"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
Me detengo un momento sólo a respirar. Simplemente existo, y respiro. Presto atención sólo a la respiración, al aire que entra en mí y que sale de mí. Y me dejo estar, me abandono.
Dulcemente, aparto todos los pensamientos, recuerdos e imágenes que vayan apareciendo, y vuelvo a concentrarme serenamente sólo en la respiración. Me detengo sólo a gozar de la existencia, que es un invalorable regalo.
Así, abandonándome, voy dejando nacer un sentimiento positivo de gratitud y de verdadera paz. Al fin de cuentas, más allá de todo, vale la pena existir. Es mejor que no ser. Este presente es maravilloso. Gracias, gracias.
Dejo que el Espíritu Santo vaya haciendo crecer poco a poco ese sentimiento de dulce gratitud.
Oración inspirada en la reflexión de Los Cinco Minutos del Espíritu Santo del 29 de julio
"Espíritu Santo, hoy me
detengo un instante para respirar con calma y sentir que estoy vivo. Gracias
por este regalo sagrado de existir. Me abandono en tu presencia, suelto las
preocupaciones, y me dejo abrazar por la paz que viene de Ti. Te entrego este
momento presente, mi cuerpo, mi respiración, mis pensamientos, todo lo que soy.
Haz crecer en mí una profunda gratitud por la vida, por este ahora que me
ofrece la oportunidad de amar, de crecer, de comenzar de nuevo. Gracias, Espíritu
Santo, por enseñarme a vivir con sencillez, con asombro y con confianza.
Amén".
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