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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

lunes, 28 de octubre de 2019

Gota de humor: Cámara oculta

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Gota de humor

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Consejos sobre la salud

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Evangelio: San Lucas 6, 12-19. Jesús pasó la noche orando a Dios, cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos y los llamó apóstoles... 30ª. Semana del T.O. Lunes, 28 - Octubre - 2019

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HOY EL RETO DEL AMOR ES QUE, CUANDO METAS LA PATA, TE RÍAS DE TI MISMO, TE LEVANTES Y SIGAS CAMINANDO. Lunes, 28 - Octubre - 2019

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HOY EL RETO DEL AMOR ES QUE, CUANDO METAS LA PATA, TE RÍAS DE TI MISMO, TE LEVANTES Y SIGAS CAMINANDO

Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

ENTRADA TRIUNFAL

Iba justa de tiempo y, cuando llegué al refectorio (el comedor), todas habían entrado ya. Cada día, después de bendecir, se lee el evangelio unos minutos y, hasta que la Priora no toca la campana, no se puede empezar a servir.
No reparé en qué momento se encontraban a mi llegada. Sólo sabía que me tocaba servir y que llegaba tarde. Entré rapida, fui a la puerta que lleva a la cocina para coger el carro con la comida, observada por todas las monjas (que están dispuestas en forma de “U” mirando hacia esa puerta).
La Comunidad entera me vio hacer un gesto a Israel para que viniese a ayudarme. “Seguro que se habrá despistado”, pensé... y, como a pesar de mis señas no se movía... cogí un delantal y me puse a darle vueltas, haciendo círculos en el aire sobre mi cabeza, señalando que estaba sola con el carro. Hasta la de la cocina salió en mi ayuda, asomando la cabeza para que alguien viniese... pero nada, nadie se movía, aunque sí que se oían risas... que pasaron a ser carcajadas por todos lo sitios. Pero, ¿qué pasaba?
En ese momento... ”¡tilín, tilín, tilín...!”
Oh, oh... ¡la despistada fui yo! Pensé que había llegado más tarde de lo que llegué realmente y aún no tocaba servir. ¡Menudo espectáculo había montado! No pude hacer menos que reírme de mí misma uniéndome al resto.
A menudo nos tomamos muy en serio todo lo que hacemos, el qué dirán, y caminamos de la mano del temor a equivocarnos. Sin embargo, si lo consiguiésemos, la vida sería muy tensa y seria. Los despistes, los traspiés y equivocaciones son comunes a todos; ¿quién no se ha equivocado nunca? Pero... ¡cuánto cuesta que lo vean en nosotros!
Jesús ponía a los niños como ejemplo. Los pequeños que no se toman en serio, que tienen capacidad de sombrarse, de caer, levantarse y seguir jugando, que les entra la risa en las caídas más peculiares... los niños se saben pobres y aman su pobreza. Por eso no se juzgan tan duro como hacemos los que queremos ser “mayores”.
Hoy el reto del amor es que, cuando metas la pata, te rías de ti mismo, te levantes y sigas caminando. El traspiés es un impulso para dar tres pasos más rápido. Cristo te ama, descúbrelo detrás de todo lo que te ocurra.
VIVE DE CRISTO
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¡Feliz día!
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siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación.

Nuestras manos unidas

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domingo, 27 de octubre de 2019

DOMINGO XXX TIEMPO ORDINARIO (CICLO C) “El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no”. 27 - Octubre - 2019

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 DOMINGO XXX TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)
El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no”

Aciprensa


Evangelio: Lucas 18,9-14

En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: “Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo.” El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador.” Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.

Reflexión:
Por P. Juan José Paniagua

La Sagrada Escritura llama justos a aquellos que conforman su vida a las leyes de Dios y procuran cumplir su plan. En este pasaje, Jesús se dirige a quienes se consideran justos porque cumplen prácticas religiosas y buenas obras o servicios a la comunidad, pero que olvidan el espíritu de la religión, que es humildad y misericordia.

No es el hombre el que se salva a sí mismo y por eso no debe andar creído. Dios es quien hace justo al hombre perdonándolo y concediéndole que persevere en el buen camino. Por eso en este texto el fariseo más que alabar a Dios, se alaba a sí mismo, confiando en que recibirá el premio debido a sus obras buenas y no sabe exponer sus derechos sin despreciar al publicano.

