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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

domingo, 11 de febrero de 2018

Oración de Comunión Espiritual.Manos Unidas. Campaña contra el Hambre. 11 - Febrero - 2018.

"Ventana abierta"


Oración de Comunión Espiritual


La Eucaristía -como todos sabemos- es el banquete del Reino, nos une con Cristo y nos une entre nosotros, en ella participamos realmente del Cuerpo y de la Sangre del Señor.
Por eso ahora a través de este blog, si así lo desean, hacemos nuestra Comunión Espiritual, uniéndonos a todos los hermanos y hermanas del mundo; y hoy especialmente a los enfermos, a los más pobres y necesitados, a quienes Manos Unidas en la "Campaña contra el Hambre", nos invita a ayudar en nuestro compromiso cotidiano.


"Señor Jesús, que estás en medio de nosotros, que lo has dado todo por nuestra salvación, que estás realmente presente en el Pan y en el Vino de esta Eucaristía para saciar nuestra hambre y nuestra sed, sólo Tú nos das el alimento que sacia nuestro corazón.
Danos hoy nuestro pan de cada día, y ayúdanos a compartirlo generosamente.
Que no nos olvidemos nunca de nuestros hermanos que sufren las consecuencias de la injusticia, del olvido o de la indiferencia.
Ayúdanos a dar gratis lo que gratis hemos recibido.
Enséñanos a compartir siempre lo verdaderamente importante".


viernes, 9 de febrero de 2018

La escucha de la Palabra. El hombre sordomudo. Viernes, 9 - Febrero - 2018

"Ventana abierta"


Viernes 9 de febrero de 2018.
La escucha de la Palabra.


H. Luis Adrián Olvera de la Cruz, L.C.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria 
(para ponerme en presencia de Dios)

Abre, Señor, mis oídos para que pueda escucharte en el 
silencio interior de este momento de encuentro contigo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Marcos 7, 31-37

En aquel tiempo, salió Jesús de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Le llevaron entonces a un hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban que le impusiera las manos. Él lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: “Effetá”, (Que quiere decir “¡Ábrete!”). Al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar sin dificultad.


Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo
 mandaba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos
 estaban asombrados y decían: “¡Qué bien lo hace todo! Hace
 oír a los sordos y hablar a los mudos”.
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio:

Quien haya asistido a un bautismo alguna vez quizá recuerde 
que, en un breve momento, el sacerdote entrega el cirio a los 
padres y padrinos y toca los oídos del neófito mientras dice
 «Effetá»

Ésta es una de las pocas palabras que se conservaron en el
 Evangelio tal como las dijo Jesús, y es porque este gesto va más allá del milagro hecho a un hombre, es tan importante que a ti Jesús te lo ha hecho a través de las manos consagradas de un sacerdote.

En primer lugar, al acercarte a la Palabra de Dios muchas 
veces no entiendes o no quieres entender lo que Él te quiere decir. Puede ser que la escuches como si fuera una historia que pasó hace milenios y que ya te sabes de memoria pero, ¿tiene impacto en tu vida? 

Jesús te habla a tu corazón, intelecto y voluntad en tu lenguaje. Él quiere abrirte los oídos para que puedas escuchar cuánto te ama y cuánto desea que tú le sigas libremente.

En segundo lugar, apenas se le soltó la lengua a este hombre, 
empezó a gritar las maravillas que la experiencia de Jesús, cara a cara, había hecho en su vida. ¿Ya has anunciado lo que Cristo ha hecho o está haciendo en tu vida? Si te acercas a la Palabra, aunque sea por curiosidad, conocerás cada vez más a Jesús, y al conocerlo es imposible no amarlo.

Finalmente es imposible no hablar de la persona amada, y

 cuando no se habla de ella, ese amor se transpira. Jesús todo
lo hace bien, ¿te animas a dejarlo que abra tus oídos y toque tu lengua? Y si ya te has dejado tocar por él, ¿te animas a llevar a otro a esta experiencia como hicieron los amigos de este sordo?



