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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

sábado, 18 de junio de 2011

Huellas


Jesús,Tú nos dejaste dicho
que nunca nos dejarías,
que estarías junto a nosotros
hasta el final de los días.

Pero un día soñé...
Soñé algo que me sobrecogía...
Pero al final comprobé
que es verdad lo que decías.

"Una noche en sueños vi,
que con Jesús caminaba
junto a la orilla del mar
bajo una luna plateada.

Soñé que veía en los cielos
mi vida representada,
en una serie de escenas
que en silencio contemplaba.


Dos pares de firmes huellas
en la arena iban quedando,
mientras con Jesús andaba
como amigos conversando.

Miraba atento esas huellas
reflejadas en el cielo,
pero algo extraño observé
y sentí gran desconsuelo.


Observé que algunas veces,
al reparar en las huellas,
en vez de ver los dos pares
veía sólo un par de ellas.

Y observé también yo,
que aquel sólo par de huellas
se advertía mayormente
en mis noches sin estrellas,
en las noches de mucho llorar,
en las noches a oscuras y en vela,
en las horas de mi vida
llenas de angustia y tristeza,
cuando el alma necesita
más consuelo y fortaleza.


 
Pregunté triste a Jesús:
Señor, ¿Tú no has prometido
que en mis horas de aflicción
siempre andarías conmigo?

Pero noto con tristeza,
que en medio de mis querellas,
cuando más siento el sufrir,
veo sólo un par de huellas.

¿Dónde están las otras dos
que indican tu compañía,
cuando la tormenta azota
sin piedad la vida mía?
Y Jesús me contestó
con ternura y comprensión:
"¡Escucha bien, hijo mío!
Comprendo tu confusión;
siempre te amé y te amaré,
y en tus horas de dolor
siempre a tu lado estaré
para mostrarte mi amor.


Mas si ves sólo dos huellas
en la arena al caminar,
y no ves las otras dos
que se deberían notar...,
es que en tu hora de aflicción
cuando flaquean tus pasos,
¡no hay huellas de tus pisadas
porque te llevo en mis brazos!"


¡Por eso yo creo en mi Cristo.
Cristo de amor y de entrega.
Él es mi pronto auxilio.
Él es mi fortaleza!

Cuando el camino es largo
y duro el caminar.
Cuando hay tristeza
y no puedo más,
Tú estás ahí
y socorriéndome vas.

Cuando hay alegría
en mi corazón,
y mi alma está llena
de paz y de amor,
Tú estás ahí
dándome calor.

Cuando el camino es bueno
y dulce el caminar.
Cuando hay alegría
y en los hermanos unidad,
Tú estás ahí
y alentándonos vas.

Esta es mi oración,
como saeta de puntas finas,
mojada en sangre de amores,
para bordarte unas flores
en lugar de esas espinas.


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