En cambio, este pobre hombre, este pecador es consciente de su maldad. También él insultaría a Dios si dijera: “¡Qué importa!”. Pero sin embargo, se condena a sí mismo y se atreve a pedir el perdón. Y porque ha creído en el amor de Dios, es que vuelve a su casa justificado, en gracia de Dios.

Muchas veces creemos que debemos ganar méritos para ir al cielo, esto significa que nuestra felicidad en el otro mundo será un premio concedido por Él, que nos ama, a los que lo queremos. Pero tengamos cuidado, no nos equivoquemos, ni creamos como el fariseo que Dios nos debe algo por tantos méritos nuestros.

Él es el que nos concede que actuemos bien y que ganemos méritos. Por eso, si bien debemos esforzarnos por cumplir el plan de Dios con todo nuestro corazón, igualmente tenemos que hacer un esfuerzo inmenso por ser humildes, por reconocer que todo lo que recibimos de Dios es pura bondad, puro amor y pura misericordia y que si fuera por nuestros méritos, en el fondo, no recibiríamos nada.

Entonces pues, humildes y penitentes como el publicano en el templo, acerquémonos siempre al Dios justo y pidámosle que tenga piedad de nosotros, que también nos reconocemos pecadores.

DOMINGO XXX TIEMPO ORDINARIO (CICLO C) La oración del fariseo y el publicano. 27 - Octubre - 2019

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DOMINGO XXX TIEMPO ORDINARIO
(CICLO C)


El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no

En aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás:  «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano.  El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh, Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano.  Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”.
El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Oh, Dios!, ten compasión de este pecador”.
Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido»
Lucas 18, 9‑14

Comentario bíblico de Miguel Ángel Garzón

Eclo 35,12-14.16-18; Sal 33; 2Tm 4,6-8.16-18; Lc 18,9-14
Las lecturas continúan centradas en la oración y en el rostro de Dios que escucha al humilde. El texto del Eclesiástico y el Salmo muestran cómo los gritos de dolor que rompen el corazón de los pobres también atraviesan las nubes para llegar al corazón de Dios, juez justo e imparcial. La insistencia y constancia hacen que la súplica sea escuchada por Dios.

Jesús proclama la parábola del fariseo y el publicano para descalificar a los que por creerse justos desprecian a los demás. La narración está construida en forma de comparación contrapuesta. Los dos personajes van al mismo lugar (templo) para orar al mismo Dios (¡Oh Dios!). Pero les diferencian muchas cosas. Su estatus social y religioso: fariseo/publicano; su postura exterior que refleja su conciencia interior: uno erguido (orgullo), el otro se queda atrás, no levanta la cabeza y se golpea el pecho (vergüenza); su oración: uno la dirige hacia sí mismo, el otro a Dios; la extensión y el contenido: uno da gracias ampliamente por no ser como los pecadores pues cumple más de lo prescrito por la ley (ayuno y diezmos en demasía), el otro se confiesa pecador y solo pide compasión. El fariseo engreído se mira a sí mismo, su orgullo lo aleja de los demás, y también de Dios. El publicano tiene puesta su mirada en el Señor, aunque no se atreva a levantar la cabeza. Por eso, Jesús culmina la enseñanza constatando que el publicano regresó a casa justificado (salvado), trasformado, y el fariseo no; pues quien se ensalza es humillado, pero el que se humilla es enaltecido.

A las puertas de su muerte, Pablo, a modo de “testamento espiritual”, testimonia a Timoteo cómo Dios escucha y auxilia al necesitado. Ha sufrido enormemente por el anuncio del evangelio, pero Dios lo ha librado de la boca del león. Ya solo le queda aguardar la corona que le otorgará el Señor, justo juez.

Orar con la Palabra

¿Oras con confianza e insistencia? ¿Qué situaciones te hacen clamar a Dios?
¿Cómo es tu oración? ¿Con qué personaje de la parábola te identificas?
Mirando tu camino de fe, ¿puedes compartir la experiencia de Pablo? ¿Por qué?