«El Evangelio de hoy relata la curación de un sordomudo por
 parte de Jesús, un acontecimiento prodigioso que muestra 
cómo Jesús restablece la plena comunicación del hombre con
 Dios y con los otros hombres. El milagro está ambientado en
 la zona de la Decápolis, es decir, en pleno territorio pagano; 
por lo tanto, ese sordomudo que es llevado ante Jesús se 
transforma en el símbolo del no-creyente que cumple un
 camino hacia la fe.»
(Homilía de S.S. Francisco, 6 de septiembre de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Oraré para que Jesús toque todo mi ser para poder ayudar a alguien a vivir esta experiencia invitándolo a acercarse a la Iglesia.


Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que 
vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Papa Emérito Benedicto XVI. “Estoy en peregrinación hacia la Casa”. 7 - Febrero - 2018

"Ventana abierta"


“Estoy en peregrinación hacia la Casa”
Benedicto XVI vislumbra su muerte

El Papa emérito, de 90 años, admitió que está en la “última etapa de su vida” y que experimenta un “lento declive de las fuerzas físicas”. Renunció al papado en febrero de 2013 y reside en un convento del Vaticano.

Benedicto XVI saluda a Francisco, en una de sus últimas apariciones.
Imagen: AFP

“Me ha conmovido que tantos lectores de su periódico deseen saber cómo transcurro este último periodo de mi vida. Solo puedo decir a este respecto que en el lento declive de las fuerzas físicas, interiormente estoy en peregrinación hacia la Casa”. Con estas palabras, Benedicto XVI hizo saber al mundo cómo es su presente a los 90 años. En una carta enviada al Corriere della Sera, el Papa emérito anunció así que se prepara para un final que podría estar próximo.
La carta fue dirigida al director del vespertino, Massimo Franco, que la publicó en la edición de hoy. En la misiva, Josef Ratzinger asegura que "es una gran gracia para mí estar rodeado en este último tramo del camino, a veces un poco fatigoso, por un amor y una bondad tales que nunca me habría podido imaginar”. Agregó que “no puedo más que agradecer, asegurando por mi parte a todos ustedes mi oración".
Twitter
Ratzinger, en el convento donde reside, junto a dos monjas.

Benedicto XVI sorprendió al renunciar como Papa en febrero de 2013, un hecho sin antecedentes en 600 años en la Iglesia Católica. 
El cónclave de marzo siguiente entronizó al argentino Jorge Bergoglio como Francisco. 
Así, en el último lustro, han convivido dos papas, algo inédito. 
Ratzinger juró obediencia a su sucesor y desde su renuncia reside en el monasterio Mater Ecclesiae, dentro del Vaticano. 
Sus apariciones públicas son cada vez más esporádicas, y eso alimentó rumores sobre su estado de salud, que quiso despejar con la carta publicada.

martes, 6 de febrero de 2018

Fecha de Publicación: 06 de Febrero de 2018

"Ventana abierta"


«Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (Mt 24,12)
Queridos hermanos y hermanas:
Una vez más nos sale al encuentro la Pascua del Señor. Para prepararnos a recibirla, la Providencia de Dios nos ofrece cada año la Cuaresma, «signo sacramental de nuestra conversión»,[1] que anuncia y realiza la posibilidad de volver al Señor con todo el corazón y con toda la vida.
Como todos los años, con este mensaje deseo ayudar a toda la Iglesia a vivir con gozo y con verdad este tiempo de gracia; y lo hago inspirándome en una expresión de Jesús en el Evangelio de Mateo: «Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (24,12).
Esta frase se encuentra en el discurso que habla del fin de los tiempos y que está ambientado en Jerusalén, en el Monte de los Olivos, precisamente allí donde tendrá comienzo la pasión del Señor. Jesús, respondiendo a una pregunta de sus discípulos, anuncia una gran tribulación y describe la situación en la que podría encontrarse la comunidad de los fieles: frente a acontecimientos dolorosos, algunos falsos profetas engañarán a mucha gente hasta amenazar con apagar la caridad en los corazones, que es el centro de todo el Evangelio.
Los falsos profetas
Escuchemos este pasaje y preguntémonos: ¿qué formas asumen los falsos profetas?
Son como «encantadores de serpientes», o sea, se aprovechan de las emociones humanas para esclavizar a las personas y llevarlas adonde ellos quieren. Cuántos hijos de Dios se dejan fascinar por las lisonjas de un placer momentáneo, al que se le confunde con la felicidad. Cuántos hombres y mujeres viven como encantados por la ilusión del dinero, que los hace en realidad esclavos del lucro o de intereses mezquinos. Cuántos viven pensando que se bastan a sí mismos y caen presa de la soledad.
Otros falsos profetas son esos «charlatanes» que ofrecen soluciones sencillas e inmediatas para los sufrimientos, remedios que sin embargo resultan ser completamente inútiles: cuántos son los jóvenes a los que se les ofrece el falso remedio de la droga, de unas relaciones de «usar y tirar», de ganancias fáciles pero deshonestas. Cuántos se dejan cautivar por una vida completamente virtual, en que las relaciones parecen más sencillas y rápidas pero que después resultan dramáticamente sin sentido. Estos estafadores no sólo ofrecen cosas sin valor sino que quitan lo más valioso, como la dignidad, la libertad y la capacidad de amar. Es el engaño de la vanidad, que nos lleva a pavonearnos… haciéndonos caer en el ridículo; y el ridículo no tiene vuelta atrás. No es una sorpresa: desde siempre el demonio, que es «mentiroso y padre de la mentira» (Jn 8,44), presenta el mal como bien y lo falso como verdadero, para confundir el corazón del hombre. Cada uno de nosotros, por tanto, está llamado a discernir y a examinar en su corazón si se siente amenazado por las mentiras de estos falsos profetas. Tenemos que aprender a no quedarnos en un nivel inmediato, superficial, sino a reconocer qué cosas son las que dejan en nuestro interior una huella buena y más duradera, porque vienen de Dios y ciertamente sirven para nuestro bien.
Un corazón frío
Dante Alighieri, en su descripción del infierno, se imagina al diablo sentado en un trono de hielo;[2] su morada es el hielo del amor extinguido. Preguntémonos entonces: ¿cómo se enfría en nosotros la caridad? ¿Cuáles son las señales que nos indican que el amor corre el riesgo de apagarse en nosotros?
Lo que apaga la caridad es ante todo la avidez por el dinero, «raíz de todos los males» (1 Tm 6,10); a esta le sigue el rechazo de Dios y, por tanto, el no querer buscar consuelo en él, prefiriendo quedarnos con nuestra desolación antes que sentirnos confortados por su Palabra y sus Sacramentos.[3] Todo esto se transforma en violencia que se dirige contra aquellos que consideramos una amenaza para nuestras «certezas»: el niño por nacer, el anciano enfermo, el huésped de paso, el extranjero, así como el prójimo que no corresponde a nuestras expectativas.
También la creación es un testigo silencioso de este enfriamiento de la caridad: la tierra está envenenada a causa de los desechos arrojados por negligencia e interés; los mares, también contaminados, tienen que recubrir por desgracia los restos de tantos náufragos de las migraciones forzadas; los cielos —que en el designio de Dios cantan su gloria— se ven surcados por máquinas que hacen llover instrumentos de muerte.
