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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

miércoles, 16 de enero de 2019

Rincón para orar. EL HIJO DEL HOMBRE, SEÑOR DEL SÁBADO. 16 - Enero - 2019

"Ventana abierta"


Rincón para orar 


Sor Matilde 


EL HIJO DEL HOMBRE, SEÑOR DEL SÁBADO

1 En aquel tiempo cruzaba Jesús un sábado por los sembrados. Y sus discípulos sintieron hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerlas. 
2 Al verlo los fariseos, le dijeron: « Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en sábado. »
3 Pero él les dijo: « ¿No habéis leído lo que hizo David cuando sintió hambre él y los que le acompañaban,
4 cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la Presencia, que no le era lícito comer a él, ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes?
5 ¿Tampoco habéis leído en la Ley que en día de sábado los sacerdotes, en el Templo, quebrantan el sábado sin incurrir en culpa?
6 Pues yo os digo que hay aquí algo mayor que el Templo.
7 Si hubieseis comprendido lo que significa aquello de: Misericordia quiero, que no sacrificio, no condenaríais a los que no tienen culpa.
8 Porque el Hijo del hombre es señor del sábado.» (Mt. 12, 1-8)
El descanso sabático era una Ley Sagrada entre los judíos. Quebrantarle era atentar contra Dios mismo. Todos los días se podía trabajar, pero el sábado era para dar culto a Dios. Mas los fariseos habían interpretado este precepto con extremismos supersticiosos: en la prohibición de la siega y la trilla, veían condenada la simple acción de frotar unas espigas y limpiar sus granos para saciar su necesidad (Ex. 34, 21)
Los discípulos de Jesús tenían hambre y arrancaron espigas para comérselas. Los fariseos, que espiaban todos los movimientos de Jesús y sus discípulos, les criticaban porque hacían lo prohibido en sábado, según su interpretación de la ley.
Jesús les sale al paso y les habla no de la ley, sino de la misericordia. Dios no quiere sacrificios a costa del amor. Él es el Señor que ha puesto las leyes justas, para Él lo primero es Amor y Misericordia. “El sábado es para el hombre y no el hombre para el sábado”. Cuando un hermano nuestro padece una miseria está reclamando de nosotros la misericordia, una atención activa para suplir sus carencias. Porque lo que hiciéramos a uno de estos pequeños, a Jesús se lo hacemos.
Y sabemos que el juicio único que Jesús nos hará a cada uno será la pregunta: ¿dónde está tu hermano que pasaba hambre o sed, o estaba desnudo o en la cárcel o necesitado…? ¿Fuiste compasivo con él, se estremecieron tus entrañas ante su pobreza que reclamaba atención y ayuda?.
No es opcional el que nos comportemos así, sino que es un mandato de Jesús, nuestro Maestro, que quiere que todos seamos como Él y su Padre Dios, para poder salvar el alma...
Vayamos y hagamos como Jesús quiere.

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