Carta Pastoral del Arzobispo de Sevilla. ‘De nuevo la eutanasia’. Domingo, 27 - Octubre - 2019

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Carta Pastoral del Arzobispo de Sevilla



 ‘De nuevo la eutanasia   
Queridos hermanos y hermanas: 

Escribo esta carta semanal con el propósito de ayudar a mis lectores a reflexionar sobre un tema que ha vuelto tristemente al primer plano de la actualidad. Nos dicen que sobre él existe consenso social por lo cual es necesario legislar. Como es bien sabido, la eutanasia es la acción u omisión tendente a acelerar la muerte del anciano o del enfermo terminal o desahuciado con el propósito de ahorrarle sufrimientos. Permitida ya en algunos países, es uno de los signos más evidentes de la deshumanización de nuestra sociedad. Aunque se enmascare con eufemismos tales como muerte digna muerte dulce, es un verdadero asesinato y, por ello, una acción gravemente inmoral.

Siendo cierto que toda vida humana es digna del máximo respeto, lo es aún más en la ancianidad y la enfermedad. La ancianidad constituye la última etapa de nuestra peregrinación terrena. En su fase final puede discurrir en condiciones muy penosas y precarias. No faltan quienes se cuestionan si tiene sentido la existencia de un ser humano absolutamente dependiente y cercado por el dolor. ¿Por qué seguir viviendo en esas condiciones infrahumanas y dramáticas? ¿No sería mejor aceptar la eutanasia como una liberación? ¿Es posible vivir la enfermedad como una experiencia humana que hay que asumir con paciencia, valor y espíritu cristiano?

Con estas preguntas se confrontan cada día quienes por profesión o parentesco deben acompañar y servir a ancianos o enfermos, especialmente cuando parece que no existen ya posibilidades de curación. La mentalidad eficientista hoy imperante tiende a marginar a estas personas, como si fueran solo un peso y un problema para la sociedad. Quienes creen en la dignidad de todo hombre o mujer, cualquiera que sea su estado y situación, saben que hay que respetarles y sostenerles, aunque su estado sea terminal. 

Entonces es lícito recurrir a los cuidados paliativos que, aunque no curan, pueden aliviar los sufrimientos del enfermo, sin olvidar el amor, el cariño, el consuelo y el acompañamiento, tan importantes como los cuidados clínicos.

Querría subrayar también que en la atención a los ancianos y enfermos deben involucrarse las familias. El ideal sería que sean ellas las que acojan y se hagan cargo de ellos con afecto y alegría, de forma que los ancianos y enfermos terminales puedan pasar el último período de la vida en su casa y prepararse a la muerte en un clima de calor familiar. Si es imprescindible el ingreso en el hospital, es importante que no decaiga el vínculo del paciente con sus seres queridos y su propio entorno. En ambos casos debe facilitarse a estas personas el consuelo de la oración, el acceso a los sacramentos, la visita del sacerdote y el consuelo de los hermanos en la fe, los equipos parroquiales de pastoral de la salud.

Los últimos papas, san Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco han exhortado muchas veces a científicos y médicos a seguir investigando para prevenir y curar las enfermedades ligadas al envejecimiento, sin ceder jamás a la tentación de recurrir a la eutanasia y al acortamiento de la vida de enfermos y ancianos. Juan Pablo II afirmó en Evangelium vitae que «la tentación de la eutanasia se presenta como uno de los síntomas más alarmantes de la cultura de la muerte que avanza sobre todo en las sociedades del bienestar» (n. 64). De ello deberían tomar buena nota los políticos, científicos, investigadores, médicos y enfermeros.

La vida del hombre es don de Dios que todos debemos custodiar siempre. Tal deber corresponde sobre todo al personal sanitario cuya vocación específica es ser servidores de la vida en todas sus fases, particularmente en la ancianidad y en la enfermedad terminal. En esas circunstancias, el remedio no es quitar la vida al enfermo, aunque él lo pida, sino aliviar sus sufrimientos, cosa que hoy es posible. Idéntico deber corresponde también a las familias, que no pueden disponer de la vida de un ser querido enfermo. Otro tanto cabe decir de los políticos y legisladores, que no pueden enmendarle la plana al único dueño de la vida que es Dios. En estos momentos, en España necesitamos un compromiso real para que la vida humana sea respetada en todas sus fases, desde la concepción hasta el último aliento.