El amor se enfría también en nuestras comunidades: en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium traté de describir las señales más evidentes de esta falta de amor. estas son: la acedia egoísta, el pesimismo estéril, la tentación de aislarse y de entablar continuas guerras fratricidas, la mentalidad mundana que induce a ocuparse sólo de lo aparente, disminuyendo de este modo el entusiasmo misionero.[4]
¿Qué podemos hacer?
Si vemos dentro de nosotros y a nuestro alrededor los signos que antes he descrito, la Iglesia, nuestra madre y maestra, además de la medicina a veces amarga de la verdad, nos ofrece en este tiempo de Cuaresma el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno.
El hecho de dedicar más tiempo a la oración hace que nuestro corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismos,[5] para buscar finalmente el consuelo en Dios. Él es nuestro Padre y desea para nosotros la vida.
El ejercicio de la limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: nunca lo que tengo es sólo mío. Cuánto desearía que la limosna se convirtiera para todos en un auténtico estilo de vida. Al igual que, como cristianos, me gustaría que siguiésemos el ejemplo de los Apóstoles y viésemos en la posibilidad de compartir nuestros bienes con los demás un testimonio concreto de la comunión que vivimos en la Iglesia. A este propósito hago mía la exhortación de san Pablo, cuando invitaba a los corintios a participar en la colecta para la comunidad de Jerusalén: «Os conviene» (2 Co 8,10). Esto vale especialmente en Cuaresma, un tiempo en el que muchos organismos realizan colectas en favor de iglesias y poblaciones que pasan por dificultades. Y cuánto querría que también en nuestras relaciones cotidianas, ante cada hermano que nos pide ayuda, pensáramos que se trata de una llamada de la divina Providencia: cada limosna es una ocasión para participar en la Providencia de Dios hacia sus hijos; y si él hoy se sirve de mí para ayudar a un hermano, ¿no va a proveer también mañana a mis necesidades, él, que no se deja ganar por nadie en generosidad?[6]
El ayuno, por último, debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer. Por una parte, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre; por otra, expresa la condición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios. El ayuno nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el único que sacia nuestra hambre.
Querría que mi voz traspasara las fronteras de la Iglesia Católica, para que llegara a todos ustedes, hombres y mujeres de buena voluntad, dispuestos a escuchar a Dios. Si se sienten afligidos como nosotros, porque en el mundo se extiende la iniquidad, si les preocupa la frialdad que paraliza el corazón y las obras, si ven que se debilita el sentido de una misma humanidad, únanse a nosotros para invocar juntos a Dios, para ayunar juntos y entregar juntos lo que podamos como ayuda para nuestros hermanos.
El fuego de la Pascua
Invito especialmente a los miembros de la Iglesia a emprender con celo el camino de la Cuaresma, sostenidos por la limosna, el ayuno y la oración. Si en muchos corazones a veces da la impresión de que la caridad se ha apagado, en el corazón de Dios no se apaga. Él siempre nos da una nueva oportunidad para que podamos empezar a amar de nuevo.
Una ocasión propicia será la iniciativa «24 horas para el Señor», que este año nos invita nuevamente a celebrar el Sacramento de la Reconciliación en un contexto de adoración eucarística. En el 2018 tendrá lugar el viernes 9 y el sábado 10 de marzo, inspirándose en las palabras del Salmo 130,4: «De ti procede el perdón». En cada diócesis, al menos una iglesia permanecerá abierta durante 24 horas seguidas, para permitir la oración de adoración y la confesión sacramental.
En la noche de Pascua reviviremos el sugestivo rito de encender el cirio pascual: la luz que proviene del «fuego nuevo» poco a poco disipará la oscuridad e iluminará la asamblea litúrgica. «Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu»,[7] para que todos podamos vivir la misma experiencia de los discípulos de Emaús: después de escuchar la Palabra del Señor y de alimentarnos con el Pan eucarístico nuestro corazón volverá a arder de fe, esperanza y caridad.
Los bendigo de todo corazón y rezo por ustedes. No se olviden de rezar por mí.
Vaticano, 1 de noviembre de 2017 Solemnidad de Todos los Santos
Francisco
Fecha de Publicación: 06 de Febrero de 2018



