"Ventana abierta"
(Por Castúo de Adaja)
y gimen de dolor tus enemigos
al saberse fuera del abrigo
del salvífico clamar de este ocaso
en que ha de llegar el nuevo día
que muestre tu cetro y monarquía.
Con señorial Voz el mundo ordenas
y haces tuyo el poco e infinito,
sano el que te toca, ya bendito
el pecador al que alivias sus penas
clamando enteramente tu Verdad
que reviste tu sola Majestad.
Ante ti se humillan los confines
y quedan cuatro esquinas ya plegadas,
las tierras, por tus manos horadadas
reverdecen en suntuosos jardines
y alaban ante tu sola Persona
que porta, de este mundo, su corona.
Aguarda, oh, el justo tu llegada
y con óleo en vilo las doncellas
velan ante el cielo y las estrellas
que brillan temblorosas y cegadas
por tu divino Verbo que es la Ley
del que es soberano universal y Rey.
No sufra mi alma tu abandono,
pues rezo tembloroso ante tu trono.
Escucha a este humilde pecador
y líbrale de todo mal, Señor.
Amén.
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