Para los cristianos la fe en Cristo ilumina la enfermedad y la ancianidad. Muriendo en la cruz, Jesús dio al sufrimiento humano un valor y un significado trascendente. Ante el sufrimiento y la enfermedad los creyentes no podemos perder la serenidad, porque nada, ni siquiera la muerte, puede separarnos del amor de Cristo. En Él y con Él es posible afrontar y superar todas las pruebas y, precisamente en el momento de mayor debilidad, experimentar los frutos de la Redención. El Señor resucitado se manifiesta en cuantos creen en Él como el viviente que transforma la existencia dando sentido salvífico también a la enfermedad y a la muerte.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla

La Paz. Domingo, 27 - Octubre - 2019

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La Paz


En el Espíritu de Cristo Resucitado démonos la paz.
Estrechamos nuestras manos y nos deseamos la paz para tod@s  desde aquí, "Seguir la Senda", especialmente para vosotros los enfermos, los ancianos, y todos los que ahora la necesitéis de manera especial.
La Paz de Cristo Resucitado.

Oración de Comunión Espiritual. Domingo, 27 - Octubre - 2019

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Oración de Comunión Espiritual


Nos acercamos al altar, es el momento de la Comunión
para todos mis amigos, y amigas seguidores  de este blog, hacemos juntos la Comunión Espiritual, oración ésta que nace humilde y sencilla del corazón, de nuestro corazón a Jesús Eucaristía.

"Enséñame, Señor, la oración que te agrada, oh Dios, ten compasión de este pecador. 
Señor, yo no soy digno, sabes muy bien cómo soy, a veces tan miserable y despreciable, pero confío en tu ternura, en tu amor y en tu perdón que no tiene límite, por eso acoges y salvas a todo el que recurre a tu misericordia. 
Juez justo, que aceptas la súplica de todos, que escuchas al huérfano y a la viuda, cuya oración atraviesa las nubes y llega a Ti, que estás cerca del atribulado.
Ten misericordia de mí, que sigo en la carrera, que intento  conservar la fe, que aguardo la manifestación de tu amor.
Líbrame de toda obra mala, llévame a tu reino.
Yo te grito, Señor, escucha mi oración y líbrame de mis angustias. 
Ten compasión de mí.
¡Bendito seas por siempre, Señor!".

Evangelio: San Lucas 18, 9-14. Jesús dijo esta parábola: "Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro un publicano"... 30ª Semana del T.O. Domingo, 27 - Octubre - 2019

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DOMINGO XXX (T. ORDINARIO) CICLO C DIOS ESCUCHA AL POBRE. 27 - Octubre - 2019

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Dominicas Lerma


Comentarios a la Palabra de Dios


DOMINGO XXX (T. ORDINARIO)
CICLO C
DIOS ESCUCHA AL POBRE


Eclo. 35, 12-14.16-18
12 Porque el Señor es juez,
y no cuenta para él la gloria de nadie.
13 No hace acepción de personas contra el pobre,
y la plegaria del agraviado escucha.
14 No desdeña la súplica del huérfano,
ni a la viuda, cuando derrama su lamento.
16 Quien sirve de buena gana, es aceptado,
su plegaria sube hasta las nubes.
17 La oración del humilde las nubes atraviesa,
hasta que no llega a su término no se consuela él.
18 Y no desiste hasta que vuelve los ojos el Altísimo,
hace justicia a los justos y ejecuta el juicio.