domingo, 4 de febrero de 2018

Oración de Comunión Espiritual. 4 - Febrero - 2018

"Ventana abierta"


Oración de Comunión Espiritual


Llega el momento de la Comunión, nos acercamos a Jesús Eucaristía, queremos sentir su presencia, esa presencia que siempre alivia los sufrimientos y las penas de nuestra vida.

Todos los amigos seguidores habituales de este blog, y aquellos amigos que entren esporádicamente en él, en este momento podemos hacer nuestra Comunión Espiritual, mostrando así este deseo de estar cerca del Señor.

"Señor Jesús, Tú pasaste por el mundo haciendo el bien y curando a los oprimidos por la enfermedad, cargaste con mis dolencias, me sanaste con tu dolor, tus milagros en favor de los pobres y los enfermos son signos de tu amor por el hombre al que amas con ternura de madre. 
¿Todo el mundo te busca? Yo sí, y te encuentro en la Palabra, en el enfermo, en la oración, en el Pan y el Vino tu Cuerpo y tu Sangre, que alimenta mi cuerpo y mi alma, que sana mi corazón destrozado.
Sé que me llamas por mi nombre, y no tengo más remedio que responderte haciéndome anunciador de tu Evangelio, y ¡ay si no lo hiciera, mi vida se consumiría sin esperanza!
Recorre el camino de mi vida predicando tu Palabra, expulsando los demonios de mí, defiéndeme, ya que he puesto en Ti toda mi esperanza". 


domingo, 28 de enero de 2018

A nuestra nietecita Carmen en el día de su Bautismo. 28 - Enero - 2018

"Ventana abierta"


En el día de tu Bautismo 


Nuestra Bebita linda, comienzas a vivir bajo los ojos de Dios, "tu Creador", sus manos te dan la bienvenida a este nuevo mundo.
Señor, Tú que dejaste a los pequeños que se acercaran a Ti cuando estabas en la tierra y los bendecías. Bendice también a nuestra hija.

Señor, te damos gracias porque podemos decirte: esta es nuestra hija, fruto a la vez de tu vida y nuestra vida, de tu amor creador y nuestro amor de padres. Nos llenaste de alegría cuando supimos que llegaba, le hemos querido antes de conocerla y lo hemos vivido desde que la sentimos viva. Dale ahora, Señor, vida abundante: que crezca sana, que su cuerpo se desarrolle con el vigor de la nueva naturaleza; y que, desde la gratuidad de lo que le das, sepa estimar y proteger siempre a los más débiles. Amén.

Señor, Padre nuestro: Tú nos has dado amor para tener esta hija; guárdanos en el amor. Que la vida de familia sea para ella la costumbre del cariño. Ayúdanos a hacer de la casa un sitio de tu reino, donde nuestro hijo y nuestra hija vayan encontrando lo que nos diste con Jesús: que aprendan a llamarte Padre desde nuestra imagen de padres, que se abran a la fraternidad cristiana desde el amor de sus hermanos y que puedan entender el mundo como lugar de la convivencia humana desde el acogimiento y la paz de nuestra casa. Amén.


Señor, con qué palabras te daremos gracias: gracias por sus ojos y sus manos, gracias por sus pies y por su piel, gracias por su cuerpo y alma. En tus manos de ternura la depositamos para que Tú la cuides y la mimes y la llenes de dulzura Padre Santo, pon un ángel a su lado para que cierre el paso a la enfermedad y a todo mal, y la guíe por el sendero de la salud y el bienestar. El bien, la paz y la bendición del Señor la acompañe todos los días de su vida. Amén.


Hoy, Señor, presentamos ante Ti, todo lo que somos y todo lo que tenemos, nuestra hija. Deseamos ponerla ante Ti con un corazón abierto como el de María y así conocer tus designios. Dale fuerza suficiente para qué pierda los miedos y pueda ver claro el proyecto de vida que le tienes. Y a nosotros danos la sabiduría para poderla guiar.

