cuidado, vaya a que nos pareciéramos a esos judíos que se quedan mirando la belleza del templo, se entretienen en mirar los adornos y las piedras, y se pierden lo esencial. La mejor expresión de belleza es mostrarnos ante Dios como somos, con nuestros fallos y virtudes, con nuestras alegrías y penas.
En este Domingo, celebramos la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.
Esta solemnidad cierra el Tiempo Ordinario, y nos preparamos para las fiestas de la preparación de la Navidad. El próximo domingo, empezaremos con el Tiempo de Adviento.
Al celebrar que Jesús es Rey, debemos entender que no es como los “reyes” de nuestro mundo. No es un rey poderoso, con un gran ejército ni que tiene mano dura. Su reinado viene de otra forma, con otros ingredientes. Su trono, fue una Cruz donde de ella, quiso salvar a toda la humanidad. Que este domingo descubramos que el Rey de Reyes viene para implantar verdad, justicia, amor, perdón y vida plena.
Demos gracias a Dios por este Año de la Misericordia que hoy acaba. Que sepamos ser reflejo de Dios en medio de este mundo.
En la Primera Lectura del Libro de Samuel, nos relata cómo es ungido como rey de Israel ente todo el pueblo. Si indagamos un poco, vemos como David, tiene orígenes humildes. Al ser el hermano más pequeño de los (ocho hijos) en aquel tiempo, si no era el primogénito, no contaba mucho. Al salir él como rey, es como si Dios tuviera un plan nuevo para Israel.
Esta imagen de ser el último, el insignificante, tiene unión con Jesús.
Desde que Dios lo miró, cambio su destino.
En la Carta del Apóstol Pablo a los Colosenses, nos van configurando al Reino del Hijo de Dios.
Los primeros cristianos, se reunían para comer, celebrar la Cena del Señor, para hacer vida con sus vidas la Escritura, ponían todo al servicio del otro.
Esto nos tiene que preguntarnos si somos coherentes con lo que creemos, pensamos y actuamos. Las primeras comunidades cristianas eran una familia, había unión entre los miembros, había más consciencia de Jesús de difundir su mensaje con ganas y sin miedo.
Pensemos cada uno, que aportamos a la comunidad, si somos coherentes y si somos ejemplo de unidad, familia y coherencia Evangélica. Si sale una respuesta “negativa”, mejor pararnos y ver que estamos haciendo mal a nivel individual.
En el Evangelio de Lucas, se nos narra la crucifixión del Señor. Nos paramos en el letrero “Rey de los Judíos”, y en el buen ladrón, que le hace una confesión de fe.
Vemos a Jesús colgado de un madero que es rechazado, humillado, y por sus seguidores, es como si todo hubiera sido un fracaso, un error.
Ellos tenían una imagen de Dios que Jesús no representaba. Jesús para ellos quedó como un “fracaso”.
El problema, no es de Jesús, es de ellos. Ellos esperaban un Rey que les sacara de todos sus problemas. Un Rey que estuviera con la espada en mano, con ejército, que ganara en las batallas… Ellos esperaban a un rey mundano.
No se dan cuenta, que Dios estaba acompañando a Jesús en la Cruz. Dios actúa sin que nosotros le veamos, de una forma silenciosa. Estamos acostumbrados a funcionar en el aquí y el ahora, y Dios no juega igual.
Jesús se hace Rey en la Cruz para salvarnos. Nos dona lo más preciado que tiene: su vida, y nos salva con él mismo. A lo mejor nosotros pensamos como aquellos que estaban viendo a Jesús en la hora del sufrimiento, o a veces pensaremos… Pero, Jesús se hace grande en la Cruz.
Jesús en Dios, salva a la creación, implanta su Reinado. La cuestión es si nosotros queremos ser y estamos dispuestos a seguirle hasta las últimas consecuencias.
Que María, Madre de la Misericordia, nos ayude a ser más coherentes con nuestra vida de Fe.
Seamos coherentes con lo que creemos, y veamos en los demás, el rostro de Dios Misericordia.
Que así sea.
Fray José Borja.
viernes, 18 de noviembre de 2016
LAS MANOS DE CRISTO. 18 - Noviembre - 2016
Llevo unos días dando vueltas a un libro que me estoy leyendo que cuenta el testimonio de una monja. En él hay un capítulo en el que habla de los sacerdotes. Ella habla del amor que tiene a los sacerdotes, de lo importantes que son para la Iglesia. Días después, en clase salió el tema de los sacramentos y cómo sin los sacerdotes no los tendríamos. Recordé la vez que besé las manos de uno en su ordenación y no entendía ese gesto. Aparecía el tema de los sacerdotes por todas partes.
Empecé a pensar en las veces que me he encontrado con sacerdotes, y le pedía al Señor poder verle realmente en ellos, ver que son los que me acercan a Cristo al altar para que yo pueda comer de Él.
Sinceramente, hay muchas veces que los sacerdotes te dicen cosas que no te gustan ni un pelo, te hieren. O en tu niñez te encontraste con uno que era un poco más serio, o el aburrido de las catequesis... Tenemos muchas visiones de los sacerdotes, y algunas no muy buenas que digamos.
Pero todos ellos tienen el sacerdocio de Cristo. Sus manos están bendecidas, en la Eucaristía sus manos son las mismas que las de Cristo en la Última Cena. Cuántas veces te han dado una palabra de aliento en el momento oportuno, cuántas veces te han sacado de tus dudas gracias a su sabiduría, cuántas veces has sentido el abrazo de un padre que te da la bienvenida a la Iglesia de nuevo, cuántas veces te has sentido amado sin ser juzgados por ellos...
Hoy te invito a que pienses en los sacerdotes, que saltes las limitaciones humanas que tienen: que si sus homilías son un rollo, que si siempre me dice lo mismo en la confesión... y le pidas al Señor poder verle en ellos, porque, cuando bautizan, es Cristo quien bautiza: cuando confiesan, es Cristo mismo quien te da el abrazo; cuando celebran la Eucaristía, es Cristo mismo quien entrega su Cuerpo y su Sangre.
Hoy el reto del amor es que ores por los sacerdotes y le pidas al Señor el amor y la sensibilidad para ser consciente de que sin ellos no le tendríamos a Él. Te aseguro que cambiará tu forma de verles.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!