(v. 13-14)  -   Dios no tiene acepción de personas por eso escucha a todos los hombres, pero si tiene alguna predilección es por el pobre, por el que no puede valerse a sí mismo: el huérfano y la viuda, el extranjero, el pecador arrepentido (Dt. 10, 17) (Jb 34, 19) (Pr. 24, 23): El juicio de Dios es imparcial porque para Él ningún hombre tiene gloria propia a sus ojos. Por esto todos los pobres tienen en Dios su defensor y fortaleza, pues si ellos claman a Dios, el Señor los escuchará (Ex. 22, 21-23) (Pr. 23, 10-11)

(v. 16-18) - Por el contrario, el que no aflige a su prójimo si no que “sirve de buena gana al Señor y a su                          prójimo”, cuando ore su plegaria será escuchada, “rasga los cielos y atraviesa las nubes donde Dios habita”: (Sal. 68, 35) ( Sal. 104, 3)… insiste en su plegaria porque sabe que será escuchada (Jb 16, 19), no queda defraudado
II Tim. 4, 6-8.16-18.

6 Porque yo estoy a punto de ser derramado en libación y el momento de mi partida es inminente.
7 He competido en la noble competición, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe.
8 Y desde ahora me aguarda la corona de la justicia que aquel Día me entregará el Señor, el justo Juez; y no solamente a mí, sino también a todos los que hayan esperado con amor su Manifestación.
16 En mi primera defensa nadie me asistió, antes bien todos me desampararon. Que no se les tome en cuenta.
17 Pero el Señor me asistió y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todos los gentiles. Y fui librado de la boca del león.
18 El Señor me librará de toda obra mala y me salvará guardándome para su Reino celestial. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

(v. 6)         -   El ministerio de Pablo toca a su fin y la peligrosa situación de la comunidad es para Pablo motivo apremiante para exigir a Timoteo una plena fidelidad y dedicación en el quehacer que le impone su vocación. El Apóstol mira fijamente a la muerte y con dos imágenes habla de este momento (Fp. 1, 23; 2, 17). 1º) Como en las libaciones paganas, el devoto griego o romano derrama parte del vino como ofrenda a la divinidad sobre la mesa, el hogar, el altar o el fuego del sacrificio, como en las libaciones judías se vertía el vino en el fuego del altar (Ex. 29, 40s; Nm. 15, 5-7; 28, 7) así ahora la sangre de Pablo es derramada en el martirio como oblación a Dios, es un sacrificio ofrecido a Dios (Ap. 6, 9). Sus sufrimientos y su muerte aprovechan a los pecadores pues efectivamente “todo lo sufro por amor a los elegidos” (2, 10).

2º) En la segunda imagen compara su muerte con su regreso a la casa del Señor, a la casa paterna (Fp. 1, 23); su “partida”. En ambas imágenes expresa su pronta y gozosa disposición a morir pues sabe que con la muerte “muere en el Señor (Rm. 14, 8) y se pone en marcha “para estar con el Señor” (Fp. 1, 23).

(v. 7)         -   Y en este punto de su existencia dirige una mirada retrospectiva a la pista que ha recorrido en su vida. Ha alcanzado la meta, su vida ha sido un combate magnífico al servicio de la fe (I Tim. 6, 12). Nunca perdió su fe en Cristo el Señor, en medio de sus trabajos, fatigas y sufrimientos. Él siempre, desde su conversión, fue “servidor de Cristo y administrador de los misterios de Dios” (I Cor. 4, 1) (I Cor. 4, 2).

(v. 8)         -   Por esto puede ahora como un atleta llegado a la meta victorioso, esperar con seguridad “la corona victoriosa”.

-   Cristo el Señor exaltado y glorioso, “juez justo” se la otorgará “en aquel día” porque a los ojos de Dios su vida tiene consistencia (Gal. 5, 5).

-   Pero Pablo no sólo él gozará de esta corona de victoria, para animar y consolar a su discípulo le asegura que la recibirán juntos, pues ambos se han preparado para la “aparición” del juez justo y ambos han suspirado por ello con amor.

-   Para Pablo la muerte ha perdido lo que tiene de horror, pues sólo es un tránsito, un retorno a la casa Paterna.

(v. 16)       -   Un recuerdo triste surge ahora en la mente del Apóstol. En la primera vista de la causa que tuvo en Roma sufrió un grande y amargo desengaño: “Todos me abandonaron”, “Todos”, la comunidad cristiana de Roma que habría podido favorecerle como testigos, sus colaboradores, por temor a los peligros (4, 10), no se puso nadie a su lado, pero como auténtico discípulo del Señor Jesús, perdona también a sus enemigos (Lc. 23, 34) (v. 16b).