Dios eterno, que todo lo puedes, ponemos ante tu presencia a nuestra hijita Carmen.



Te pedimos la sostengas en tus brazos de amor y le des el don de tu Santo Espíritu. Que al crecer en años crezca también en la gracia y el conocimiento de Cristo como su Señor y Salvador. Que mediante la fuerza renovadora de tu Espíritu sea siempre fiel hija tuya.

 

Guía y sostén a sus padres y padrinos para que mediante su amoroso cuidado, sus sabios consejos y el ejemplo de sus vidas, puedan cumplir los votos que han hecho hoy, para guiarla en el camino de Cristo; en cuyo nombre te lo pedimos. Amén.

En este día especial, la luz de Dios se encenderá en tu corazón… para iluminar todo el camino.


Nuestra pequeña y linda Carmen, con los cariñosos deseos de tus padres, padrinos y de toda la familia, te dedica estas oraciones y este escrito, tu abuelita que mucho te quiere. Mª Ángeles Grueso (Angelita)


Oración de Comunión Espiritual. Jornada de la Infancia Misionera. 28 - Enero - 2018

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Oración de Comunión Espiritual


Jornada de la Infancia Misionera


Llega el momento de la Comunión. Todos los amigos y amigas que entren aunque sea sólo de puntillas, y todos aquellos amigos y amigas seguidores habituales de este sencillo blog, pues podemos hacer juntos la Comunión Espiritual, es nuestro deseo también de recibir a Cristo, el Señor, el que nos enseña con autoridad, Él que es el Santo de Dios.
Ponemos hoy en nuestros labios y en nuestro corazón esta oración de los niños misioneros:
"Ya sé que para los mayores todavía soy muy pequeño, pero Tú, Jesús, hoy me dices ¡atrévete a ser misionero! Yo me fío de Ti y me lanzo.
Contigo se me pasa el miedo, porque eres Tú quien me da fuerza, ¡atrévete a ser misionero!
Enséñame a ser generoso, haz que en casa y en el colegio ponga amor al cumplir tu encargo, ¡atrévete a ser misionero!
Dame un corazón, que rece por los niños del mundo entero, y que sepa invitar a todos, ¡atrévete a ser misionero!
Amén"


Ángelus del Papa: Jesús es nuestro Maestro, poderoso en obras y palabras. 28 - Enero - 2018

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20 - Enero - 2018
Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano

El último domingo de enero el Pontífice meditó sobre el evento del exorcismo en el "día de Cafarnaúm", cuando Jesús se presentó como un poderoso profeta.

En la soleada mañana invernal del 28 de enero, como todos los domingos, el Papa Francisco se asomó a la ventana del Palacio Apostólico para rezar junto con los fieles presentes en la plaza de san Pedro la oración mariana del Ángelus. 
El Santo Padre meditó sobre la liturgia del día, que presenta el ingreso de Jesús a la ciudad de Cafarnaúm, la predicación en la sinagoga y la expulsión de un demonio.

