seguir la senda

El cantar de la alondra

Mónica Aicardi

Yo soy la alondra argentina
porque en La Plata nací
y me he llegado hasta aquí
al ser noble peregrina,
de esta música divina
que por siempre vive en mi
la que de niña aprendí
a elevar como plegaria,
y al eco de mi guitarra
que como a Dios bendecí.

Mi vida no la imagino
sin la música sagrada
que canto en esta patriada
con sentimiento genuino,
yo soy agua de molino
que emerge desde la tierra
y como un árbol se aferra
prendido de su raíz,
la que adora a su país
con todo lo que él encierra.

Yo soy la tierra mojada
con lagrimas de dolor
y vengo a darles mi amor
en esta hermosa jornada,
una dulce llamarada
de sentimientos sagrados
soy presente y soy pasado
también futuro seré,
como alondra que se fue
pero su canto ha dejado.

Soy un destino marcado
por las manos del Señor
no tengo miedo al rigor
porque él camina a mi lado,
soy un canto emocionado
que con mi patria se hermana
mi corazón se desgrana
sin temor hacia el olvido,
el viento guardó el sonido
que eternamente derrama.

Yo soy el agua que corre
entre las piedras del río
y llevo adentro el sonido
de los pájaros del monte,
la luna en el horizonte
con las estrellas me alumbran
cuando ando entre las penumbras
me iluminan con su luz,
trayendo alivio a mi cruz
con un brillo de ternura.

Mi canto no tiene amarras
porque es libre como el viento
ya se hizo el triste momento
de marchar con mi guitarra,
y como el fruto de parra
da el mejor vino norteño
les dejo un sentir sureño
con fundamento y con garras,
una milonga sin barras
para decir lo que siento.

En la tierra en que crecí
yo quiero morir un día
donde Dios me dio la vida
que por siempre agradecí,
y hoy que los tengo ante mi
deseo darles mi trino
yo soy un canto argentino
que llora y que siempre canta,
la que lleva en la garganta
la bendición del Divino.