(v. 17)       -   Pero si los hombres le fallaron en aquella hora, no así el Señor (Mc.13, 11; Mt. 10, 19-20) que se constituyó en abogado defensor del Apóstol. Su defensa fue un triunfo. Aún ahora, en la prisión, está tan animado de su ministerio apostólico que sólo aduce en su propia defensa: “transmití el mensaje de Cristo a todos los gentiles, plenamente” (I Cor.9, 16). Al fin de su vida pudo anunciar a Cristo a todo el tribunal pagano y ante testigos de todos los pueblos, su vida no le importa, sólo le importa “el encargo recibido del Señor” (Act. 9, 15).

-   Por la asistencia divina fue librado una vez más de “las fauces del león”, del peligro de perder su vida. Pero sabe bien que la sentencia de muerte es inminente y en una segunda vista lo condenarán. Mas está convencido de que Dios lo librará “de todo mal”, en absoluto, no ya sólo de la muerte corporal.

HOY EL RETO DEL AMOR ES “SANTIFICAR LAS FIESTAS”. Domingo, 27 - Octubre 2019

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HOY EL RETO DEL AMOR ES “SANTIFICAR LAS FIESTAS”

Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

VIRTUDES FORZOSAS

Hay elementos en la vida que te obligan a practicar la virtud. Quieras o no. Por ejemplo, el grifo del refectorio (comedor). Es un elemento magnífico... para fomentar la virtud de la paciencia.
Después de cada comida, con una jarra grande, voy rellenando de agua las jarras que hay repartidas por las mesas. Bueno, eso es en teoría. En realidad, pongo la jarra grande bajo el grifo y me voy a recoger las migas, poner los cubiertos, preparar los platos... A lo mejor para entonces, el hilito de agua que cae del grifo ha conseguido llenar la jarra.
Lo cierto es que a veces una pierde la paciencia, y acaba emigrando jarra en mano en busca de otro grifo...
Hace un par de días fui a poner la mesa y, como siempre, abrí el grifo al máximo esperando el hilito de agua... ¡¡y casi salgo en canoa!! ¡¡Parecían las cataratas del Niágara!!
-¡¡Ay, ay, ay!! ¡¡Que nos ahogamooooos!! -grité cerrando el grifo a toda prisa.
La procuradora se echó a reír ante mis aspavientos.
-Teníais el filtro atascado; os lo he limpiado -me explicó.
Desde luego que aquello parecía un milagro, ¡qué bien funciona ahora! El pobre grifo lo único que necesitaba era una parada para desatascarse...
¡Y lo mismo nos sucede a nosotros! ¿Te has fijado alguna vez en que uno de los mandamientos de Dios es precisamente eso? ¡¡Descansar!!
Ya el Génesis habla de que “el séptimo día, Dios descansó”, y así nace el Sabat, el descanso del sábado. Y, si todo eso te pilla un poco lejos, resulta que el tercer mandamiento dice “Santificarás las fiestas”, lo que no significa sólo ir a misa, sino dejar de trabajar, hacer lo que no haces durante la semana, descansar.
Orando esto, creo que, en realidad, se trata de una estupenda estrategia de nuestro Padre para liberarnos de la “tiranía de la productividad”. ¡Parece que siempre tenemos que estar haciendo algo, siempre corriendo y siempre ocupados! Nos prometemos que descansaremos cuando acabemos, pero el hecho es que nunca está todo acabado, todo perfecto.
San Pablo dice que el Señor nos ha dado tantas cosas buenas “para que las disfrutemos”. ¿Cuándo fue la última vez que obedeciste al Señor en este punto? ¿Has parado últimamente a “disfrutar”?
Como te decía, es pura estrategia del Señor. El que ha descansado y disfrutado, ¡rinde más y es capaz de amar mejor! Se convierte... ¡en un grifo desatascado!
Hoy el reto del amor es “santificar las fiestas”. Te invito a que, en este domingo, busques un buen rato para hacer algo que te gusta, para disfrutar con los tuyos. Lo mejor de todo, ¡es que el Señor lo quiere, y sonreirá con tu descanso!
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¡Feliz día!
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