Jesús, un poderoso profeta en obras y palabras


En primer lugar el Papa recorrió el ingreso de Jesús en la sinagoga donde, según la narración del evangelista Marcos, «Enseña de una manera nueva, llena de autoridad»:
“Él entra a la sinagoga de Cafarnaúm en el sábado y se pone a enseñar; las personas quedan sorprendidas por sus palabras, porque no son palabras comunes, no se parecen a lo que generalmente escuchan. Los escribas, de hecho, enseñan pero sin tener una propia autoridad: se basan en la tradición, en lo que dijeron antes de ellos Moisés y los profetas. Jesús, por otra parte, enseña como alguien que tiene autoridad, revelándose a sí mismo como el Enviado de Dios, y no como un simple hombre que debe fundar su enseñanza en tradiciones precedentes. Jesús tiene plena autoridad”.
Pero Jesucristo, prosiguió diciendo Francisco, no sólo enseña "de modo nuevo y con autoridad plena", sino que al mismo tiempo “se revela poderoso también en las obras”:
“En la sinagoga de Cafarnaúm hay un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se manifiesta gritando estas palabras: « ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios». (V.24). Este espíritu inmundo conoce el poder de Jesús y también proclama su santidad. Jesús lo increpa diciéndole: «Cállate y sal de este hombre». (v. 25). Estas pocas palabras de Jesús son suficientes para obtener la victoria sobre Satanás,  que sale de ese hombre « lo sacudió violentamente, y gritando en alta voz» (v. 26)”.

Cristo, nuestro Maestro y amigo


Francisco constató sucesivamente que el aquí arriba descrito, es un hecho que “impresiona mucho a los presentes”. Todos están asustados y se preguntan: «¿Qué es esto? [...] da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!».
“El poder de Jesús confirma la autoridad de su enseñanza. Él no pronuncia sólo palabras, sino que actúa. Así manifiesta el plan de Dios con las palabras y con el poder de las obras. De hecho, en el Evangelio vemos que Jesús, en su misión terrenal, revela el amor de Dios sea con la predicación que con innumerables gestos de atención y ayuda a los enfermos, a los necesitados, a los niños y a los pecadores”.
De este modo, Su Santidad explicó cómo el Evangelio del día nos muestra que Jesús es nuestro Maestro, poderoso en palabras y en obras:
“Jesús nos comunica toda la luz que ilumina las calles, a veces oscuras, de nuestra existencia; también nos comunica la fuerza necesaria para superar dificultades, pruebas, tentaciones. ¡Pensemos en la gran gracia que es para nosotros haber conocido a este Dios tan poderoso y tan bueno! Un maestro y un amigo, que nos indica el camino y cuida de nosotros, especialmente cuando lo necesitamos”.
Con esta invitación a pensar en la gracia de conocer a Cristo, el Romano Pontífice concluyó su alocución previa al rezo del Ángelus, elevando su plegaria a la Reina de los Cielos:
“Que la Virgen María, mujer de la escucha, nos ayude a hacer silencio alrededor y dentro nuestro, para escuchar, en el estruendo de los mensajes del mundo, la palabra con más autoridad que existe: aquella de su Hijo Jesús, que anuncia el sentido de nuestra existencia y nos libera de toda esclavitud, también de aquella del Maligno”.


Carta pastoral del Arzobispo de Sevilla con motivo de la Jornada de la Infancia Misionera 2018

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Carta pastoral del Arzobispo de Sevilla con motivo de la Jornada de la Infancia Misionera 2018


Queridos niños y niñas de nuestra Archidiócesis:
El próximo domingo 28 de enero, celebraremos la Jornada de la Infancia Misionera con el lema “ATRÉVETE A SER MISIONERO”. Es un lema audaz y valiente. ¿Quién puede atreverse a ser misionero? A veces imaginamos al misionero como un hombre o una mujer jóvenes y vigorosos que emprenden una vida difícil y dura en tierras lejanas. Muchas veces es así. Pero la llamada a la misión a la que nos invita Jesús no es exclusivamente para los jóvenes. Todos, cualquiera que sea nuestra edad y condición, estamos llamados a comprometernos valientemente en el anuncio de Jesucristo. Pero no sólo en tierras lejanas, sino también en nuestro entorno. También vosotros, queridos niños y niñas, estáis invitados a ser aquí misioneros valientes.
El Papa Francisco nos recuerda en su exhortación apostólica Evangelii gaudium que “en virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en discípulo misionero (cf. Mt 28,19)”. Por tanto, todos los bautizados estamos invitados a ser misioneros. Es una exigencia de nuestro ser cristiano.
Atreverse a ser misionero significa atreverse a anunciar a Jesucristo, su vida y mensaje como una buena noticia. Y qué mejor noticia que decir a nuestros amigos, vecinos o compañeros de estudio, que Dios es Amor, que nos quiere y nos ama inmensamente, y que la expresión máxima de ese amor es que se encarnó en Jesucristo para salvarnos, para llenarnos de vida, de ilusión, de esperanza.
Atreverse a ser misionero es atreverse a construir un mundo mejor para todos, más fraterno, en el que hombres y mujeres, niños y niñas, sintamos que somos igual de importantes para Dios, vivamos solidariamente entre nosotros y sintamos que Dios es la fuente de ese amor que nos une y dignifica a todos.
Atreverse a ser misionero es atreverse a compartir una caricia, un beso, un apretón de manos con aquel que se siente solo o sufre por cualquier causa. Cuántas veces, queridos niños y niñas, habéis experimentado el amor y cariño de vuestros padres cuando os habéis sentido tristes. Ese amor os ha dado vida y os ha animado a seguir. Pues mucho más grande es el Amor que Dios nos tiene a todos. Atreverse a ser misioneros es mostrar, aunque sea tímidamente, ese amor a quienes estando cerca de nosotros, en el barrio o en el colegio se sientan tristes. Dios nos mira y nos ama con pasión. Atrevámonos a compartir esa experiencia amorosa con los demás. Eso es ser también misioneros.
Al igual que los misioneros y misioneras llevan el Evangelio a todos los rincones del mundo y su mensaje está lleno de amor y esperanza, también vosotros, queridos niños y niñas, podéis anunciar la Buena Noticia del Amor de Dios a vuestros amigos y compañeros de colegio e incluso a vuestros familiares. Una manera de ayudar a los misioneros y misioneras que están en tierras lejanas e incluso de ser vosotros mismos misioneros es rezando, pidiendo a Dios por los misioneros, por las personas a quienes atienden, y de manera especial por niños y niñas de esos países, pidiendo a Dios que nos dé a todos un corazón sensible y solidario con los sufrimientos de los demás. Rezar así es muy importante y lo podéis hacer solos o en compañía de vuestros padres, o con los compañeros de colegio o de catequesis. Rezando juntos, en comunión, es también un modo precioso de ser misioneros.
También podéis ser misioneros aportando algo de vuestros ahorros a la colecta de esta Jornada y animando a otros a hacerlo. Así prolongaréis vuestra participación, durante la última Navidad, en la operación SEMBRADORES DE ESTRELLAS, en la que regalabais con una sonrisa en la calle preciosas estrellas de Navidad que anunciaban el mensaje de Jesús. Este gesto seguro que ha provocado sonrisas en la gente, y ha ayudado a tomar conciencia del auténtico espíritu navideño. De esta manera, vosotros mismos pasáis a formar parte de la gran familia misionera, generosa y solidaria con los más necesitados. Adultos, jóvenes y niños, todos estamos invitados a atrevernos a ser misioneros, y juntos, lo haremos mejor.
Concluyo con estas palabras del papa Francisco en la que nos invita a ser misioneros: “Discípulos misioneros que saben ver, sin miopías heredadas; que examinan la realidad desde los ojos y el corazón de Jesús, y desde ahí juzgan. Y que arriesgan, que actúan, que se comprometen. […] [Que] la intercesión de nuestra Madre nos acompañe en nuestro camino de discípulos, para que, poniendo nuestra vida en Cristo, seamos siempre misioneros, que llevemos la luz y la alegría del Evangelio a todas las gentes”.
Que la Santísima Virgen os ayude a todos, queridos niños y niñas, a ser valientes y a comprometernos en la misión. Para todos vosotros y para todos los que os han acompañado de una forma o de otra en la bella tarea de colaborar con los misioneros y misioneras, mi abrazo fraterno y mi bendición.
+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla